Realidad Profesional | Revista del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires y su Caja de Seguridad Social
“Desde muy chica me gustaba la carrera”. “Trabajaba y estudiaba, pero lo hacía con ganas porque me encantaba”. “Me siento bien conmigo misma, esto es lo que quería hacer”. “Recomiendo la profesión, me dio muchas satisfacciones”. Frases como estas se escucharon en la charla que RePro Digital tuvo con la colega quien asistió a la Sede Provincial para recibir su medalla por los 50 años de matriculada en el Consejo.
Dueña de un estilo simple y directo, la Dra. María Victoria Gorguis dice que estaba destinada a ser Contadora desde la escuela. “Tenía mucha facilidad para las matemáticas y los números. Así que primero hice Perito Mercantil y cuando terminé, me inscribí en la Facultad de Ciencias Económicas de la UNLP”, detalla sobre sus primeros pasos. Y casi sin pausa comienza a justificar aquella afirmación de que conserva un espíritu alegre que le es propio: “La Universidad fue una época muy linda, con excelente profesores. Aprendí mucho y tuve compañeros a los cuales hoy sigo viendo. A la mañana me iba a trabajar y cursaba a la noche. Y como muchos chicos eran del interior a veces estudiábamos en sus casas. Salí muy enriquecida de toda esa experiencia”.
La colega de La Plata se dedicó casi exclusivamente a la actividad en bancos, en la parte financiera, tanto en la capital provincial como en la nacional. “Abordé la profesión desde distintos costados”, recuerda al mismo tiempo que se ríe cuando detalla algunas tareas de antes que hoy, con el avance de la tecnología, quedaron en desuso: “Se hacían declaraciones juradas en papel, o ingresos brutos en un formulario grande por triplicado. Cuando empecé en el Banco Comercial que estaba en 7 y 49, en el área de cuentas corrientes, pasábamos los cheques uno por uno en un listado y teníamos la máquina para sumar. Después analizábamos balances a mano sacando los índices con maquinas de calcular. Hasta que nos trajeron un sistema Lotus que cuando no sabíamos cómo seguir, apagábamos la computadora para volver a empezar”.
La digitalización de las tareas, asegura, le dan más tiempo al profesional para capacitarse o realizar otra tarea. Ella, por ejemplo, disfruta de su nieto de 5 años y de cómo “hace maravillas con el celular o la tablet”. En ese sentido defiende la hipótesis de que estos cambios fueron positivos para la profesión ya que antes “éramos una máquina más”.
Sobre el final de la entrevista, la profesional que actualmente se desempeña en el ámbito universitario, no quiso dejar de citar a aquellas personas importantes en su vida. “Mis padres no tuvieron instrucción y gracias a la Escuela y la Universidad pública llegué a lo que soy. Luego, mi familia siempre me apoyó cuando pasamos momentos sin trabajo y hubo que empezar de nuevo. Yo me fui reciclando, pero siempre con la contención familiar y de los amigos, que son lo que más tenemos”.
Segura de recomendar la profesión por lo gratificante que es asesorar a una persona que lo requiera, no quiso dejar de destacar al Consejo y la Caja quienes “siempre me apoyaron cuando los necesité y me atendieron perfectamente. Esta es mi segunda medalla ya que tengo la de los 25 años, estoy muy contenta”, culminó.