Realidad Profesional | Revista del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires y su Caja de Seguridad Social
San Francisco, California. Verano de 1967. El movimiento Summer of Love (verano del amor) comienza a darle forma a la cultura hippie de Estados Unidos que tuvo en el Festival de Woodstock (1969) su pico de expresión. Por esos días nace allí Jenelle Marie Rovaro Yong, hoy Contadora Pública recibida de la Universidad Nacional de La Plata y radicada en la localidad bonaerense de Trenque Lauquen.
Hija de madre puertorriqueña y padre argentino, se radicó en nuestro país desde muy chica pero siempre mantuvo sus lazos internacionales. “Mi mamá estudiaba en Estados Unidos, por eso nací allá. Estaba becada y residía en una casa de familia norteamericana. A mis dos años nos radicamos en Argentina”, contextualiza.
Con el paso de los años, la colega pudo volver a su lugar de origen y visitar hasta el hospital donde nació. “Conocí a la gente que me tuvo en brazos y a los dueños de la casa donde vivíamos”, rememora la colega quién no es la única con DNI extranjero en la familia: “Somos tres hermanos y cada uno nació en un país distinto. Solo uno es argentino y el más chico nació en Costa Rica, porque mi mamá quiso ir a tener al último en su país”.
Durante muchos años la familia adoptó la costumbre de vivir 9 meses en Argentina y 3 en Costa Rica. “Mamá no quería que perdiéramos las raíces, así que pasábamos mucho tiempo con mis abuelos. Se podría decir que he mamado las dos culturas, y desde chica nuestra amplitud cultural fue grande. Somos un intercambio cultural”, dice entre risas desde su estudio contable en el oeste de la Provincia. “Intento mantener viva esa cultura y cada dos años viajo porque tengo tías y primos. Tengo un lazo bastante arraigado con ellos”.
La falta de convenios entre el país del norte de América y Argentina hace que si la Dra. opta por elegir la ciudadanía local, debe renunciar a la de origen. “Como no tuve grandes inconvenientes ni para ejercer ni para ningún trámite del Consejo, no me vi obligada a hacerlo”, informa luego de detallar que para trabajar en algunos entes estatales sí existen barreras.
Para no ser menos, se casó con un italiano y aunque sus hijos son argentinos, viajaron a conocer las raíces de él. “Hace dos años fuimos a Italia al pueblo donde nació. Sus padres lo trajeron escapados del hambre de post guerra. Él no había tenido oportunidad de regresar y conocer el pueblito donde vivían, Chieti, en el centro este de Italia”, cuenta la profesional argentina por elección y sentimiento.