Cada año, cientos de jóvenes se suman al Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires. En esta nota, les damos voz a dos profesionales pertenecientes a las delegaciones Chacabuco y Lomas de Zamora. Se trata de la Dra. Carolina Sixto y la Dra. Camila Martínez, ambas contadoras públicas. Su visión de la institución, los motivos de su matriculación, el rol de la Comisión de Jóvenes y su labor en las delegaciones, algunas de las aristas tratadas en esta entrevista con gusto a futuro.

El futuro llegó hace rato y son cada vez más los jóvenes que se acercan a nuestro Consejo Profesional una vez que terminan su paso por la universidad, dotando de vida y energía a las delegaciones que se encuentran en el vasto territorio bonaerense.

Decidí estudiar Ciencias Económicas más que nada por mi abuelo. Era contador. Toda mi familia trabaja en el estudio contable de mi abuelo y viene de generaciones. Mi bisabuelo también era contador. Es por herencia familiar”, afirma Camila Martínez, Contadora Pública (Tomo 181, Folio 71, matriculada en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires), en diálogo con RePro.

Su primera experiencia laboral llegó de forma temprana. Ya el primer año que ingresó a la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, se convirtió en la pequeña mano derecha de su abuelo. “Me puso un escritorio al lado de él. Todo lo que hacía mi abuelo, me lo iba enseñando. Mi trayecto dentro de la universidad fue muy sencillo porque fue acompañado por él. Yo tenía un examen, llevaba los libros y mi abuelo me explicaba”, afirma la joven contadora, quien pudo llevar a la práctica todos esos conocimientos teóricos al mismo tiempo que los iba adquiriendo.

Camila relata una escena que grafica la relación con su abuelo y mentor, y el acompañamiento incondicional en su proceso de formación profesional. Durante su último examen, “él estuvo en un banco sentado al lado mío. Mi abuelo fue al curso con la libreta y la matrícula por si desde la facultad le decían algo. Él fue y dijo: ´Por si me quieren echar, yo quiero que vean que también soy contador y quiero ver a mi nieta recibirse´", recuerda entre risas.

En dirección al Consejo

Sus primeros pasos en la Delegación Lomas de Zamora los dio a instancias de una invitación realizada por una profesora de la facultad. “Empecé a participar en la Comisión de Jóvenes Graduados gracias a mi profesora Paula Recio, de la última materia del seminario. Empecé a ir y me di cuenta del agradable lugar que es. Está muy bueno que todos estemos en la misma. Somos gente que estamos todos trabajando, aprendiendo, tirando para lo mismo, queremos capacitarnos y ser mejores”.

El temario de los encuentros es variado, aunque tiene un gran componente de cotidianidad. “Vamos viendo cuestiones del día a día. Muchos somos recién graduados y empezamos a tener nuestros propios clientes, y surgen problemas que por ahí uno dice ´me da vergüenza preguntarlo a alguien mayor´. Por ahí yo ya lo pasé, o me pasó lo mismo y tuve esa misma duda, o por ahí el día de mañana tenga ese problema. La idea es traerlo a la mesa y charlarlo, así vamos creciendo todos”, narra Camila, al tiempo que agrega: “Hoy en día nos dimos cuenta de que solos no podemos llegar a ningún lado. Lo importante es el conjunto y ser una red para poder crecer. Con el tema de la tecnología, los avances, uno no llega a estar 100% actualizado y a estar en todo. Lo que yo no sé lo sabe el otro”.

Dar a conocer la institución tanto para los que recién ingresan a la carrera como para los que están por recibirse es una tarea que ocupa a todas las áreas del Consejo. Nos falta fortalecer ese vínculo con los chicos desde el secundario y la universidad. Es importante ser el nexo con los chicos que están terminando en la universidad y que están por arrancar. A lo largo de 6 años, son las personas que van a estar ingresando en esta institución. Tenemos que estar ahí más presentes”.

Lo viví en carne propia por la jubilación de mi abuelo. Él no retiró los excedentes, los dejó capitalizando, no hizo reducción de aportes y terminó con una buena jubilación.
Dra. Camila Martínez

Un aporte al futuro

Si bien la jubilación es una preocupación un tanto lejana en el tiempo para aquellos que recién empiezan, en los inicios de su vida como profesional y con tan solo 26 años de edad, Camila mira a largo plazo y detalla la importancia de realizar el 100% de los aportes a la Caja de Seguridad Social. “Si reduzco aportes, en un futuro voy a tener una menor jubilación y es algo que no quiero. Hoy en día prefiero aportar al 100% y dedicarme a mi profesión, y los aportes quedarán ahí para el día de mañana poder estar tranquila y que me quede ese respaldo”, relata con formidable previsibilidad la Dra. Martínez.

La Dra. Camila Martínez, en plena actividad en la Delegación Lomas de Zamora.

“Sé que el respaldo está. Voy con la seguridad y la tranquilidad de que sé que el respaldo está. Lo viví en carne propia por la jubilación de mi abuelo. Él no retiró los excedentes, los dejó capitalizando, no hizo reducción de aportes y terminó con una buena jubilación. En su último trayecto, él vivía de la jubilación. Yo tengo esa tranquilidad de que tengo una institución y un respaldo que va a estar”, sostiene la contadora, con la mirada puesta en el futuro, al tiempo que resaltó el rol de nuestra institución ante una sensible situación familiar: “Cuando falleció mi abuelo, mi abuela recibe el subsidio y la pensión. Estábamos muy preocupados a nivel familia. El Consejo estuvo súper presente, la Caja estuvo súper presente. Hice un trámite, fue súper sencillo, para nada problemático. Hice todos los papeles por internet. Estoy súper agradecida a esta institución por esto”.


Todo por delante

El presente la encuentra ocupada, continuando el legado familiar. “A nivel profesional quedó todo en mí. Yo quedé a cargo de toda mi familia en la oficina del estudio contable. Soy la única contadora de mi familia después de mi abuelo”.

“Hoy en día, mi proyecto es seguir creciendo, pero no puedo decir que en 10 años me voy a ver en cierto lado, porque sino es ponerme un techo. No quiero ponerme un techo, quiero ver qué es lo que me depara el destino”. A su corta edad, Camila ya es consciente del estrés laboral que genera la profesión y lo importante que es cuidar la salud mental. “Lo que tenemos que hacer es lograr que el trabajo es parte de la vida. Antes vos ibas a trabajar, volvías ibas a tu casa y estabas tranquila. Hoy en día estamos rompiendo con esas barreras. Estamos trabajando en nuestra casa y hacemos los cortes cuando queremos”.

Una pasión innata

El interés de Carolina Sixto, Contadora Pública (Tomo 167, Folio 58, matriculada en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires), por los números viene desde pequeña. Tal es así, que decidió cambiar de escuela para adquirir más herramientas, con vistas a su etapa universitaria. “Cuando en la secundaria había que elegir qué es lo que queríamos estudiar, si económicas, sociales o naturales, cambié de escuela para ya tener una formación básica para ya entrar en la facultad”, narra la colega. Tenía solo 15 años.

La Dra. Carolina Sixto, en el momento exacto de su jura al título.

Si bien en la familia tengo contadores, nunca fui influenciada. No tengo un motivo, pero si voy más atrás, cuando era chica jugaba a que era contadora, sin saber qué era un contador o qué hacía, pero yo ya jugaba con la calculadora, sin tener demasiada información. Jugaba a que hacía cuentas, con los lápices”, recuerda la Dra. Sixto, perteneciente a la Delegación Chacabuco. Unos años después, como si se tratara de una profecía autocumplida, la contabilidad terminó por convertirse en su profesión.

La Universidad Nacional del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires (UNNOBA) fue la institución académica elegida por la profesional para desarrollar sus estudios de grado. “Elegí la UNNOBA porque era lo que me quedaba más cerca de Chacabuco, por una cuestión de distancia. Me llevo muy lindos recuerdos por mi paso por la universidad, conocí personas por todos lados, tengo amistades universitarias por toda la provincia”, afirma Carolina, quien viajaba poco más de 100 kilómetros todos los días para poder cumplir con los compromisos de la cursada. Su vida laboral inició dos años antes de finalizar la carrera, en un estudio contable situado en su Chacabuco natal. En la actualidad, alterna su trabajo en el estudio con el ejercicio de la profesión de manera independiente.

Joven comprometida

En diálogo con RePro, Carolina asegura que la puerta de entrada al Consejo fue el XXVI Seminario Provincial de Jóvenes Graduados, organizado por la Delegación Junín. “Fue la primera vez que me acerqué a Jóvenes. Me daba curiosidad qué era el seminario, qué hacían, cómo era, y como me quedaba cerca, aproveché para ir. Fui sola, sin conocer a nadie. Fue una sorpresa, porque conocí gente de todos lados y te diría que son grandes amistades”, rememora la colega, quien en la actualidad ya se encuentra involucrándose “más de lleno” en su delegación.

Me da mucha seguridad contar con el apoyo del Consejo.
Dra. Carolina Sixto

Una de las tareas que tiene la Comisión de Jóvenes es sumar más graduados, sobre todo al interior de la Provincia. “Cuesta mucho el cambio de la facultad a insertarse en el Consejo. Nos interesa dentro del Comité ser un puente entre el Consejo y la universidad, me parece que ahí está el desafío hoy”, sostiene la Dra. Sixto.

 

Consejo Profesional: garantía de confianza

“Más allá de que es ley, siempre hubo una parte de la carrera que me atrapó, el ámbito judicial. Desde el día uno que me recibí, yo sabía que quería dedicarme a hacer pericias, eso fue lo que más me incentivó”, sostiene la profesional, quien quiere saldar una cuenta que le quedó “pendiente”, más allá de sus jóvenes 30 años: dedicarse a la sindicatura concursal.

Para ella, nuestra institución es garantía de confianza. Me da mucha seguridad contar con el apoyo del Consejo. Más allá de todo lo que son las capacitaciones, me parece importante la parte de créditos, y es importante que el Consejo nos siga dando apoyo en ese sentido”.

Carolina es una matriculada comprometida desde el inicio. Nunca hice la opción de aportes reducidos, siempre aporté completo. Me da seguridad aportar a la Caja, saber que el día de mañana voy a tener mi jubilación”, confirma la contadora, recalcando la importancia de la mirada a largo plazo, al tiempo que destaca la posibilidad que otorga nuestra institución de poder realizar aportes al 25% y 50%. “Está buena la opción para los que aportan menos. No a todos les interesa hacer el aporte completo. Hoy es una inversión, a largo plazo es importante”.


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