Realidad Profesional | Revista del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires y su Caja de Seguridad Social
Durante los últimos 50 años la Luna giró aproximadamente 651 veces alrededor de la tierra y el Cometa Halley recorrió la órbita del sol en una sola oportunidad: en 1986. En todo este tiempo pasaron 18.250 días en los que colegas de la Provincia ejercieron la profesión como matriculados del Consejo Profesional. Muchos de ellos están hoy, en 2018, cumpliendo 50 años de matriculados.
Este acontecimiento tiene un valor especial para la institución, pero también para los colegas, ya que representa toda una vida de trabajo profesional y el corolario de una etapa de satisfacciones.
Una de las ciudades bonaerenses con mayor crecimiento a lo largo de los últimos años es Tandil. De tener 91 mil habitantes en 1991, pasó a 101 mil diez años después y a 117 mil en 2010, según datos del Censo. Desde allí llegó a La Plata el Dr. Carlos Pisani para ser Contador Público. “Lo más común en mi época era que los jóvenes viajen a estudiar allí o a Buenos Aires. Los menos iban a Bahía Blanca porque aun en Tandil no estaba la carrera”, recuerda en diálogo con RePro Digital.
Según sus palabras, un particular apego a las matemáticas y la contabilidad durante sus estudios secundarios, hicieron que las Ciencias Económicas se presentaran como una posibilidad real de continuar su educación. “Además un profesor de apellido Naveiro nos enseñó muy bien y eso también influyó”, agrega.
Sin referencias directas de cómo era la tarea diaria de un Contador, llegó a la capital provincial con la idea de ser Dr. en Ciencias Económicas pero “después con las materias en curso fui cambiando de idea. Me recibí de Contador y al tiempo volví a Tandil, como quería”. La Universidad siempre fue un lugar de encuentro, y el Dr. Pisani así lo reafirma contando que “tengo excelentes recuerdos de aquellos años donde hice muchos amigos y conocí gente de todos lados”.
Cuando el título universitario comenzaba a ser una realidad, el colega incursionó en el mundo laboral como inspector municipal en la tasa de seguridad e higiene. “Fue de gran ayuda ya que me permitió terminar la carrera”, detalla. De vuelta en su ciudad natal, trabajó en un estudio contable que tenía un contador conocido con quien se asoció y adquirió gran experiencia. “Uno aprende a ser Contador con el trabajo, y la Facultad te da los conceptos básicos”. Tres años fueron suficientes para tomar la determinación de independizarse y comenzar a ejercer la profesión por su cuenta.
“Paralelamente, al año siguiente de recibirme, empecé a dar clases en el colegio San José de Tandil, en la materia Contabilidad”, reseña y continúa: “Lo hice durante 40 años, lo que significó para mí una gran trayectoria. Con el tiempo algunos alumnos se convirtieron en colegas”.
Para finalizar, y repasando los años de actividad profesional, no duda en mencionar que “lo mejor que me dio la profesión es el trato con los clientes. Tengo algunos que me acompañan desde hace 40 o 50 años. Además me permitió desarrollarme profesionalmente, criar una familia y darle estudios. Estoy contento con la vida que hice, tengo tres hijos: uno es chef, la del medio es diseñadora de indumentaria y la mayor, maestra”.
Además de estudiar italiano, ser profesora de inglés, hacer gimnasia y yoga en sus ratos libres y ser madre por 4 y abuela por 11, la Dra. Marta Busso lleva 50 años como matriculada del Consejo. Como si fuera poco, junto a una de sus hijas, lleva adelante su estudio profesional y las tareas contables de la empresa familiar.
“Me decidí por esta profesión porque mi padre era Contador. Él murió cuando yo tenía 14 años y quise seguir la carrera por cariño hacia él. Estudié en la Universidad de Buenos Aires y me recibí a los 23 años”, comenta. Si bien no tenía una inclinación por los números, reconoce que la carrera le gustó y tal es así que “además de profesional trabajé como docente. Fui ayudante en la Facultad y después en secundaria. Siempre me interesé por la educación, incluso estando en la Universidad daba clases de inglés y matemáticas en mi casa”.
En relación a las áreas con las que más convivió en todos estos años, detalla que “en lo profesional nunca trabajé en relación de dependencia. Lo hice en Estudio Contable más que nada abocada a las PyMes y la parte impositiva. En la docencia enseñé, además, administración en un instituto que tenía Bachillerato Comercial”.
Con una voz más que autorizada para opinar sobre los vaivenes que fue teniendo la tarea contable a lo largo de los años, reconoce que “lo que más varió es que antes se trabajaba con más seguridad, producto de que los cambios en las tareas eran más lentos y había más tiempo para adaptarse”, y recuerda: “siempre estuve actualizada. Escribí notas para la revista de la Delegación Lomas de Zamora y participé, junto a otros colegas, de cursos que dábamos para jóvenes profesionales, solo por el gusto a la docencia”.
De familia numerosa, nos confiere que la profesión “me permitió criar a mis hijos con la posibilidad de tener un estudio propio y manejar mis tiempos. También pude darles la posibilidad de que estudien. Hoy en día más que antes es imposible avanzar sin una carrera”.
Sobre el cierre de la charla, reconoce entre risas que “todo lo relacionado por la informática del estudio lo maneja mi hija”, y que la profesión no ha sido todo en su vida: “hago muchas cosas, estudio idioma, practico yoga y gimnasia. Siempre hay que estar activa”.
El Dr. Pascual Torga tiene una larga trayectoria tanto en la administración pública como en la docencia universitaria. Recibido de Contador Público y Licenciado en Economía, comenta que “desde el momento de recibirme sabía que me quería matricular, por eso tengo el Tomo 1 Folio 1 de Licenciado”. Luego comenzó a trabajar en el área de salud, lugar en el que se mantuvo hasta su jubilación.
“Además ingresé en la parte judicial como Perito. Me inscribí en los Tribunales y fui sorteado. Fue una actividad que realicé de manera complementaria”, recuerda el completo profesional que parece no haber dejado ningún área profesional por explorar. “Me gusta la parte contable dentro de las tareas públicas y la parte de control. Desarrollé a nivel municipal un registro unificado e hice asesoramientos”, detalla el colega quién asegura que la profesión, en los distintos ámbitos donde la ejerció, le brindó múltiples satisfacciones tanto personales como laborales.
En relación a la parte educativa, fue Docente de la Universidad e Investigador, siempre bajo la estructura de la Universidad Nacional de La Plata. “Dicté materias de posgrado tanto en España como en Argentina y trabajé formando jóvenes investigadores. Recientemente fui convocado para dar Sistema Contable Público en un postgrado en la Universidad de Salta, y sigo vinculado con el Consejo Profesional y la FACPCE por la Comisión del Sector Público”, expresa.
“Formé parte de un grupo que gestó el proyecto de Recomendaciones Técnicas de la Federación para el Sector Público, tuve la responsabilidad de coordinarlos”, se sincera y concluye: “Llega el momento del recambio necesario”.
Al momento de la despedida, no quiso dejar de expresar su reconocimiento a los colegas mayores que guiaron su actividad, a las autoridades de las instituciones profesionales de las que siempre obtuvo respuesta favorable y a su familia.
Además de la Dra. Marta Julia Busso, matriculada en la Delegación Lomas de Zamora y los Dres. Pascual Alberto Torga (Dlg. La Plata) y Carlos Ernesto Pisani (Dlg. Tandil), también son reconocidos por la institución la Dra. Ángela Susana González y los Dres. Oscar Alberto Parrotta, Edgardo Oscar Lombardo, Pedro Daniel Ceci, Raúl Alfredo Lenzetti, Félix Ismael Acha, Enrique Eriberto Etchegaray, Félix Rodolfo Gambini, Eduardo Daniel Loguzzo, Carlos Augusto Giacobini, Rubén Luis Parodi, Américo Pedro Despuy, Carlos Luis del Frade, Jorge Fernando Picabea, Hugo Héctor Santo Domingo, Alberto Oscar Buamden, Roberto Agustín Estévez, Rubén Darío Gabriel, Mario Miguel Giacobbe, Héctor A. Rodríguez Fenocchio, Hugo Félix López Aranzasti y Roberto Pablo Sommer.