La localidad de Bell Ville está ubicada en el sudeste cordobés y es cabecera del departamento Unión, integrado además por Ascasubi, Ballesteros, Litín y Loboy. A poco más de 200 kilómetros de la capital provincial es una localidad pujante, con industrias y oficinas públicas que la convierten en un punto obligado de paso por residentes de la zona. Desde que nació, el Dr. Alejandro Massó vivió allí y solo abandonó aquellas tierras cruzadas por el Río Ctalamochita durante sus estudios universitarios.

El Dr. Alejandro Massó en su estudio contable en la ciudad de Bell Ville, Córdoba.

“En 1980 me fui a estudiar a Córdoba y me recibí en 1986. Desde ese momento ejerzo la profesión de forma independiente. Fui el primer profesional de mi familia. Mi hermano es ex tenista profesional y mi hermana, maestra jardinera. Fueron seis años los que pasé fuera de mi ciudad pero en los que conocí muchos amigos”, recuerda. La Universidad Nacional de Córdoba, fundada en 1613, es la más antigua del país y una de las primeras de América. Por el prestigio que supo ganarse más su estratégica ubicación en el corazón del país, recibe estudiantes de distintas partes de Argentina. “Hay barrios enteros que son de estudiantes del interior de la provincia, pero también de La Rioja, Tucumán, Salta y Jujuy. Aquella fue una época muy recordada que volvería a vivir sin dudas”, confiesa el colega que aun mantiene como amigos a muchos ex compañeros, sobre todo de Marco Juárez o Leones. 

 

El título es el piso

Con esa enseñanza aprendida en el seno familiar, tan corta pero contundente, el Dr. Massó transitó los caminos universitarios hasta la graduación y el retorno a Bell Ville se dio por descontado. “Mis padres no tuvieron la oportunidad de estudiar, por ello lo que hicieron conmigo es lo mismo que intento inculcarle a mis hijos. Siempre se sostuvo en mi casa que el título es el piso y que hasta ahí es donde uno puede caer por más que le vaya bien o mal en la vida laboral”.

Eduardo Massó, hermano del Dr. Alejandro, es un ex tenista profesional radicado en Bélgica hace más de 30 años. Nacido en Argentina, fue 56to. del ranking individual ATP en julio de 1991.

El colega no duda en responder que sus tres hijos pertenecen al ámbito universitario. Desde Bárbara, flamante Licenciada en actuación; pasando por Mariana, pronta a recibirse de Licenciada en Historia, hasta llegar a Leandro, con pocas materias por delante para alcanzar el título de Ingeniero Civil. Lo dice con tanto orgullo como con la responsabilidad que ello conlleva pues, como responde ante la consulta de RePro Digital, “es absolutamente valorable conseguir la graduación universitaria”.

En primera persona: así es Bell Ville

“Bell Ville es una ciudad relativamente pequeña, tiene 45 mil habitantes. Es un pueblo industrial bastante importante, sobre todo de agroindustria. Es una ciudad que tiene todas las reparticiones públicas: Juzgado Federal, provincial, AFIP, Rentas, ANSES. Es capital del Departamento de Unión, entonces se congrega mucha gente del interior a realizar trámites. A pesar de que tiene muchos empleados públicos tiene varias industrias que son importantes como Mainero, que es una industria fabricante de maquinaria agrícola, y está Palmesano que es alimenticia. 

En nuestro caso tenemos un estudio donde somos 5 Contadores, una Licenciada en Recursos Humanos y cinco colaboradores más. Es un estudio, para la zona, bastante grande. Tenemos el “síndrome de la siesta”, a la 1 de la tarde cortamos. Es una vida muy pueblerina, muy tranquila. Acá nos conocemos todos y eso permite tener otro tipo de relación más allá de lo profesional/cliente. Eso hace que las cosas sean mucho más llevaderas, por lo menos a mí me gusta más”.

 

La vida, ese desafío constante

Los que piensan que vivir alejado de las grandes ciudades implica monotonía, pasividad y poco crecimiento, se equivocan. O al menos eso parece cuando aparecen casos como el del colega protagonista de esta nota quien no solo tiene una visión de la profesión marcada por el aspecto social, sino que llevó sus ganas y conocimiento al ámbito dirigencial.

El Dr. Massó en el estudio que comparte con otros cuatro colegas, una Licenciada en Recursos Humanos y cinco colaboradores.

“Siempre creí que la capacitación es la base de nuestra profesión. Sobre todo cuando tenemos una AFIP que dicta arriba de 300 resoluciones generales por año y cada una reglamentan una ley, o la cambia. Si no estás capacitado, directamente no podes ejercer la profesión”, asegura. Durante sus años como dirigente en el Consejo de Ciencias Económicas de la provincia de Córdoba, a cargo de la comisión que agrupa a todas las Delegaciones del interior, el colega nos cuenta que trabajó mucho para que las capacitaciones lleguen a todos los rincones. “Vos te retirás dos años de esta tarea y cuando volvés todo es muy distinto, es la base”, puntualiza. Justamente, producto de esa superación constante que lo caracteriza, es que llegó a matricularse en nuestro Consejo: “una firma local compró el paquete accionario de una empresa radicada en la provincia de Buenos Aires y me eligieron como el contador. Allí comenzó mi relación con la Institución”.

A modo de broma dice que “me gustaría verme jubilado, pero me faltan algunos años”. Sin embargo enseguida acota que desde hace años adoptó una línea de trabajo con la cual se siente cómodo y tiene que ver con el acompañamiento de los clientes en la gestión. “Permanentemente me aparecen nuevos desafíos para estar a su lado. Trato desde mi formación de aportar lo que sea para potenciar las capacidades que tienen quienes dirigen las empresas con las que trabajo. Mi objetivo es que todas puedan desarrollarse y hacer algún aporte importante a la comunidad. Tener empleados, generar trabajo, crecer, insertar a la familia, son cosas que las firmas que asesoro van tomando y ejercitando y eso es motivo de satisfacción”.


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