La Cuenta Ahorro–Inversión–Financiamiento (CAIF) es un estado contable clave del sector público que resume de forma sintética la ejecución presupuestaria anual, cuyo análisis permite comprender la salud económica del Estado en sus distintos niveles, y la manera en la cual se financia. En esta nota, los Dres. Maximiliano Durso y Hernán Vicente explican qué es la CAIF, cómo se estructura y qué lectura hacer de la gestión financiera del sector público nacional, provincial y municipal.

ARTÍCULO PUBLICADO EL 2025-06-27
Edición N. 145 - Mayo / Junio 2025

NOTAS DE AUTOR




Dr. Maximiliano Durso
Contador Público (Tomo 160, Folio 238,
Consejo Profesional de Ciencias Económicas
de la Provincia de Buenos Aires).
Profesor ayudante Diplomado de la cátedra
“Contabilidad en el Sector Público” y
“Contabilidad IV – Hacienda Pública” FCE - UNLP.
Miembro de la Comisión Provincial
de Sector Público.



Dr. Hernán Vicente
Contador Público (Tomo 96, Folio 186,
Consejo Profesional de Ciencias Económicas
de la Provincia de Buenos Aires).
Profesor titular de la cátedra
“Contabilidad en el Sector Público”
y “Contabilidad IV – Hacienda Pública”
FCE - UNLP. Coordinador y miembro
de la Comisión Provincial de Sector Público.

La contabilidad del sector público es una herramienta fundamental para comprender el funcionamiento del Estado en sus distintos niveles: nacional, provincial y municipal. Las operaciones y actividades que se desarrollan diariamente -y que expresan las políticas públicas en curso- se reflejan en estados contables y presupuestarios que, por su naturaleza, deben ofrecer información clara, transparente y accesible para la ciudadanía. Entre estos instrumentos, uno de los más relevantes para obtener una visión sintética de la situación financiera de un gobierno es la Cuenta Ahorro-Inversión-Financiamiento (CAIF).

En esta síntesis trataremos no solo de comprender de qué se trata la famosa CAIF, sino también de dar una breve explicación sobre para qué sirve y qué significa esta importante cuenta. Los gobiernos, en sus distintos niveles, la presentan anualmente en sus presupuestos, y a lo largo del año se va modificando a partir de la ejecución de recursos y gastos presupuestarios, en cumplimiento de los fines del Estado, hasta arribar a la CAIF modificada o ejecutada.

Una vez aprobado el presupuesto, la CAIF -que por su naturaleza nace en el momento cero- se denomina CAIF “presupuestada”. Cuando el presupuesto comienza a funcionar (o a ejecutarse, en términos de la Contabilidad Pública), se convierte en una CAIF “ejecutada”, a raíz de las modificaciones que sufrió producto de la ejecución presupuestaria.

 

Un primer acercamiento

Podemos decir que la CAIF se trata de una forma de visualizar el presupuesto y la programación financiera de manera más sintética y acotada, justamente por la cantidad y complejidad de cuadros y estados que conforman la estructura presupuestaria.

De este modo, es posible englobar, a través de este estado financiero, todos los flujos de ingresos y gastos de un ejercicio presupuestario-financiero anual, facilitando su análisis y comprensión frente a una estructura más compleja.

Una forma sencilla de entenderla es pensarla como un cuadro dividido en tres partes:

  1. Cuenta Ahorro o Corriente;
  2. Cuenta Inversión o Capital;
  3. Cuenta Financiamiento.

De ahí proviene su nombre: se trata de la sumatoria de estas tres secciones, que en conjunto conforman la Cuenta Ahorro–Inversión–Financiamiento.

La Cuenta Ahorro o Corriente incluye la diferencia entre los ingresos corrientes y los gastos corrientes. Esta diferencia da como resultado el ahorro o desahorro de la gestión.

Habrá ahorro cuando los ingresos corrientes —que comprenden recursos tributarios, no tributarios, transferencias recibidas y otros recursos que no implican incremento patrimonial— superen a los gastos corrientes.

Por el contrario, se producirá desahorro cuando los gastos corrientes —como sueldos, consumo de bienes y servicios, transferencias corrientes, entre otros— superen a los ingresos o recursos corrientes.

Cabe destacar que lo corriente comprende todo lo que ingresa y/o se consume en el transcurso de un ejercicio presupuestario, cuyo horizonte temporal es el año o se concreta dentro de ese mismo período. Por lo general, se incluyen los recursos por rubro —tanto tributarios como no tributarios—, así como los demás ingresos que se perciban o recauden durante el año.

Por el lado del gasto, se consideran los incisos 1, 2, 3 y 5 (en su parte corriente), y los incisos 6, 7 y 8, también en su porción correspondiente al gasto corriente, según el clasificador por objeto del gasto.

La diferencia entre los ingresos corrientes y los gastos corrientes de la Cuenta Ahorro permite determinar el resultado económico del año, período o ejercicio fiscal.

El presupuesto público define en qué y cómo se invierte lo que recauda el Estado.

En resumen:

 

El ahorro (o desahorro) constituye el resultado económico.

En la Cuenta Inversión o Capital sucede lo mismo que con la cuenta anterior, pero se incluyen únicamente conceptos vinculados al capital. De ahí su denominación, ya que tanto los ingresos como los gastos registrados en esta cuenta representan inversiones.

En tal sentido, dentro de los ingresos de capital se incluyen conceptos como la venta de activos fijos o las transferencias recibidas en forma de bienes físicos o durables provenientes de otros niveles de gobierno. Normalmente, estos bienes superan el año o ejercicio financiero en cuanto a su durabilidad. Es decir, ingresan recursos como resultado de la venta de activos fijos —por ejemplo, un terreno propiedad del Estado o un automóvil—, lo que implica una disminución en el patrimonio estatal debido a la salida de un bien durable.

Por el lado de los gastos de capital se incluyen conceptos como la construcción de bienes de dominio público o privado —por ejemplo, obras públicas o la adquisición de activos fijos—, así como también las transferencias de bienes durables a otros organismos.

Un caso típico es cuando la Provincia transfiere una ambulancia a un municipio. Estas operaciones generan una modificación en el patrimonio estatal, ya sea incrementándolo por la construcción y futura activación de una obra, o bien por la compra de un activo fijo —por ejemplo, un vehículo—, lo que implica un aumento patrimonial.

El resultado económico puede ser superavitario o deficitario, según cómo se gestionen los ingresos y los egresos públicos.

Es decir, forman parte de la Cuenta Capital todos aquellos casos en los que se configure un ingreso o un gasto relacionado con bienes físicos o de capital. En esas situaciones, la inversión se incrementa o disminuye como consecuencia del ingreso o egreso de activos físicos o durables, los cuales, por su naturaleza, suelen trascender el ejercicio financiero (es decir, superan el plazo de un año).

En el mismo sentido, y como se desprende de los párrafos anteriores, cada vez que se produce una modificación en el patrimonio físico, este se incrementa —por ejemplo, mediante el gasto en un vehículo— o se reduce —como en la venta de un terreno—, afectando así directamente la cuenta capital o de inversión.

Como bien dijimos, y para que quede finalmente claro de forma sintética, la cuenta inversión genera efectos cuando intervienen bienes de naturaleza física y/o durable, que no se agotan con su primer uso.

En resumen:

 

Hasta acá podemos decir que, si sumamos la Cuenta Ahorro (o cuenta corriente) y la Cuenta Inversión (o cuenta capital), ambas presentan ingresos y gastos.

Del lado de los ingresos, la suma de los ingresos de la cuenta corriente y la cuenta capital da como resultado los ingresos totales.

En cuanto a los gastos, al sumar los de la cuenta ahorro y los de la cuenta capital, obtenemos los gastos totales.

La diferencia entre los ingresos totales y los gastos totales de ambas cuentas permite calcular el resultado financiero del año, período o ejercicio fiscal.

En resumen, sería:

Si este resultado es positivo, se produce un superávit fiscal, es decir, cuando los ingresos totales superan a los gastos totales. Por el contrario, si el resultado es negativo, se genera un déficit fiscal, que es cuando los ingresos totales son menores que los gastos totales.

Hasta aquí podemos decir que la sumatoria de los conceptos que integran la cuenta corriente y la cuenta de capital permite obtener el resultado financiero del período. Estas operaciones se denominan también “sobre la línea” o “sobre la par”, y forman parte de la política fiscal de un gobierno, ya que reflejan las acciones que el sector público lleva a cabo durante el año calendario.

Dichos conceptos componen el resultado financiero del período o ejercicio, que puede ser positivo o negativo dependiendo si los ingresos totales superan o no a los gastos totales. Esta diferencia traza una línea que conecta con la cuenta financiamiento, compuesta por las fuentes financieras y las aplicaciones financieras.

La diferencia entre los ingresos corrientes y los gastos corrientes de la Cuenta Ahorro permite determinar el resultado económico del año, período o ejercicio fiscal.

El rol del financiamiento en el equilibrio fiscal

A la cuenta corriente y a la cuenta capital se le suma una tercera: la cuenta financiamiento, compuesta por las fuentes financieras menos las aplicaciones financieras. Esta cuenta cumple el rol de financiar, en cierta medida, a las cuentas ahorro y capital, y está orientada a la administración de la liquidez del sector público.

 

En las Fuentes Financieras se incluyen:

  • Disminuciones de activos financieros (vence un plazo fijo, se rescata un fondo común de inversión, o se utilizan disponibilidades existentes);
  • Endeudamiento público o préstamos a largo plazo (se solicita un préstamo a un organismo multilateral de crédito);
  • Incremento de otros pasivos (no se paga a proveedores o cuentas comerciales -devengado no pagado-, lo que implica una forma de financiamiento ya que representa un recurso al no efectuar el pago).

En las Aplicaciones Financieras se incluyen:

  • Incremento de activos financieros (se constituye un plazo fijo o se suscribe un fondo común de inversión);
  • Amortización de deuda pública o pago de préstamos a largo plazo (se cancela un préstamo con un organismo multilateral de crédito, lo que reduce la deuda);
  • Disminución de otros pasivos (se pagan proveedores o cuentas comerciales -devengado no pagado-).
Forman parte de la Cuenta Capital todos aquellos casos en los que se configure un ingreso o un gasto relacionado con bienes físicos o de capital.

En esta cuenta, los organismos públicos administran la liquidez gestionando activos y pasivos de tipo financiero, con el objetivo de cubrir los desequilibrios que puedan producirse. La diferencia entre estas operaciones constituye el endeudamiento neto.

De este modo, si el resultado financiero del período es negativo -es decir, si los ingresos totales son menores que los gastos totales-, será necesario financiar ese déficit mediante fuentes financieras (por ejemplo, solicitando un préstamo o recurriendo al crédito público). A su vez, en este cálculo deben considerarse también las aplicaciones financieras, como los pagos que deban realizarse en concepto de amortizaciones.

Por el contrario, si el resultado financiero del período es positivo -es decir, si los ingresos totales superan a los gastos totales-, dicho excedente debe canalizarse a través de aplicaciones financieras. Por ejemplo, se puede constituir un plazo fijo u otro instrumento de inversión, para evitar que el excedente de liquidez permanezca ocioso.

Si consideramos las tres cuentas -Ahorro (A), Inversión (B) y Financiamiento (C)-, su integración puede representarse gráficamente:

Las cuentas (A) Ahorro y (B) Inversión representan las operaciones de ingresos y gastos que realiza el gobierno. El financiamiento o la aplicación del excedente líquido se canaliza a través de la cuenta (C) Financiamiento.

Esta lógica constituye la regla de oro del estado financiero conocido como CAIF, y puede expresarse de la siguiente manera:

Asimismo, la suma de todos los componentes -(A) + (B) + (C)- debe dar como resultado cero (0). Esto significa una CAIF equilibrada, que considera en forma integrada los ingresos, los gastos, las fuentes de financiamiento y las aplicaciones financieras.

Si el resultado financiero del período es negativo -es decir, si los ingresos totales son menores que los gastos totales-, será necesario financiar ese déficit mediante fuentes financieras.

O dicho de otra manera: si los ingresos (ingresos corrientes + ingresos de capital + fuentes financieras) son superiores, ese excedente puede aplicarse a generar un aumento en la inversión financiera (por ejemplo, mayores disponibilidades destinadas al pago de deuda).

Por el contrario, si los gastos (gastos corrientes + gastos de capital + aplicaciones financieras) superan a los ingresos, será necesario financiar ese desfasaje, recurriendo a alguna fuente de financiamiento.

Comprender el Estado a través de la CAIF

Hemos presentado el concepto, los componentes y la utilidad de la Cuenta Ahorro-Inversión-Financiamiento (CAIF), uno de los estados más representativos de la contabilidad del sector público, con el objetivo de responder al interrogante inicial: ¿Qué es la CAIF? ¿Qué significa? ¿Cómo se interpreta?

Esperamos, de esta manera, haber ofrecido a los colegas y al público en general un conocimiento introductorio sobre esta herramienta, que permite, de forma simple y gráfica, una comprensión "a primera vista" del estado económico y financiero del sector público nacional, provincial o municipal.

Para finalizar, cabe mencionar que tanto la Cuenta de Inversión a nivel nacional, como las Cuentas Generales del Ejercicio a nivel provincial y las Rendiciones de Cuentas a nivel municipal, incluyen a la CAIF como uno de los estados más destacados y representativos para el análisis de la ejecución presupuestaria y la situación económico-financiera del Gobierno, en sus distintos niveles.

Los contenidos que se publican son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no expresan necesariamente el pensamiento de los editores.


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sector público, gastos, inversión, ahorro, ingresos, presupuesto, financiamiento, capital, Contabilidad pública, CAIF,
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