
Realidad Profesional | Revista del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires y su Caja de Seguridad Social
Ser contador en el ámbito PyME implica mucho más que balances y liquidaciones de impuestos: es convivir con urgencias, plazos y decisiones que marcan el rumbo de la empresa. La Matriz Eisenhower propone ordenar esas tareas en cuatro cuadrantes —hacer, decidir, delegar y eliminar— para diferenciar lo urgente de lo importante y trabajar con más claridad. En esta nota, la Dra. Mariana Lucarelli comparte consejos para planificar mejor, delegar con eficacia y reducir las distracciones que restan productividad.
En Argentina, ser contador de una PyME es mucho más que presentar balances o liquidar impuestos. Es, en realidad, vivir en un ejercicio permanente de equilibrio: entre vencimientos que no esperan, clientes que necesitan respuestas urgentes, normativas que cambian de un día para el otro y decisiones estratégicas que definen la salud de un negocio.
El contador PyME no solo traduce números: acompaña, aconseja, gestiona, negocia con bancos, interpreta resoluciones fiscales y, muchas veces, escucha con paciencia a dueños y emprendedores que sienten el peso de la incertidumbre económica. Es asesor, consultor, analista, y un poco psicólogo.
Aunque parezca inevitable, la multitarea constante agota. Saltar de un tema a otro sin estructura no solo baja la productividad, sino también aumenta el estrés y la sensación de estar siempre “apagando incendios”. La clave no es trabajar más, sino trabajar mejor, y ahí es donde una herramienta sencilla puede hacer la diferencia: la Matriz Eisenhower.
Dwight Eisenhower, presidente de Estados Unidos entre 1953 y 1961, tenía una gran habilidad para sostener su productividad no solo por semanas o meses, sino por años. Por esa razón, sus métodos para la administración del tiempo, las tareas y la productividad han sido estudiados por tantas personas.
Esta matriz tiene como objetivo enseñarnos lo esencial de priorizar, clarificar valores y comparar la importancia relativa de las actividades; así como establecer metas y objetivos —a largo, medio o corto plazo— hacia los cuales orientarnos.
Dicha matriz se basa en dos factores que definen una actividad: lo urgente y lo importante.
Vamos a ir trabajando juntos. Tomemos una hoja borrador y grafiquemos dos ejes. El eje X representa lo urgente, yendo de lo más a lo menos urgente, mientras que el eje Y nos muestra la importancia, yendo de lo menos a lo más importante.
En esta matriz se evidencia que, básicamente, dedicamos nuestro tiempo a uno de los cuatro bloques de actividades:
Ahora que conocemos los cuadrantes, te invito a reflexionar sobre qué actividades realizás en cada uno y a identificar en cuál te encontrás con mayor frecuencia. Este análisis seguramente te llevará a tomar algunas decisiones y adoptar medidas concretas:
Las personas efectivas permanecen fuera de los cuadrantes III y IV porque, urgentes o no, no son importantes.
Superar estos hábitos requiere un abordaje consciente y estructurado. Entre las principales recomendaciones se enfatizan:
En definitiva, la lucha contra la procrastinación no se limita a la organización del tiempo, sino a un cambio integral en la forma de encarar la profesión. Con planificación, disciplina y apoyo en redes de trabajo colaborativo, los profesionales pueden ganar eficiencia, reducir la ansiedad y alcanzar un desempeño más sólido.
El Contador Público en el ámbito PYME es un socio estratégico. Su trabajo permite que las empresas sobrevivan, crezcan y tomen decisiones con datos claros, incluso en contextos desafiantes.
Y aunque el día a día se parezca a una maratón de plazos, con estrategias y enfoque es posible dejar de correr detrás de las urgencias y empezar a trabajar con visión. Porque, al final, el verdadero valor del contador no es cuánto corre, sino hacia dónde guía.
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