Ser contador en el ámbito PyME implica mucho más que balances y liquidaciones de impuestos: es convivir con urgencias, plazos y decisiones que marcan el rumbo de la empresa. La Matriz Eisenhower propone ordenar esas tareas en cuatro cuadrantes —hacer, decidir, delegar y eliminar— para diferenciar lo urgente de lo importante y trabajar con más claridad. En esta nota, la Dra. Mariana Lucarelli comparte consejos para planificar mejor, delegar con eficacia y reducir las distracciones que restan productividad.

ARTÍCULO PUBLICADO EL 2025-10-03
Edición N. 147 - Septiembre / Octubre 2025

NOTAS DE AUTOR

Dra. Mariana Lucarelli Dra. Mariana Lucarelli Contadora Pública (Tomo 112, Folio 34)
Consejo Profesional de Ciencias Económicas
de la Provincia de Buenos Aires

En Argentina, ser contador de una PyME es mucho más que presentar balances o liquidar impuestos. Es, en realidad, vivir en un ejercicio permanente de equilibrio: entre vencimientos que no esperan, clientes que necesitan respuestas urgentes, normativas que cambian de un día para el otro y decisiones estratégicas que definen la salud de un negocio.

El contador PyME no solo traduce números: acompaña, aconseja, gestiona, negocia con bancos, interpreta resoluciones fiscales y, muchas veces, escucha con paciencia a dueños y emprendedores que sienten el peso de la incertidumbre económica. Es asesor, consultor, analista, y un poco psicólogo.

Aunque parezca inevitable, la multitarea constante agota. Saltar de un tema a otro sin estructura no solo baja la productividad, sino también aumenta el estrés y la sensación de estar siempre “apagando incendios”. La clave no es trabajar más, sino trabajar mejor, y ahí es donde una herramienta sencilla puede hacer la diferencia: la Matriz Eisenhower.

Dwight Eisenhower, presidente de Estados Unidos entre 1953 y 1961, tenía una gran habilidad para sostener su productividad no solo por semanas o meses, sino por años. Por esa razón, sus métodos para la administración del tiempo, las tareas y la productividad han sido estudiados por tantas personas.

Esta matriz tiene como objetivo enseñarnos lo esencial de priorizar, clarificar valores y comparar la importancia relativa de las actividades; así como establecer metas y objetivos —a largo, medio o corto plazo— hacia los cuales orientarnos.

Dicha matriz se basa en dos factores que definen una actividad: lo urgente y lo importante.

  • Lo urgente implica que se necesita una atención inmediata: debe hacerse ahora, nos reclama acción;
  • Lo importante se vincula con los resultados: si algo es importante, nos acerca a nuestros objetivos.

Vamos a ir trabajando juntos. Tomemos una hoja borrador y grafiquemos dos ejes. El eje X representa lo urgente, yendo de lo más a lo menos urgente, mientras que el eje Y nos muestra la importancia, yendo de lo menos a lo más importante.

En esta matriz se evidencia que, básicamente, dedicamos nuestro tiempo a uno de los cuatro bloques de actividades:

Lo urgente implica que se necesita una atención inmediata: debe hacerse ahora, nos reclama acción.
Resulta imprescindible adquirir habilidades, incorporar nuevas tecnologías y ponerlas al servicio tanto de nuestro estudio como de nuestros clientes.
  • El Cuadrante I es el cuadrante de lo urgente y lo importante: vivimos en crisis y apagando incendios;
  • El Cuadrante II es el cuadrante de lo importante pero no urgente: tiene que ver con la planificación, actividades preventivas y de crecimiento en donde actuamos, ya sea en nuestro estudio contable o en las empresas que asesoramos;
  • El Cuadrante III son aquellas actividades urgentes pero no importantes: las constantes interrupciones nos obligan a responder, pero no tienen ninguna injerencia en las actividades laborales;
  • El Cuadrante IV no es urgente ni importante: me gusta llamarlo el ladrón del tiempo. Básicamente, es el espacio que se pierde en actividades que no aportan absolutamente nada. En mi caso, creo que se trata esencialmente del tiempo que se consume en las redes sociales —cualquiera sea—, mirando avisos, noticias o chismes. No me refiero al tiempo que dedicamos a informarnos o a ofrecer un producto o servicio, sino al que se va en distracciones improductivas.
La gestión del tiempo es tan estratégica como los números: elegir qué hacer (y qué no) define la eficacia de la actividad profesional.

Cómo administrar tu tiempo según cada cuadrante

  • El Cuadrante I es urgente e importante; está vinculado con aquellas actividades que reclaman atención inmediata. Ejemplos: cumplimiento de tareas con vencimientos, presentación de declaraciones juradas de impuestos, entrega de informes, respuesta a una carta documento, solicitud de información de un banco para la compra de maquinaria, un mail de un cliente clave o una multa de transporte cuyo descargo tiene plazo. Este cuadrante nos estresa, nos agota y, como a muchos, nos hace trabajar al borde de los plazos, convirtiéndonos en verdaderos administradores en crisis;
El Contador Público en el ámbito PYME es un socio estratégico. Su trabajo permite que las empresas sobrevivan, crezcan y tomen decisiones con datos claros, incluso en contextos desafiantes.
  • El Cuadrante II no es urgente, pero sí importante. Está ligado a la planificación: es el cuadrante en el que deberíamos enfocarnos, trasladando aquí el mayor tiempo posible de los demás. Las actividades que no son urgentes pero sí importantes requieren iniciativa y proactividad. Exigen actuar para que las cosas sucedan y no perder oportunidades. Si no reconocemos lo importante, fácilmente terminamos desviados en la respuesta a lo urgente. En este cuadrante encontramos actividades de planeamiento: realizar un diagnóstico de cómo estamos trabajando, pasar de la simple carga de datos a mostrar al empresario un análisis de su negocio, su rentabilidad y sus finanzas; pensar cómo generar un peso más de ganancia que, multiplicado por cada producto, se convierte en mucho; cómo ahorrar costos o cómo captar nuevos clientes. Aquí también entra la capacitación: actualizarse en normativas impositivas, conocer ventajas para determinados sectores y disponer del tiempo necesario para hacerlo. No tener tiempo para formarse es un riesgo. Resulta imprescindible adquirir habilidades, incorporar nuevas tecnologías y ponerlas al servicio tanto de nuestro estudio como de nuestros clientes;
  • El Cuadrante III reúne tareas rutinarias y mecanismos repetitivos: llamadas o reuniones sin agenda definida, consultas rápidas de clientes que podrían resolverse con un instructivo o un correo ya preparado;
  • El Cuadrante IV concentra las trivialidades absolutas: navegar sin rumbo en redes sociales, leer mensajes o participar en grupos que solo logran desenfocarnos y hacernos perder tiempo.

Ahora que conocemos los cuadrantes, te invito a reflexionar sobre qué actividades realizás en cada uno y a identificar en cuál te encontrás con mayor frecuencia. Este análisis seguramente te llevará a tomar algunas decisiones y adoptar medidas concretas:

  • En el Cuadrante I: es momento de HACER. Bloquear horarios para tareas clave y evitar interrupciones innecesarias;
La Matriz Eisenhower es una herramienta simple pero poderosa que ayuda a transformar el trabajo rutinario en planificación productiva.
  • En el Cuadrante II: se trata de DECIDIR. Actuar, crecer y adquirir nuevas habilidades;
  • En el Cuadrante III: aprender a DELEGAR. Tomarse el tiempo de capacitar a alguien del equipo que pueda hacerlo. Ese tiempo es inversión: saber delegar es una habilidad clave que debemos incorporar;
  • En el Cuadrante IV: lo recomendable es ELIMINAR o reducir al mínimo estas actividades ladronas del tiempo. Entre ellas, el uso excesivo del celular. Te reto a dejarlo una mañana fuera de tu lugar de trabajo y comprobar cómo tu jornada se vuelve más productiva.

Las personas efectivas permanecen fuera de los cuadrantes III y IV porque, urgentes o no, no son importantes.

La clave no es trabajar más, sino trabajar mejor

Superar estos hábitos requiere un abordaje consciente y estructurado. Entre las principales recomendaciones se enfatizan:

  • Gestión del tiempo y planificación: establecer prioridades, utilizar agendas —digitales o en papel— y organizar el trabajo diario con objetivos claros;
  • Reformulación de la actitud: transformar la obligación en decisión (decir ‘quiero hacerlo’ en lugar de ‘tengo que hacerlo’) y aprender a decir ‘no’ de manera asertiva;
  • Capacitación y trabajo en red: formarse ante tareas nuevas, consultar a colegas y conformar equipos interdisciplinarios que permitan delegar y reducir la sobrecarga individual;
  • Métodos operativos eficientes: iniciar la jornada con las tareas más complejas, dividir proyectos en etapas concretas y evitar la dispersión que provoca el multitasking;
  • Bienestar personal: incorporar pausas, descanso adecuado y actividad física como parte del equilibrio necesario para un desempeño sostenible.

En definitiva, la lucha contra la procrastinación no se limita a la organización del tiempo, sino a un cambio integral en la forma de encarar la profesión. Con planificación, disciplina y apoyo en redes de trabajo colaborativo, los profesionales pueden ganar eficiencia, reducir la ansiedad y alcanzar un desempeño más sólido.

El Contador Público en el ámbito PYME es un socio estratégico. Su trabajo permite que las empresas sobrevivan, crezcan y tomen decisiones con datos claros, incluso en contextos desafiantes.

Y aunque el día a día se parezca a una maratón de plazos, con estrategias y enfoque es posible dejar de correr detrás de las urgencias y empezar a trabajar con visión. Porque, al final, el verdadero valor del contador no es cuánto corre, sino hacia dónde guía.

Los contenidos que se publican son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no expresan necesariamente el pensamiento de los editores.


TAGS •

capacitación, trabajo, bienestar, planificación, tiempo, Contador PYME, cuadrante, matriz, urgente, importante, delegar, decidir, hacer, Matriz Eisenhower,
Vorknews Sistema para diarios online