Realidad Profesional | Revista del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires y su Caja de Seguridad Social
Las profesionales matriculadas en el Consejo pueden estar tranquilas de que su labor se vio fielmente representada en una serie de entrevistas que RePro le hizo a tres colegas bonaerense. Se trata de las Dras. Ana María Reggiardo, Hilda Noemí Pallecchi y Mónica Beneforti, oriundas de distintas ciudades pero hermanadas en una clara concepción de defensa de la profesión y el trabajo.
En el marco de haber recibido el beneficio jubilatorio que entrega nuestra Caja de Seguridad Social para Profesionales en Ciencias Económicas, no solo posaron para nuestro fotógrafo, sino que nos permitieron conocerlas en profundidad demostrando que el paso del tiempo es para ellas algo del pasado.
La Dra. Mónica Beneforti, nacida en La Plata y matriculada de la Delegación que lleva el mismo nombre, reconoce que la profesión que eligió para toda su vida es muy demandante, “nunca las cosas están al día y siempre hay un vencimiento encima; siempre batallando para lograr tener un equilibrio”. Pero luego enfatiza que “sigo entusiasmada con la actividad. Es un beneficio seguir trabajando para tener la mente activa, la profesión te obliga a estar atenta todos los días”.
Con una clara preferencia hacia las matemáticas, los primeros años en la Facultad la terminaron de convencer que era Contador Público la carrera que quería seguir. “No había otros profesionales en mi familia y la información a la que un estudiante accedía acerca de cómo era trabajar en tal o cual profesión era mucho menor a la que hay ahora. Mientras estaba estudiando entré a trabajar en una empresa industrial muy importante de la zona y eso me permitió empezar a tener experiencia práctica en todo ámbito contable y terminar la Facultad con mayor facilidad”.
La llegada de dos hijos a la par del crecimiento profesional fue destacada por la colega quien, en la parte final de su experiencia empresarial, comenzó a desempeñarse como independiente en el ámbito impositivo. “Cuando la firma cerró me contacté con uno de los estudios impositivos más prestigiosos de la ciudad y hace 30 años que estoy asociada al mismo. Los años pasaron rápido”, analiza.
El paso del tiempo también hizo cambiar la profesión en múltiples aspectos, como por ejemplo, en lo que respecta a la capacitación. A propósito la colega recuerda que “ahora tenemos la suerte de hacer todo vía on line, que es una maravilla. Cuando egresé de la Facultad recién empezábamos a tener las primeras PC personales. Incluso el primer seminario que hice fue con una máquina de registro directo. Pasar de ese elemento a una computadora fue el cambio más profundo”.
Sobre el final de la charla, la Dra. Beneforti se corre de la vorágine diaria de su trabajo y analiza en profundidad el devenir de la profesión: “Es muy demandante, por lo que estoy segura que en un futuro cercano va a cambiar la modalidad de trabajar. Hacerlo on line con muchos organismos y bancos es un antes y un después. La profesión independiente se va a modificar por completo y el trabajo individual será muy difícil. El trabajo en grupo hoy es primordial”.
En el sentido literario del subtítulo, la Dra. Ana María Reggiardo es una guía para muchos colegas de la localidad de Navarro que vieron en ella a una de las primeras en desempeñar la profesión; pero en el sentido estricto, la frase también cobra valor: en su desempeño como docente, la colega acompañó en los primeros pasos a alumnos que hoy se han convertido en flamantes profesionales de las Ciencias Económicas. Son sus discípulos, como a ella le gusta llamarlos.
“Navarro es una ciudad de 12 mil habitantes pero hay trabajo para todos. La docencia me apasiona y pude unir mis dos profesiones y estoy agradecida de ambas”, se sincera.
Si bien comenzó a nutrir su vocación desde niña, la llegada a la Facultad le abrió todo un nuevo mundo desconocido en el que tuvo que apelar a sus herramientas para adaptarse. “Solo tuve Contabilidad en el tercer año de la secundaria, tenía algún conocimiento de documentos comerciales y algunas cosas más. Ya en la Facultad, en los inicios, no entendíamos muchas cosas. Nos esforzábamos mucho y a los que más nos costaba nos juntábamos con compañeros que ya estaban en 4to. o 5to. año que nos enseñaban como si fuesen maestros particulares”.
Los años de estudiantes en la Universidad de Morón los recuerda con muchos viajes desde esta ciudad del Gran Buenos Aires a Navarro, sobre todo los fines de semana. “Viajaba los sábados y el domingo ya me volvía. En el último tramo de la carrera empecé a trabajar en Estudios de Navarro con distintos profesionales. Eso hizo que cuando decidí radicarme de nuevo en mi ciudad ya varios clientes me conocían”.
Apasionada de lo que hace, destaca que tras recibir el beneficio jubilatorio “sigo trabajando normalmente. A pesar de que nuestra profesión no se toma vacaciones porque continuamente hay vencimientos, quiero seguir trabajando. Mi marido me ayuda mucho, nos complementamos en muchas tareas y es muy valioso para mí y mi trabajo. Tengo la misma cantidad de clientes y las mismas ganas”.
Si alguien embellece la dedicación de una profesional por su tarea, esa es la Dra. Hilda Pellecchi. Recibida de la Escuela de Comercio de Quilmes con el título de Perito Mercantil “tenía una muy buena base de Contabilidad, me gustaban las tareas administrativas y no me llevaba mal con las matemáticas, así que decidí seguir Ciencias Económicas”.
Con preferencia sobre materias como Contabilidad que “era con la que mejor me llevaba e interesaba”, asegura que desde el primer año de cursada trabajó en administración contable y como ayudante de Contador. “Pude aplicar los conocimientos que adquiría para las materias de la Facultad”, destaca con entusiasmo.
Convencida, nos cuenta que “no me fue difícil insertarme en el ámbito laboral, ya que hacía lo que me gustaba desde que comencé a estudiar la carrera y siempre trabajé en lo que sentía que era lo mío. Así que también decidí ejercer la profesión en forma independiente. De a poco me fueron conociendo y recomendando de boca en boca y de esa manera viví siempre de mi profesión”.
Como la experiencia la acredita, no duda en afirmar que lo que más cambió de la profesión es la legislación impositiva la cual “cambia día a día, exige estar actualizado constantemente y el cliente demanda cada vez más por la gran presión que sufre y lo obliga a reorganizarse permanentemente”. Por eso, y debido a su reciente jubilación, empezó de a poco a disminuir sus tareas y “aprovechar el tiempo para hacer otras cosas que también me dan placer”.