En los últimos días la medida de ARBA generó debate y más de un malentendido. El nuevo régimen de retención de Ingresos brutos sobre acreditaciones en billeteras virtuales, que comienza a aplicarse en octubre, afecta solo a contribuyentes inscriptos en el régimen general o bajo Convenio Multilateral, mientras que los usuarios particulares y quienes tributan por el Régimen Simplificado no tendrán retenciones. Tampoco se incluyen operaciones como el cobro de sueldos, jubilaciones, planes sociales o transferencias entre cuentas propias. Con esta decisión, el ente recaudador busca equiparar el canal de pago digital con el sistema bancario, aunque el sector privado advierte sobre mayores costos, pérdida de liquidez y el riesgo de informalizar una economía en expansión. Desde RePro Digital, repasamos qué cambia con este régimen, a quiénes alcanza y cuáles son los desafíos para comercios y profesionales.

La expansión de las billeteras virtuales en Argentina transformó la manera en que millones de personas pagan, cobran y administran su dinero. Su facilidad en el uso, transferencias inmediatas y la posibilidad de operar desde el celular las consolidaron como protagonistas del sistema financiero actual. Sin embargo, esa masificación también atrajo la atención de los fiscos provinciales, quienes intentan no quedar al margen de los flujos de dinero que circulan por fuera del sistema bancario tradicional.

En ese marco, la Agencia de Recaudación de la Provincia de Buenos Aires (ARBA) dispuso una medida que generó revuelo: a través de la Resolución Normativa 25/2025, el ente recaudador informó la creación de un nuevo régimen de retención de Ingresos Brutos (IIBB) sobre acreditaciones en billeteras virtuales.

El anuncio fue motivo de debate público y abrió múltiples interrogantes entre los contribuyentes. Desde RePro Digital repasamos los principales puntos de la medida y respondemos cinco preguntas que reflejan las dudas más comunes.

Según el Banco Central de la República Argentina (BCRA), a comienzos de 2025 había más de 30 millones de cuentas virtuales (CVU) abiertas en el país.

¿Se trata de un nuevo impuesto?

En este sentido, ARBA fue enfática: no se trata de un tributo adicional, sino de un régimen de retención que replica la lógica que ya rige para las cuentas bancarias mediante el Sistema de Recaudación y Control de Acreditaciones Bancarias (SIRCREB). En otras palabras, cuando un contribuyente bonaerense recibe fondos en su billetera virtual, la plataforma actuará como agente de recaudación y retendrá un porcentaje en concepto de Ingresos Brutos.

El organismo busca con esto igualar el terreno entre bancos y billeteras, evitando que la migración hacia medios digitales implique un vacío de control fiscal. En los hechos, la medida supone trasladar al universo fintech un esquema ya consolidado en la operatoria bancaria tradicional.

No se trata de un tributo adicional, sino de un régimen de retención que replica la lógica que ya rige para las cuentas bancarias.

¿Cuándo empezará a aplicarse?

En una primera etapa, desde el 1° de octubre, las billeteras que ya estaban registradas como agentes de recaudación en el Sistema Informático de Recaudación y Control de Acreditaciones en Cuentas de Pago (SIRCUPA) deberán comenzar a practicar las retenciones. Un mes después, el 1° de noviembre, se sumarán las demás plataformas, completando así la cobertura de todo el universo de billeteras virtuales que operan en la Provincia.

La diferencia de plazos responde a cuestiones operativas: las billeteras que ya venían informando a ARBA podían aplicar el sistema en el corto plazo, mientras que las que se incorporan recién ahora recibieron un mes extra para adaptar sus sistemas.

 

¿La retención se hará a todos los usuarios de las billeteras virtuales?

La respuesta es no. ARBA aclaró que el régimen alcanza únicamente a quienes están inscriptos como contribuyentes de Ingresos Brutos en la Provincia de Buenos Aires, ya sea bajo el régimen general o en el marco del Convenio Multilateral. Dentro de ese universo, serán pasibles de retención quienes figuren en el padrón especial que publica el organismo, que puede consultarse en su sitio web.

En cambio, los usuarios que emplean billeteras para fines personales, sin actividad económica, no sufrirán retenciones. Lo mismo ocurre con los contribuyentes adheridos al Régimen Simplificado de Ingresos Brutos: al abonar un monto fijo junto con el monotributo nacional no se encuentran alcanzados por este sistema.

Según estimaciones del propio organismo, este régimen impactará sobre aproximadamente 700 mil contribuyentes bonaerenses, mientras que más de 1,3 millones de inscriptos en el Régimen Simplificado quedarán excluidos.

Mientras las cuentas bancarias de Banco Provincia ya sufrían retenciones de IIBB, las operaciones vía Cuenta DNI no estaban alcanzadas. Con el nuevo régimen, esa brecha desaparece.

¿Qué operaciones quedan exceptuadas?

La resolución aclara que no todas las acreditaciones estarán sujetas a retención. No se aplicará sobre:

  • Pagos de sueldos, jubilaciones, pensiones y planes sociales;
  • Transferencias entre cuentas del mismo titular;
  • Intereses generados por plazos fijos, fondos comunes de inversión o títulos públicos;
  • Acreditaciones de préstamos;
  • Devoluciones de impuestos, promociones o reintegros bancarios;
  • Transferencias recibidas desde el exterior.

De esta forma, se busca evitar que los usuarios que utilizan billeteras para consumos personales o beneficios financieros se vean alcanzados por el nuevo esquema.

Los usuarios que emplean billeteras para fines personales, sin actividad económica, no sufrirán retenciones. Lo mismo ocurre con los contribuyentes adheridos al Régimen Simplificado de Ingresos Brutos.

¿De cuánto será la retención?

La escala de retenciones prevista es amplia: desde 0,01% hasta 5%, según la actividad desarrollada por el contribuyente y el grupo o letra asignada por ARBA.

 

Una medida, múltiples interpretaciones

La decisión de ARBA despertó reacciones diversas. Desde el organismo se sostiene que la medida “garantiza equidad tributaria” y evita que quienes operan exclusivamente con billeteras virtuales queden al margen de controles que ya enfrentan quienes utilizan el sistema bancario tradicional.

En cambio, cámaras empresarias alertan por los posibles efectos adversos. Por caso, algunos comercios podrían trasladar el costo de las retenciones al consumidor final, encareciendo los pagos con billeteras. Otros en cambio podrían preferir el uso de efectivo para evitar descuentos en sus acreditaciones, lo que implicaría un retroceso en la formalización y digitalización de la economía.

Será necesario asesorar a los clientes sobre qué operaciones estarán alcanzadas, cómo verificar la alícuota asignada y qué impacto puede tener en su flujo de fondos.

Para los profesionales en ciencias económicas, este nuevo régimen plantea desafíos concretos. En primer lugar, será necesario asesorar a los clientes sobre qué operaciones estarán alcanzadas, cómo verificar la alícuota asignada y qué impacto puede tener en su flujo de fondos.

En segundo lugar, la planificación tributaria deberá contemplar el riesgo de sobrerretenciones, prever cómo administrar los saldos a favor y, eventualmente, diseñar estrategias para recuperar esos créditos fiscales.

Por último, la medida impone una mayor carga administrativa, al requerir que los profesionales incorporen la revisión de retenciones en billeteras virtuales a los circuitos contables habituales. Este rol de acompañamiento será fundamental para que los contribuyentes puedan cumplir adecuadamente con sus obligaciones sin comprometer su liquidez.

 

Un cambio que llegó para quedarse

El régimen de retenciones de Ingresos Brutos en billeteras virtuales marca un punto de inflexión en la relación entre el fisco provincial y el ecosistema fintech. Si bien no se trata de un impuesto nuevo, sí significa un cambio significativo en la forma de recaudar, que trasladará al universo digital reglas que hasta ahora solo regían en el sistema bancario tradicional.

Para los contribuyentes, puede implicar mayores costos financieros y administrativos. Para los profesionales, abre un nuevo terreno de actuación donde el conocimiento técnico y la capacidad de asesoramiento serán fundamentales. Y para el fisco, significa reforzar la capacidad de control sobre un canal de pagos que ya concentra a millones de usuarios en la provincia de Buenos Aires.

El desafío será encontrar un equilibrio entre recaudación, formalización y estímulo a la innovación financiera. La clave, una vez más, estará en la capacidad de los profesionales en ciencias económicas de acompañar este proceso, brindando claridad y soluciones frente a un escenario que combina nuevas tecnologías con viejos problemas tributarios.


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