Realidad Profesional | Revista del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires y su Caja de Seguridad Social
La 3° Jornada Provincial del Pequeño y Mediano Estudio Profesional propuso repensar el estudio como un espacio en constante transformación. A lo largo del encuentro se abordaron temas como productividad, bienestar emocional, liderazgo y tecnología, poniendo en debate cómo la inteligencia artificial y las nuevas dinámicas laborales impactan en la organización y el sentido del trabajo. En esta nota, el Dr. Andrés Pérez Ruffa comparte las principales reflexiones que dejó la Jornada, un encuentro que invitó a mirar el estudio profesional desde una perspectiva más humana, integral y sostenible.
Dr. Andrés Germán Pérez Ruffa
Licenciado en Administración (Tomo 58, Folio 151,
Con gran entusiasmo y una notable convocatoria, se llevó a cabo la 3° Jornada Provincial del Pequeño y Mediano Estudio Profesional el pasado viernes 3 de octubre, organizada por la Delegación San Martín del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires. La jornada propuso un espacio y lugar para detenerse, sentir y resignificar las experiencias colectivas, una pausa de “contemplación” para darle sentido a la práctica profesional: escuchar, volver a pensar y transformar la manera de hacer.
A lo largo del día, se presentaron distintos paneles temáticos a cargo de diferentes referentes, y en el presente artículo abordaremos este encuentro a partir de lo que dijeron los expositores y la reinterpretación del responsable del cierre del evento, que es autor de esta nota.
La primera charla estuvo a cargo de Santiago Cholakian, quien ofreció una reflexión profunda sobre el valor de la hora profesional, destacando la importancia de reconocer la propia capacidad y disponibilidad, y comprendiendo que la organización personal y la salud laboral forman parte del capital profesional.
En este sentido, contar con una metodología clara de entregables y conocer el punto de equilibrio del estudio permite tomar decisiones más informadas y sostenibles. La medición de la productividad resulta fundamental, ya que no es posible gestionar lo que no se mide; los indicadores brindan una base objetiva para mejorar procesos, tiempos y resultados. Finalmente, establecer acuerdos claros con los clientes favorece relaciones de confianza y transparencia, y contribuye a un ejercicio profesional más equilibrado y eficiente.
A continuación, la Dra. Florencia Moral, Contadora Pública (Tomo 106, Folio 215, CPCEPBA), expuso sobre el “arte de formar equipos exitosos”. Liderar en contextos cambiantes implica enfrentar miedos y resistencias, como el temor a tener personas a cargo, la dificultad para delegar o la sensación de que “soltar” es sinónimo de perder el control. Resulta indispensable revisar los modelos mentales —formas de pensar y actuar— y adoptar un pensamiento situado que ayude a reconocer las propias limitaciones y a superar las “jaulas” que condicionan el crecimiento.
En este mundo híbrido y humano, el liderazgo requiere una mirada integral sobre la vida, la tarea y el trabajo, articulando el desarrollo personal con el profesional. Por ello, diseñar un equipo sólido implica definir roles, responsabilidades y habilidades, pero sobre todo elegir a las personas adecuadas para cada desafío. A partir de la exposición, surgió un nuevo interrogante sobre qué significa liderar a un grupo de especialistas: ¿Se trata solo de dirigir o de construir una red de pares —casi de socios— que compartan una visión común?
Después llegó un momento distinto: un espacio de relajación y conexión personal, abordado desde el yoga para el bienestar emocional. Analía Carpintero invitó a la audiencia a reflexionar sobre el ejercicio cotidiano de la profesión, en el que se convive con múltiples roles que, a veces, se superponen, intentando sostener el equilibrio entre las distintas facetas de la vida.
Encontrar armonía requiere alternar entre la rutina y la conciencia, atreverse a enfrentar aquello que incomoda y reconocer que el cambio comienza en los pequeños gestos. Para transformar hábitos, resulta valioso incorporar un ejercicio diario —simple pero sostenido— que favorezca la integración de la reflexión en la vida cotidiana. En ese camino, un amuleto, un cartel o una alarma pueden actuar como recordatorios simbólicos de que el equilibrio no se alcanza de una vez, sino que se cultiva día a día.
Luego del almuerzo, Hernán Perelmiter abordó el tema del equilibrio entre la vida personal y profesional, un desafío que se mantiene constante en el ejercicio cotidiano. En un contexto donde el estrés laboral y los trastornos mentales son cada vez más frecuentes, resulta necesario revisar las prácticas y las propias exigencias. Hablar de bienestar implica reconocer también los límites del saber, de la experiencia y del propio cuerpo. En este marco, promover una productividad sostenible requiere establecer límites, cuidar los tiempos personales e invertir en el autocuidado como parte fundamental de la práctica profesional. Solo de ese modo, el trabajo puede sostenerse sin perder sentido ni afectar la salud.
A continuación, el Dr. Nicolás Gómez Vega, Contador Público (Tomo 168, Folio 249, CPCEPBA), abordó la temática del momento: la inteligencia artificial. Esta tecnología forma parte de la vida cotidiana desde hace años, aunque en el último tiempo su presencia se volvió más visible y cercana. La verdadera transformación provino de la inteligencia artificial generativa (IAGen), capaz de crear textos, imágenes o ideas a partir de consignas propias.
El desafío está en comenzar, en dar el primer paso y animarse a experimentar con herramientas como ChatGPT o Gemini, aplicándolas a tareas cotidianas del estudio profesional —desde la redacción de informes y el análisis de datos, hasta la elaboración de correos o presentaciones. Sin embargo, es fundamental hacerlo con conciencia de sus limitaciones y riesgos: la calidad del “prompt”, la complejidad de las tareas, el manejo de archivos, las fuentes y la privacidad son aspectos esenciales para aprovechar su potencial sin comprometer la responsabilidad profesional. En definitiva, el gran paso consiste en asumir el cambio, entendiendo que incorporar estas tecnologías no reemplaza la experiencia humana, sino que la amplifica y transforma.
En el cierre de la jornada, todas las temáticas y reflexiones abordadas confluyeron en un espacio de intercambio que fortaleció los aprendizajes compartidos. Se conversó sobre las preocupaciones que surgieron a lo largo del encuentro, pero también sobre aquellas cuestiones que deben ser asumidas activamente por cada participante en su práctica profesional.
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