ARTÍCULO PUBLICADO EL viernes 10 de agosto
Edición N. 104 - Julio / Agosto 2018

NOTAS DE AUTOR

Dr. Roberto Ramón Ávila Dr. Roberto Ramón Ávila Contador Público Nacional

Hace unos años el Dr. Mario Maydana, compañero de cátedra de Costos para la Gestión de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de La Plata, me invitó a investigar sobre este tema. Elaboramos luego un trabajo que presentamos en el IV Congreso de Costos del Mercosur.

La idea era mirar con herramientas de nuestra disciplina ese objetivo que todo ser humano desea: ser feliz.

El costo de cualquier producto o servicio tiene tres elementos fundamentales llamados: Materia Prima, Mano de Obra Directa y Costos Indirectos de Fabricación.

En la vida, la Materia Prima es nuestra esencia, aquello que nos define, que nos da identidad.

La Mano de Obra Directa es el conjunto de acciones que realizamos durante nuestro existir para acercarnos al objetivo buscado.

Ciertamente como no somos infalibles, a veces, nuestro proceder, en vez de ayudarnos, nos perjudica. 
La sabiduría radica en analizar, antes de tomar cualquier decisión, si está en concordancia con nuestra meta.

Los Costos indirectos de Fabricación, es todo lo que nos rodea, nuestro mundo laboral, ciudadano y social. De alguna manera es el elemento más exógeno, y por lo tanto menos predecible.

Ahora bien ¿qué es la felicidad?

¿Es el PBI un indicador del bienestar social? ¿Un alto índice del PBI per cápita significa que los habitantes son más felices?

La experiencia indica que no hay una correlación, porque a menudo nos encontramos con personas que a pesar de sus carencias se caracterizan por su visión positiva de la vida.

Entonces, tampoco la acumulación de bienes y el desahogo económico, aseguran necesariamente el logro de la felicidad.

En la actualidad, los que tienen acceso a formas del conocimiento específico pueden transformarse en verdaderos artífices de sí mismo, e influir en el contexto, para que este estado personal se difunda.

Esa condición necesita de acciones concretas para llegar al objetivo.

La inacción atenta contra la felicidad, porque se vuelve permanente, aparece la percepción de vacío o sin sentido, que ahoga a la persona en una indiferencia hacia sí misma y hacia los demás.

Entonces, lo importante esta en:

1) Aceptar las restricciones, los condicionamientos, que son parte de un proceso de transformación (nadie es perfecto).

2) Actuar permanentemente para corregirlas, vencerla, superarlas.

Un proceso de mejora continua, como los métodos estudiados en nuestra disciplina.

Es oportuno citar a Víctor Frankl, quien sostenía que sería mejor no buscar la felicidad como fin último, sino más bien, buscar un sentido para la vida, que se va construyendo a lo largo del camino. Priorizar lo mejor de cada uno, para multiplicar los efectos.

Hay que bucear en lo profundo de nuestra existencia para hallar lo mejor, y trabajar sobre ello para que trascienda.
En su trabajo “Una aproximación al comportamiento individual respecto del bien y del mal” Editorial Sigma, 1996, el Dr., Mario Szychowski menciona que el individuo procura maximizar su satisfacción en la toma de decisiones económicas. Cada una de las decisiones implica una elección implícita o explícita entre el bien y el mal. Ponderará el bien según la importancia que le dé a la relación entre el bien y su propia felicidad.

Luego, la búsqueda del bien, es crucial para poder ser feliz.

Pero hay otro factor preponderante que es el entorno, o lo que llamamos Medio Ambiente.

Cuando la ponderación individual del Bien no coincide con la ponderación de quienes nos rodean, se presenta un conflicto. ¿Cuál prevalece? Depende de las características personales y del grado de influencia que puede aceptar cada uno.

Esa interacción es un proceso que debemos estar dispuestos a transitar.

La felicidad no podemos guardarla, no podemos tener un stock para cuando nos haga falta.

Es un proceso de búsqueda continua, interno y personal, cuanto más nos esforzamos en alcanzarla, más posibilidades tendremos de obtenerla.

Tiene elementos fijos (los valores) y elementos variables (tiempo, contexto).

Habrá en su búsqueda momentos de angustia, frustración, enojos, pero luego la experiencia de esa producción defectuosa, nos servirá para los intentos venideros.

La búsqueda de la felicidad es una forma de acercarnos al estado de equilibrio emocional.

En esa búsqueda, que incluye la del bien, no solo modificaremos nuestro comportamiento sino también el del medio que nos rodea.

Los contenidos que se publican son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no expresan necesariamente el pensamiento de los editores.


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