Baradero, ubicada al norte de la Provincia a orillas del río que lleva el mismo nombre y que es afluente secundario del Paraná, fue fundada en 1615 y se destaca por ser la ciudad más antigua del actual territorio bonaerense.

De esta localidad es oriunda la Dra. Karen Copello, una profesional que, además de ser Contadora y Lic. en Administración, es docente, está a cargo de un negocio familiar y en sus ratos libres colabora en Cáritas de la Parroquia Santiago Apóstol.

Si aprendemos a escucharlos y a prestarles un poquito de atención, los chicos nos pueden enseñar muchísimo

“La docencia siempre fue una de las opciones porque en Baradero teníamos hace tiempo atrás el bachiller con orientación docente. Antes de decidirme por la Licenciatura tenía la opción de algún profesorado”, cuenta en diálogo con RePro Digital.

A cargo de tres grupos de alrededor de 30 chicos cada uno, dicta actualmente las materias de Economía Política y Gestión de las Organizaciones en el colegio San José Baradero.

Consultada sobre qué la anima a seguir como profesora, con una antigüedad de más de 10 años, asegura: “Hoy me animan a seguir los jóvenes. La gran satisfacción es ver a mis ex alumnos ya con hijos, cruzarlos en la calle, verlos contentos y reírme cuando voy a dar clases. Son los que me arrancan una sonrisa en lo cotidiano”.

La Dra. Copello junto a sus alumnos de 5° A.

Convencida de la importancia de prestar atención al mensaje de las generaciones más jóvenes, la Dra. Copello sugiere que “como adultos, si aprendemos a escucharlos y a prestarles un poquito de atención, los chicos nos pueden enseñar muchísimo”. En este sentido destaca que “la nueva gestión dentro de la educación de aprender a mirarlos a cada uno y de encontrar el mensaje que traen para nosotros es también un desafío constante”.

A su vez, se preocupa por el futuro de sus alumnos: “Siempre les digo que sigan sus sueños, que hagan lo que les gusta y que lo sigan y se esfuercen, que en ningún momento bajen los brazos. Que sepan armarse de un buen equipo de trabajo y gente de confianza y, por sobre todo, buena”.

En relación a la manera en que combina sus actividades, expresa que para ella no hay un día igual a otro, “a todos los vivo a pleno”. “Combino mis actividades como una maga, haciendo pases de magia y siendo malabarista. Tengo dos días específicos a la mañana asignados a la escuela y el resto de la semana estoy en la oficina”, explica entre risas.

“También tengo un comercio que quedó de mi marido y mis hijos lo quieren continuar cuando sean más grandes. Para matizar toda esta actividad profesional, comercial y docente, trabajo en Cáritas”, agrega.

Antes de concluir su testimonio, la profesional quiere dejar un mensaje a sus colegas: “Si están dudando de ejercer la docencia yo les digo que se disfruta, lleva mucho tiempo pero trae grandes satisfacciones”.

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