En 2011 comenzó a dar clases como suplente, animada por una familia con espíritu de enseñar. “Mi mamá fue maestra jardinera y tengo una tía, que es una persona muy importante en mi vida, que fue profesora de Geografía y Rectora de la escuela secundaria donde yo concurrí. Mis bases tienen que ver con eso y siempre viví con docentes”, asegura.

La Dra. Guillermina Villemur tiene actualmente a su cargo alumnos de 5° año en la Escuela Secundaria N° 1 de Ayacucho, brindando las materias de Sistemas de información Contable y Proceso Organizacional.

Me motiva poder tener otro ámbito de aplicación de mis incumbencias como la educación

Consultada sobre los cambios durante los últimos años en la educación, reconoce una diferencia grande entre el secundario que ella transitó con el actual: “Los alumnos ahora tienen mucho poder en su palabra que me parece importante, pero a veces es necesario marcar los límites y orientarlos”.

“Dar clases no solo tiene que ver con contenidos, ya que se va educando en otros aspectos como los valores; es importante que uno como profesor puede llegar a ser una inspiración para sus alumnos”, agrega.

En cuanto al futuro y la vinculación entre la secundaria y la universidad, la profesional indica que “muchas veces surgen consultas como con qué se pueden llegar a encontrar y yo les explico en base a mis experiencias. El año pasado tuve un grupo en 6° que empezó la facultad y de vez en cuando me contacto con alguno de ellos para saber cómo van y cómo se están adaptando”.

A su vez, opina que “es muy importante poder generar un vínculo con los alumnos, sobre todo para que después podamos trabajar con los contenidos. Uno también lo hace porque lo siente y se preocupa por el otro; se trabajan muchas cuestiones emocionales con ellos. Los docentes tenemos que estar medianamente preparados para charlar de varios temas, más allá de la materia”.

Combinando sus actividades de contadora y docente, la profesional encuentra un equilibrio: “Doy clases por la mañana y cuando me levanto estoy muy enfocada en eso, suelo tener la clase armada. Por la tarde tengo mi oficina con mis clientes y lo combino de esa manera. Hacer ambas cosas me ha resultado una experiencia muy positiva”.

Y finaliza: “Me motiva poder tener otro ámbito de aplicación de mis incumbencias como lo es la educación. Estar con adolescentes todo el tiempo permite que uno se vaya reactualizando respecto de las prácticas y el lenguaje y salir un poco de la oficina con los clientes. También permite devolver todos los conocimientos que a uno, en todos los ciclos, los profesores han entregado”.


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