Realidad Profesional | Revista del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires y su Caja de Seguridad Social
Como cambia la calma de un vuelo cuando el avión pisa suelo firme, así cambió la vida en Ezeiza cuando dejó de ser una pequeña localidad para convertirse en una gran metrópolis y el Dr. Carlos Oscar Lithitx lo vivió desde adentro. “Vivo en Ezeiza, soy nacido allí; era un pueblo y hoy es una ciudad”, analiza el profesional en una charla con RePro luego de recibir la medalla que nuestra Caja de Seguridad Social otorga a quienes se acogen al beneficio jubilatorio.
“Estudié en el Comercial de Temperley cuando al terminar la secundaria había solo dos opciones: Buenos Aires y La Plata”, recuerda el Dr. Lithitx y agrega: “Ahora hay universidades por todos lados”. Si bien comenzó sus estudios universitarios en Buenos Aires, luego viró hacia La Plata alentado por sus amigos que habían elegido este destino.
“Estuve un año viajando y después viviendo en una pensión que se caía a pedazos”, señala con nostalgia. “Estoy agradecido con esa pensión y con el comedor universitario”, afirma el colega, quien fue el primero de su familia en obtener un título profesional.
“Uno se emociona con los recuerdos de sacrificio, costó mucho”, asegura y rememora con palabras sentidas: “Fui el primero de la familia en graduarme y tal vez no se valoró mucho mi título porque no se conocía”.
Matriculado en la Delegación Lomas de Zamora, el Dr. Lithitx alcanzó la jubilación pero optó por continuar con la matricula activa. “Gracias a que uno puede jubilarse y continuar con la matrícula, el aterrizaje no es tan abrupto. Tengo la suerte de que mi hermana es contadora y tenemos un pequeño estudio con el que vamos a continuar porque además estoy trabajando incluso más que antes”, explica.
Aun así encuentra un espacio para practicar su deporte favorito, el golf. “Hice de caddy en una cancha y ahora puedo jugar y participar de un circuito con otros profesionales”, cuenta entre risas y comenta “Mi sobrino pensaba que yo era jugador de golf en lugar de contador”.
Finalmente, el Dr. Lithitx asegura que cuando terminó la secundaria “no había muchas opciones en esa época. Iba a seguir Abogacía, Profesorado de Historia o Ciencias Económicas”. Ahora alega no estar arrepentido; “la profesión me ha brindado mucho”, sentencia y concluye: “A mí me gusta lo que hago, soy un enamorado de lo que hago”.