Realidad Profesional | Revista del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires y su Caja de Seguridad Social
Mariano Otálora (Canal 26, Cronista, Mundo Dinero, entre otros) es un especialista en finanzas personales. Ante el auge de los llamados "créditos UVA" editó un libro junto a Leonardo Rocco para arrojar luz en un contexto de "mucha confusión".
Dicho con sus palabras, lo que busca el libro es que las familias "realmente entiendan y analicen en base a su situación socioeconómica, cómo podrían responder a ese crédito en su vida real".
Sin la suficiente información, "la gente se deja llevar por la cuota baja y unos meses después se entera que le cuesta mucho pagarla” y concluye: “Mucha gente está disconforme y no es culpa del crédito”.
Desde el lanzamiento, en mayo de 2016, ya se otorgaron casi $ 75.000 millones de préstamos hipotecarios ajustados por UVA, pero fue en 2017 que se dio el boom: $ 54.300 millones. Mariano Otálora y el Dr. Leonardo Rocco, Delegado de la Delegación Lomas de Zamora de nuestro Consejo Profesional, supieron interpretar el interés por estos créditos y en marzo de 2018 editaron un libro que se ganó un lugar entre los cien más vendidos del año.
“La motivación que tuvimos para escribir el libro es que hay mucha confusión con respecto a estos nuevos créditos que son distintos a los que hubo en el pasado en la Argentina. Quisimos dar claridad a un tema tan complejo como es para una familia encarar la compra de una propiedad a 20 o 30 años con un crédito indexado y más teniendo en cuenta la historia de la Argentina con una crisis cada 8 años en los últimos 40 años”, explica Mariano Otálora en diálogo con RePro.
El autor, Lic. en Administración de Empresas pero más conocido por su columnas de opinión en medios gráficos y por su programa de TV “Qué hacemos con los pesos” que se emite por Canal 26, explica que “el libro muestra objetivamente análisis técnicos de cómo respondería el crédito ante las diferentes crisis pasadas que tuvo la Argentina y el resultado es revelador. Porque lo que busca el libro es que la gente no se quede con la opinión de un especialista, que algunos ponderan los riesgos y otros los minimizan, sino que realmente entiendan y analicen en base a su situación socioeconómica, cómo podrían responder a ese crédito en su vida real”.
Pese a la escalada del dólar que provocó un enfriamiento en la demanda de nuevos créditos -según un informe del BCRA los préstamos UVA para vivienda retrocedieron 18,5% entre abril y mayo-, la colocación de préstamos hipotecarios ajustados por la Unidad de Valor Adquisitivo (UVA) tiene muchos interesados y registran un crecimiento interanual superior al 100%.
El segmento UVA explica casi toda la oferta hipotecaria. El financiamiento en UVA representa más del 90% del total de préstamos hipotecarios a personas físicas.
“Cuando uno saca un crédito analiza un montón de variables, una sin dudas es cómo le irá a la Argentina, el dólar, la inflación, el precio de las propiedades, la tasa de interés, etcétera”, enumera Otálora. “Pero la variable más importante es la que uno controla. Por eso, lo que debería hacer una familia es adoptar una cuota cómoda, porque si se produce un desajuste de las variables económicas y el crédito aumenta por encima del salario y vos estás enfrentando una cuota muy al límite, podés pasar dificultades”, recomienda el autor y agrega: “Pero en cambio si tenés una diferencia entre tu capacidad de ahorro y el pago del crédito vas a poder transitar mucho mejor cualquier desajuste económico pues al ser un crédito que se actualiza -tanto el capital como el interés-, si estás muy ajustado la vas a pasar mal”.
Mariano Otálora es Licenciado en Administración de Empresas, especializado en Planificación Financiera Personal y en Mercado de Capitales.
Mediante conferencias, talleres y libros, desde hace años viene divulgando entre el gran público las diferentes alternativas a la hora de ahorrar, invertir y hacer negocios.
Es Director Ejecutivo de la Escuela Argentina de Finanzas Personales, conductor del Programa “Qué hacemos con los pesos” que se emite por canal 26, consultor de empresas, columnista de radio, televisión y de diferentes medios gráficos locales e internacionales.
En el año 2009 editó su primer libro “Cómo pagar menos impuesto sin evadir”, en el 2011 el bestseller “Del colchón a la inversión”, “Inversiones para todos” (2012), “¿Qué hacemos con los pesos?” (2013) y “Amor… sos la inversión de mi vida” (2014).
Editado por Sudamericana, el libro narra los orígenes de este sistema creado por nuestros vecinos chilenos en la década del 60 con el nombre Unidad de Fomento (UF). “No es la primera vez que Argentina copia recetas exitosas en otras naciones. En el caso de los créditos UVA, nuestro país replicó exactamente las UF chilenas. ¿Podremos lograr el éxito chileno o pasará lo mismo que con las AFJP, el sistema privado de jubilaciones y pensiones que también copiamos de Chile y que, en menos de quince años, abandonamos por completo?”, plantean inquietantemente los autores.
En resumidas cuentas la Unidad de Fomento de Chile, o la UVA en nuestro país, no es más que una moneda virtual reajustable en función de la inflación que permite evaluar el valor del dinero en el tiempo.
No obstante, a la hora de sacar un crédito mediante este sistema, Mariano Otálora sostiene que “la variable más crítica no es la inflación sino el salario. Mañana la inflación puede ser del 200%, pero mientras tu salario mantenga la relación cuota/ingreso durante la vida del crédito, entonces no vas a tener ningún inconveniente. Lo que interesa al sacar un crédito es que tus ingresos acompañen la inflación para que la cuota siempre impacte sobre un porcentaje próximo al 25%. Si es así, no habrá problemas; pero si ese porcentaje sube hasta superar al 50%, entonces sí se complica”.
El especialista, crítico del futuro de los UVA ante las reiteradas escaladas del dolar, analizó la historia argentina y asegura que “generalmente el salario tiene una correlación con la inflación”. Se explaya: “Si bien en los momentos de crisis cayó el salario, luego se ha recuperado. Entonces la variable más importante es que el salario acompañe a la inflación”.
Estos créditos también permiten sumar codeudores. Personas que demuestran ingresos y que acompañan a los tomadores del crédito para que el banco les otorgue más dinero.
“El codeudor responde ante el incumplimiento del tomador del crédito. Es una especie de garante. Si el tomador no paga, antes de ir por la propiedad hipotecada, van por el codeudor. La propiedad es lo último que trata de buscar porque ahí el banco pierde mucha plata. El banco toma los recaudos para que no tenga que ir contra la propiedad”, explica Mariano Otálora.
El autor del libro asegura que “hasta la mitad de vida del crédito vas a deber más de lo que sacaste. Esto se debe a que el capital ajusta igual que las cuotas y crece cada mes. Por eso en un gráfico la deuda se vería como una curva ascendente durante los primeros diez años del crédito, y luego cuando sos dueño de la mitad, la curva empieza a descender. Es ahí cuando puede resultar conveniente adelantar cuotas”.
Y si usted es uno de los que hizo negocio con los créditos hipotecarios anteriores que le permitieron comprar una propiedad y estar hoy pagando una cuota fija irrisoria en relación a sus crecientes ingresos, piense que ahora no podrá repetir el éxito. “Con estos créditos uno no va a hacer un negocio financiero como sucedía con los créditos a tasa fija con los que además de comprar la propiedad hacías un negocio con el crédito. Vas a comprar una propiedad que hubiese sido imposible de comprar porque no tenés el efectivo y listo”, detalla el colegaial. Sucede que la moneda indexada es de mucho menor riesgo para el sistema financiero, que se puede animar a mayores plazos ya que el dinero prestado será devuelto actualizado (inflación + tasa de interés).
El libro vende al lector la posibilidad de conocer aquello que los bancos no dicen. “Los bancos no te quieren contar los riesgos del crédito, la diferencia de un crédito que te cobra inflación más 4 puntos de tasa, contra otro que te cobra inflación más 8 puntos; no te cuentan cuando te conviene adelantar cuotas y cuando no, y tampoco qué cuota te conviene afrontar”, enumera al respecto el profesional en ciencias económicas.
Finalmente asegura que “hay poca gente en el mercado que sepa y entienda cómo funcionan estos créditos. La gente se deja llevar por la cuota baja y unos meses después se entera que le cuesta mucho pagarla” y concluye: “Mucha gente está disconforme y no es culpa del crédito”.
La casa propia, sueño de millones de familias argentinas, fue por décadas una quimera y, en repetidas coyunturas, una pesadilla. El cóctel en el que, en proporciones históricamente variables, se combinaron salarios bajos, inmuebles con precios inalcanzables y falta de crédito hipotecario, agitado siempre en ciclos de inestabilidad y crisis, y bebido alrededor de los fantasmas de la hiperinflación y la devaluación, envenenó a generaciones que se asumieron condenadas al círculo vicioso del alquiler. Lanzados con éxito en 2016, los créditos UVA ("unidad de valor adquisitivo"; en definitiva, ajuste por inflación) no tardaron en posicionarse, para muchos, como la solución al problema de la vivienda. Sin embargo, son mirados por otros con justificable desconfianza y despiertan cantidad de dudas; la principal: ¿qué pasaría con las UVA frente a un "rodrigazo", una hiperinflación, una crisis como la de 2001?