La disminución del riesgo país en Argentina es celebrada tanto a nivel local como global, y destacada por medios propios y extranjeros. En esta nota, analizamos este índice clave, repasando sus orígenes, su método de cálculo y la interpretación que se debe hacer de él según la cantidad de puntos básicos que lo componen.

En nuestro país, existen muchos indicadores que ayudan a tangibilizar la situación económica. Algunos son de índole más técnica, como la cotización de los dólares financieros y el valor de los bonos soberanos; otros, de carácter más visual, también ayudan a percibir el estado de la economía, como la cantidad de gente comprando en comercios o consumiendo en locales, el estado de las góndolas en supermercados y las personas en situación de calle.

 

El indicador que es tendencia

La aparente estabilización del precio del dólar junto a los datos reportados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (INDEC) que indican una inflación con tendencia a la baja y la consecuente apreciación del peso, vuelven a poner en el radar el descenso del riesgo país, un índice económico que mide la probabilidad de que una nación pague su deuda. Justamente, este indicador actúa como un termómetro de la confianza (o no) que tienen los inversores en el desempeño económico de un país.

Lo que se mide, en concreto, es la diferencia en el interés que debe pagar un país por su deuda (la sobretasa), en comparación con el interés que pagan los bonos de la Reserva Federal de los Estados Unidos, considerados un punto de referencia por representar el menor riesgo.

Utilizado desde principios de los 90, el riesgo país sirve para conocer el nivel de ‘peligro’ que representa prestarle dinero a gobiernos o empresas privadas de diferentes partes del mundo.

Si bien hay distintas organizaciones que miden la volatilidad de invertir en los diferentes países, el índice más popular es el que elabora todos los días el banco estadounidense JP Morgan, conocido por sus gilas en inglés EMBI (Emerging Markets Bond Index), que a través de un diferencial de tasas de interés, compara los bonos de cada Estado con los del Tesoro de Estados Unidos. Este índice proporcionó una medida cuantitativa que permite a los inversores comparar el riesgo de distintos países emergentes al evaluar sus bonos y desde entonces, se ha convertido en una herramienta clave en las finanzas internacionales para estimar la estabilidad y el riesgo de invertir en diferentes naciones. Claro está que, cuanto mayor sea el riesgo país, más alto será el interés que pidan los inversores para aceptar bonos de una nación con altas probabilidades de incumplimiento.

Cuanto mayor sea el riesgo país, más alto será el interés que pidan los inversores para aceptar bonos de una nación con altas probabilidades de incumplimiento.

Factores a tener en cuenta

El riesgo país se construye a partir de varios factores interrelacionados que influyen en la percepción que tienen los inversores sobre la estabilidad y la capacidad de un Estado para cumplir con sus obligaciones financieras. Entre los más determinantes, se encuentran la deuda externa y su capacidad de honrarla, ya que un alto nivel de deuda puede generar dudas sobre la solvencia del país. Además, las políticas fiscales y monetarias ineficaces, que se materializan en un elevado déficit fiscal o en una inflación excesiva, pueden incrementar la percepción de riesgo al generar incertidumbre económica.

A su vez, la estabilidad política es otro factor clave, ya que los países con gobiernos inestables, conflictos internos o instituciones débiles suelen enfrentar mayores niveles de riesgo, afectando tanto la inversión extranjera como la confianza de los agentes económicos. Asimismo, factores externos como los precios de las materias primas (especialmente en países dependientes de ellas) y las relaciones internacionales también juegan un papel importante en el acceso al financiamiento internacional, siendo componentes que pueden disparar o atenuar el nivel de riesgo país.

 

¿Cómo se calcula?

Como se mencionó, el riesgo país es la tasa de interés adicional que tiene que pagar cualquier país respecto a Estados Unidos, por considerarlo como un deudor que nunca incumplirá. Cada 100 puntos básicos, se dará un aumento del 1% en la tasa de interés. Entonces, si la Reserva Federal dispone una tasa de interés inicial del 4% anual, un Estado con riesgo país de 200 puntos básicos (que equivale a un 2% más) podrá pedir dinero prestado al 6%.

El nivel más alto del riesgo país en Argentina se registró el 7 de agosto de 2002, durante la presidencia de Eduardo Duhalde, alcanzando los 7222 puntos básicos.

Cuando se dice que una nación tiene un riesgo país de 200 puntos básicos, significa que los inversores consideran que hay un 2% más de riesgo en comparación con Estados Unidos, que se considera un deudor muy seguro.

Entonces, si Estados Unidos emite bonos a una tasa de interés del 4%, la nación con un riesgo país de 200 puntos básicos tendrá que ofrecer una tasa más alta para atraer a los inversores, debido al riesgo adicional. En este caso, tendría que ofrecer una tasa del 6% para que los inversores estén dispuestos a prestarle dinero. Es por esto que el riesgo país se traduce en un ‘costo adicional’ que los países tienen que pagar para atraer financiamiento en comparación con un país considerado seguro, como lo es Estados Unidos, por lo que influye directamente en el costo de la deuda.

¿Cómo interpretar el riesgo país?

  • Hasta 200 puntos básicos: en este rango, el riesgo país es considerado bajo, y como los inversores tienen confianza en la estabilidad económica y política del país, el Estado tiene acceso a financiamiento relativamente barato, con tasas de interés competitivas.
  • Entre 200 y 500 puntos básicos: si bien el riesgo es moderado, sigue siendo posible acceder a la toma de deuda a tasas razonables. Aquí, aunque los inversionistas perciben cierta incertidumbre, no necesariamente anticipan una crisis inminente.
  • Entre 500 a 1.000 puntos básicos: en esta categoría, los costos de financiamiento aumentan significativamente, y si bien el país sigue siendo capaz de tomar deuda, las tasas de interés son mucho más altas, dado que los inversionistas requieren una compensación mayor debido a la percepción de un riesgo considerable. Por más que tomar deuda es posible, no solo conlleva un riesgo para el inversor, sino también para el Estado que debe devolver el dinero a tasas muy elevadas.
  • Más de 1.000 puntos básicos: a partir de este nivel, las tasas de interés se disparan, y los inversionistas exigen una alta compensación debido a las expectativas de impago o crisis económica, por lo que la deuda externa se vuelve insostenible para muchos países, y la capacidad de obtener financiamiento en los mercados internacionales pasa a ser sumamente limitada.

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