Realidad Profesional | Revista del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires y su Caja de Seguridad Social
Desde la localidad de Remedios de Escalada, ubicada en el Partido de Lanús, fue que este profesional se movilizó hacia La Plata para ser homenajeado junto a colegas de toda la Provincia por haber llegado a un punto muy importante de su carrera como profesional de las Ciencias Económicas: el beneficio jubilatorio.
Sobre los inicios de su profesión, recuerda que estudió en la escuela Abraham Lincoln de Banfield para Perito Mercantil. “Fuimos varios que nos inclinamos hacia las Ciencias Económicas y dimos el examen de ingreso en la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA). De ahí empezamos nuestro camino al éxito”, asegura.
A su vez, agrega tener los mejores recuerdos de los profesores de esa época y de sus compañeros. Con 21 años, tras cuatro de carrera, el Dr. Alvarracin ya era un profesional.
“Trabajaba en el Banco Nación como empleado de la casa central y pude ubicarme en el turno noche para poder conseguir un empleo como contador en una fábrica. Opté por ese lugar porque necesitaba crecer económicamente y financiar a mi familia. Renuncié al banco en 1981 y después me independicé para trabajar por mi cuenta, con todos los avatares que tuvieron esas épocas”, cuenta.
Consultado respecto a qué recuerdos tiene sobre los inicios de la profesión y cómo se desarrollaba por aquel entonces, rememora que “en nuestra época se hacían los formularios a mano con carbono. La primera máquina que compré para el estudio era de esas que venían con una manija con la que se podía elegir la operación a realizar. De ese cambio tecnológico a nuestros días hemos pasado desde el fax hasta otras cosas que nos fueron agilizando el desarrollo de la profesión. Tenemos que estar agradecidos a todo este progreso”.
Dueño de un estudio en pleno centro porteño ubicado en la zona del Obelisco que administra junto a su hijo, también contador, reconoce que llevarlo adelante hoy en día “es dificilísimo”. “Lo compramos en 2004 y en ese momento se podía trabajar tranquilo, ahora es un inconveniente llegar a trabajar y los clientes no quieren ir al centro, evitan la zona y estamos tratando de ver cómo nos acostumbramos a los nuevos tiempos”, explica.
El Dr. Alvarracin ha sido el primer graduado con un título universitario en su familia y se muestra agradecido por la profesión, ya que le ha permitido ser el sostén de su esposa y sus dos hijos: “Gracias a mi carrera he podido tener un patrimonio seguro para poder atenderlos”.
Antes de despedirse de esta entrevista, y respecto de aquellos que lo han acompañado en su camino, no quiere dejar de agradecer a los profesores que tuvo en su paso por la secundaria y algunos de la universidad.
“Hubo un montón de gente que me marcó para querer a la profesión y a nuestra patria, es decir, ser profesionales honestos y decentes y poder asesorar a nuestros clientes con la mejor voluntad. Ese fue mi mejor crédito”, sintetiza.