Realidad Profesional | Revista del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires y su Caja de Seguridad Social
En tres distintas universidades de la provincia de Buenos Aires comenzó la vida profesional de los protagonistas de esta nota, quienes tras muchos años de trabajo incansable y defensa de la profesión, alcanzaron la jubilación y por eso la institución los distinguió como se merecen.
La Dra. Elena Denda, graduada de la Universidad Nacional de La Plata; la Dra. Alicia Bravo, que estudió en la Universidad Nacional de Mar del Plata y el Dr. Alberto Guastavino, egresado de la Universidad Nacional de Buenos Aires, repasaron su vida profesional hablando de qué los motivó a estudiar Ciencias Económicas y cómo cambió la profesión a lo largo de los años.
Nacida en Entre Ríos, la Dra. Denda se radicó en la capital de nuestra Provincia cuando comenzó sus estudios y echó raíces. Matriculada de la Delegación La Plata, fue de las primeras en cursar la Licenciatura en Administración, ya que ingresó a la carrera el segundo año que se dictaba. “Me interesaba una carrera nueva, dentro de las Ciencias Económicas. Contador Público no me entusiasmaba demasiado, pero sí Administración. Así que ingresé claramente definida”, cuenta la colega y reconoce que “a la mayoría de mis compañeros y a mi mamá les tenía que explicar qué era”.
Para la Dra. Bravo, la carrera de Contador Público fue su segunda opción, pero eso no le impidió desempeñar la profesión de la mejor manera. “No tenía idea de cómo era el día a día del trabajo del Contador. Lo fuimos descubriendo con cursos pre universitarios”, recuerda la colega quien trabaja desde hace 40 años en la Municipalidad de Mar del Plata. “Comencé cuando era estudiante. Trabajé en el área de Contaduría, como Tesorera y en liquidación de sueldos. Además trabajé en la actividad judicial realizando pericias e intervenciones”, describe la matriculada de la Delegación General Pueyrredon.
“Me incliné por las Ciencias Económicas porque cuando empecé la Secundaria te aconsejaban hacer Comercial porque tenía una mejor salida”, recuerda el Dr. Guastavino. Si bien reconoce que todo lo relacionado con la contabilidad y matemáticas siempre lo atrajo, “la carrera me gustaba y además yo colaboraba en el negocio de mi padre, por lo que fue muy fácil inclinarme por las Ciencias Económicas”.
Tras terminar la secundaria en Wilde, se convirtió en alumno de la UBA donde consiguió el título. “Ahí seguí mi camino y trabajé en distintas empresas. Fui Jefe de Auditoria Operativa de una obra social y después Gerente Administrativo. Y trabajé en relación de dependencia y en forma independiente”, detalla el colega matriculado en la Delegación Avellaneda.
La experiencia les indica que las tareas de los profesionales en Ciencias Económicas no son como lo eran al momento de obtener su título habilitante. Sin dudas que el uso de la tecnología modificó el día a día, y a propósito el Dr. Guastavino declara que “no podemos entender seguir trabajando como lo hacíamos años atrás”. Pero también sostiene que “la profesión tiene variaciones a lo largo del tiempo, es muy dinámica en cuanto a toda la normativa que regula la profesión y a lo que emiten los organismos profesionales como requerimientos para estados contables, para informes y para todas las exigencias de carácter impositivo que van surgiendo”.
La Dra. Bravo se refiere al tema y afirma que “ahora con la utilización de la computadora, la forma de presentar escritos es más rápida y automática. Con las notificaciones electrónicas se ha simplificado todo y la tarea se hace de otra forma. En vez de ir a relevar tanta información como antes, se hace más simple el tema. El análisis se hace con otros elementos”.
En ese sentido, la Dra. Denda sostiene que “también cambió el contexto general de las organizaciones y pude seguir ese proceso porque además de la actividad profesional siempre me desempeñé en la docencia universitaria. Obligadamente tenía que ir acompañando los cambios para poder enseñar”.