Realidad Profesional | Revista del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires y su Caja de Seguridad Social
El Dr. Daniel A. Isoardi volvió a su Navarro natal y desde entonces ejerce la docencia. Es profesor en el colegio San José donde él mismo estudió, un instituto con casi mil alumnos.
“Normalmente tres veces a la semana por la mañana voy al colegio; antes le dedicaba muchas más horas, pero ahora tengo mucho trabajo en el estudio y me he quedado con las horas imprescindibles para mantener el gusto que uno tiene por esto”, precisa el profesional docente de materias del último año y consigna: “Hay una discusión que tenemos siempre porque los chicos quieren estudiar algo corto. Yo les repito que no tiene que ser ni corto ni largo, tiene que ser lo que les guste porque a su edad, seis años no es nada”.
Tras su paso por la Universidad en Buenos Aires, el Dr. Daniel A. Isoardi regresó a Navarro y lo cautivaron los argentinitos vestidos como de nieve, como escribió Felix Luna y puso música Ariel Ramírez. Encontró en las aulas “la posibilidad de devolverle algo al lugar donde uno aprendió y de transmitirle a chicos que tienen casi 18 años, cómo es el mundo real que se les viene, sobre el que hay un gran desconocimiento”, sostiene.
Como profesor de materias de sexto año, Isoardi dedica momentos muy importantes a tratar de que ellos descifren su vocación. “No pretendo que estudien para que sean contadores, sino para que comprendan que todos en la vida vamos a tener un lado económico; van a tener que emitir una factura, ir a un banco, realizar una transferencia y tienen que saber en qué condiciones lo están haciendo”, explica.
“Antes los chicos eran bastante más disciplinados, pero la falta de acceso a la información los hacía más limitados respecto a la capacidad de conocimiento que podían adquirir. Ahora tienen mucho más acceso a la información, pero están mucho más disipados, introspectivos; observo mucho individualismo y cuando uno sale a un ambiente laboral en donde tienen que integrarse a un grupo de personas, tienen que modificar mucho de su personalidad para poder adaptarse”, asevera.