Realidad Profesional | Revista del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires y su Caja de Seguridad Social
Los Dres. Raúl Klag y Daniel Cingolani integran una generación de colegas que hicieron de la vocación, la formación y la participación institucional una forma de vida. Con más de medio siglo de ejercicio profesional, ambos consolidaron una trayectoria marcada por el compromiso, la cercanía y un profundo sentido de pertenencia hacia el Consejo. Desde sus Delegaciones —Avellaneda y Pergamino— fortalecieron vínculos, acompañaron a colegas y promovieron la participación, dejando su huella en la vida de nuestra institución. Aquí, un homenaje a dos trayectorias que reflejan el compromiso, la dedicación y la camaradería que continúan marcando el camino de la profesión.
“Empecé a estudiar perito mercantil, estudiaba de mañana y tenía la tarde libre. Mi viejo me hacía estudiar inglés, un poco de música, y a mí me interesaba y estudiaba un poco de pintura y dibujo. La cuestión es que termino tercer año y empiezo de cadete en una financiera. Iba después del colegio cuatro horas”, recuerda el Dr. Raúl Klag, Contador Público (Tomo 33, Folio 137, CPCEPBA), quien ya de adolescente comenzaba a adentrarse en el mundo de las Ciencias Económicas.
“Cuando empecé a trabajar, lo primero que hacen es enviarme a legalizar documentación a un edificio que resulta que era la Delegación Avellaneda del Consejo Profesional. Yo, a los 15 años, conocí la Delegación”, rememora Raúl, quien mantiene un vínculo ininterrumpido con la institución: “Tengo contacto permanente con el Consejo desde hace 65 años”.
 
 El Dr. Raúl Klag fue distinguido en la Delegación Avellaneda luego de haber cumplido 50 años junto a nuestra institución.
El Dr. Raúl Klag fue distinguido en la Delegación Avellaneda luego de haber cumplido 50 años junto a nuestra institución.    A pesar de esa temprana conexión con la profesión, su primera inclinación lo llevó por otro camino. “Me gustaba el dibujo, así que me anoté en arquitectura. A los 20 años, luego de hacer un año de la carrera, seguía trabajando y, como hacía tareas para el contador, me ofrece ser ayudante de él. La carrera ya me estaba costando, había que disponer de mucho tiempo y tuve que tomar una decisión. No podía dejar de trabajar y tampoco podía, a ese ritmo, seguir arquitectura”, comenta el colega en diálogo con RePro Digital. Esa encrucijada resultó decisiva y marcaría su futuro: “Como me atraía la parte contable de la empresa, me pasé a ciencias económicas. Me gustaba no solo la contabilidad, sino también la economía política, la macro y la microeconomía”.
Con matrícula vigente desde 1974, el Dr. Klag logró independizarse y fundar su propio estudio contable. Ya en los albores de la democracia, decidió involucrarse institucionalmente y participar en lo que define como la “revolución verde”. “Nos presentamos a las elecciones del ’83 con nuevas ideas: ayudar a ejercer la profesión, capacitarnos más, que el Consejo Profesional preste cada vez un mejor servicio, comunicarnos e integrarnos con todas las Delegaciones, crear comisiones y hacer reuniones provinciales”, enumera el colega, con un compromiso que no se detuvo desde entonces.
“He colaborado en todo y sigo colaborando, porque continúo a partir de octubre como delegado de la Delegación. Con orgullo, siempre he aportado un granito de arena al Consejo: es parte de mi vida”, sostiene Raúl, para quien el Consejo es su segunda casa: “Hice muchas amistades, hicimos con los colegas una familia grande. Tengo que agradecer porque son todas cosas positivas”.
A lo largo de su trayectoria, Raúl desempeñó múltiples funciones: fue delegado, miembro de la Mesa Directiva de la Delegación, Consejero Provincial, director del IPIT y Delegado Presidente de la Delegación Avellaneda. “Siempre tuve presente que el Consejo tiene que estar integrado a la región: mantener la relación con las autoridades municipales, con AFIP, con ARBA. Siempre hemos tratado de estar presentes para defender nuestras incumbencias, expresar nuestra posición y acompañar a los Jóvenes Graduados”, explica el contador.
Padre de cuatro hijos —dos mujeres y dos varones—, el Dr. Klag se da el gusto de compartir profesión con Fernando, quien es hoy “la cabeza” de su estudio. “Padre e hijo pasamos como presidentes de la Delegación Avellaneda y seguimos participando activamente. Es una gran satisfacción”, agrega emocionado el profesional.
A sus casi 80 años, el Dr. Raúl Klag mantiene la misma energía y compromiso que lo acompañaron desde aquel primer trabajo adolescente. “Agradezco que no me siento de 80, eso es lo más importante”, dice entre risas. Y como en toda su trayectoria, vuelve a mirar hacia adelante: una vez más, asumirá un nuevo rol en la Mesa Directiva de su querida Delegación Avellaneda, la misma que conoció a los 15 años y con la que construyó —durante más de medio siglo— una historia de vocación, pertenencia y legado.
 
 El Dr. Daniel Cingolani, en un acto de entrega de medallas en su querida Delegación Pergamino.
El Dr. Daniel Cingolani, en un acto de entrega de medallas en su querida Delegación Pergamino.    “Hice varios estudios psicopedagógicos, y entre esas carreras estaban la de Contador, Medicina y Arquitectura. Siempre me gustó la contabilidad, la economía, la organización de las empresas. Así que por eso decidí, allá por 1968, aparecer en Rosario e inscribirme en la Facultad de Ciencias Económicas”, relata el Dr. Daniel Cingolani, Contador Público (Tomo 32, Folio 79, CPCEPBA), sobre los comienzos de una carrera que marcaría su vida.
“En ningún momento dudé en quedarme en Rosario”, afirma con convicción el colega, en uno de los grandes dilemas que tienen los estudiantes que se van a cursar lejos de su hogar. “En Pergamino no había muchos estudios contables. Siempre lo pensé y en el año ´82, cuando lo pude concretar, de ahí en adelante seguí en la tarea independiente hasta hoy”, comenta Daniel, que lleva más de 40 años como profesional independiente.
“El estudio nunca lo abandoné. Siempre tuve buenos colaboradores y nunca dejaba de estar 2, 3, 5 horas en el estudio, las que hicieran falta. En ese momento había excelentes colegas en la Delegación. Más que colegas, amigos”, relata el profesional, siendo la constancia y la camaradería dos de las claves del éxito.
Dos de sus hijos siguieron su camino: “Nos consultamos permanentemente. Uno trabaja en una institución bancaria y el otro hace auditoría home office. Siempre estamos al tanto de todo lo nuevo. Yo ya de a poquito me voy retirando, pero las obligaciones hacen que tengas que actualizarte todos los días”, narra con atino el colega, destacando el valor de la actualización profesional como un hábito que atraviesa generaciones.
Otra actividad que le llena el pecho de orgullo es la enseñanza en colegios secundarios. “Siempre pensé, después de que salí de la Escuela Nacional de Comercio, en devolver un poquito de lo que había disfrutado siendo alumno secundario. Se da la posibilidad de que algunos colegas que estaban dando clases me dijeron de hacer suplencias, y ya después desde el año 1977 hasta el 2012 no paré más”.
“Me ha traído múltiples satisfacciones la enseñanza a tal punto que hoy, algunas promociones me siguen invitando a sus encuentros”, comenta emocionado Daniel.
En el plano institucional, el Dr. Cingolani se involucró activamente en el Consejo en el año 1983. “Una de las primeras cosas que hicimos fue prepararle un paro al Tribunal de Trabajo porque no se pagaban los honorarios de los profesionales de perito”.
En un repaso por su actividad, el colega se desempeñó como Consejero Provincial e integrante del Cuerpo de Delegados de su Delegación Pergamino. “Lo que más me gustó, el motivo por el cual estaba yo en el Consejo, era promover la capacitación”, rememora Daniel. “En esa época no existían las modernas formas de poder capacitarse, entonces siempre hablaba con importantes disertantes. Los comprometía a venir a Pergamino únicamente por un almuerzo o una cena y nos daban la capacitación que necesitábamos en esos momentos. Una de las cosas que más me ocupaba era contactar a disertantes para que nos actualizaran. Se me pone la piel de gallina porque muchos de ellos lo hacían de forma tan desinteresada que hasta te daba no sé qué decirles que vengan”, grafica el Dr. Cingolani sobre el compromiso entre los propios colegas.
Su espíritu de gestión también fue determinante para el crecimiento de su Delegación. “En el año ´86 nosotros teníamos una pequeña Delegación. Como la matrícula iba aumentando, se decidió comprar una casa histórica de Pergamino, ayudados por las autoridades desde Sede Provincial. La refaccionamos, la dejamos muy linda, tenía una parte moderna y una parte antigua. En la parte de adelante teníamos dos locales que alquilábamos y con eso cubríamos los gastos de mantenimiento”, detalla Daniel.
Otro recuerdo imborrable lo vincula a las Asambleas de la Caja de Seguridad Social: “Se hacían en un teatro. Se trataban punto por punto los artículos de la ley. Es como si lo estuviese viendo en este momento. Una gran cantidad de colegas, las autoridades al frente, realmente eso lo tengo en la retina. Esas reuniones en La Plata cambiaron el Consejo Profesional”.
Con más de 50 años en la matrícula, Daniel no pierde oportunidad para actualizarse. “Me cuesta un poco el manejo pero por suerte tengo a mis colegas hijos que me salvan cualquier problema. Sigo actualizándome para poder seguir atendiendo a los clientes que me quedan, que nacieron conmigo en la profesión, a quienes tengo que asistir”, finaliza el Dr. Cingolani, quien hizo de la vocación un modo de vida.