La Dra. Lucrecia Brunatti, Contadora Pública y Especialista en Sindicatura Concursal, comenzó su relación con la enseñanza mientras cursaba en la universidad. “Uno empieza en la docencia como ayudante, colaborando en una cátedra”, asegura, y reconoce además que en ese rol tenía la posibilidad de generar conocimientos y estrategias para que los demás puedan aprender.

Desde entonces empezó a perfeccionarse en esta faceta y llegó a la escuela técnica San Vicente de Paul, donde en principio cubrió dos horas hasta que le ofrecieron tomar más: “tuve que hacer el tramo docente para poder titularizar, mientras realizaba en paralelo una especialización en Docencia Universitaria”.

“También hice la diplomatura en Tutorías, porque sentí que los chicos necesitan algo más personalizado; a veces no se animan a preguntar y nosotros como docentes tenemos que tener todas las estrategias para poder intervenir. Lo que me gustaría poder hacer a futuro es la especialización en TICs”, agrega.

Al frente de las materias Derechos del Trabajo, Sistemas Productivos, Emprendimientos Productivos y Desarrollo Local con adolescentes de sexto y séptimo año de Electrónica y Electromecánica, busca poder enseñarles algo más que lo teórico. “Trato siempre de que la materia sea práctica, porque hoy en día los chicos si es muy teórico se aburren o no llegan a comprender los mensajes. No pretendo que sean contadores pero al menos que puedan operativizar lo que les transmito”, cuenta.

Dar clases tiene mucho de humanidad, de tomar decisiones inmediatas a partir del otro

La Dra. Brunatti reconoce que “no es fácil transmitir hoy en día porque los chicos no son como cuando yo fui a la escuela, son una generación moderna de la tecnología e internet”. En este sentido, destaca que la clase presencial es “irremplazable por la opacidad que tiene el otro, la inmediatez, la capacidad que tiene el chico de preguntarte. Tiene mucho de humanidad, de tomar decisiones inmediatas a partir del otro”.

Consultada sobre qué la anima a seguir, admite que se trata de un desafío constante: “Uno puede preparar una clase con un contenido pero los alumnos pueden hacer que la clase gire para un lado o para otro, la forma cambia grupo a grupo. Eso es súper creativo, desafiante y comprometedor. La docencia no te permite quedarte y estás obligado a seguir capacitándote”.

La Dra. Brunatti junto a sus alumnos de séptimo año de Electrónica.

Su pasión por las Ciencias Económicas también ha sido trasladada hacia alguno de sus alumnos, aunque ya no se estila como antes que reciba una manzana como regalo por transmitir sus conocimientos. “Veo en ellos cuando tienen inclinación y al estar en una escuela técnica están medio perdidos”, explica, y sus materias “les permiten conocer qué es lo que hacemos nosotros. Tengo el caso de un chico que fue alumno y ya está en la universidad; siempre hay alguno donde dejamos la semillita y crece”.

Respecto de la forma en que ha logrado combinar sus actividades, reconoce que tiene “días complicados” pero de cualquier forma ha logrado atender su profesión como matriculada y como docente, sumando también la de su familia.

“La profesión permite que se puedan apoyar todas las cuestiones de una persona. Además, el estar en contacto con los adolescentes te permite estar atento a la sociedad y la realidad que ellos viven. Cuando llegan a la universidad ya uno puede saber cómo encarar los problemas que tienen”, sintetiza.

La docencia no te permite quedarte y estás obligado a seguir capacitándote

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