La historia de una nueva generación de argentinos que decidieron crear multinacionales desde nuestro país en los peores años de la economía.

Mercado Libre, Despegar, Globant y OLX son las cabezas visibles de un universo de empresas que triunfan en los sectores en los que actúan.

Si en situaciones adversas existe un gran número de empresas que superan las dificultades y alcanzan el éxito, ¿qué sería de Argentina con estabilidad y políticas de estado?

El libro planea las posibilidades que tendría el país de convertirse en un polo mundial de innovación si contara con políticas de incentivo, previsibilidad y un rumbo claro.

Las autoras de “Argentina Innovadora” creen que nuestro país podría dejar atrás un perfil agroexportador y desarrollar una industria del conocimiento que exporte tecnología por miles de millones de dólares, convirtiéndose en lo que se denomina una “Start up nation”, un polo mundial de innovación en áreas tan diversas como la biotecnología, el arte y la comunicación. Una teoría que seguro resulte de interés a los profesionales en Ciencias Económicas, tanto si asesoran a emprendedores como a grandes firmas, pues pueden desempeñar un rol importante a la hora de acompañarlos a dar el salto.

Muchas empresas ya se animaron. “El libro cuenta la historia de una nueva generación de argentinos emprendedores, biólogos, neurocientíficos, físicos, artistas y cineastas que dijeron basta y empezaron a decir sí. Y lo hicieron en los peores años de la economía, años mucho peores a los que estamos viviendo”, explica María Eugenia Estenssoro, una de las autoras junto a la periodista Silvia Naishtat.



El Silicon Valley argentino

Luego de contar en Clarín la experiencia de los emprendedores de alto impacto en Argentina y que hoy son las nuevas multinacionales del país, Silvia Naishtat se propuso profundizar en este fenómeno.

En diálogo con RePro Digital, Naishtat relata que fueron a Estados Unidos a conocer Silicon Valley, la sede de los gigantes como Apple, Google y Facebook. “Estuvimos en Stanford donde se estudia desde hace diez años el caso de Mercado Libre como la empresa más innovadora de América Latina y la mayor de comercio electrónico”, afirma Naishtat, orgullosa de los empresarios argentinos.

“Ellos advirtieron la revolución tecnológica que se estaba dando en el mundo y decidieron ser parte. Y no se fueron a Estados Unidos, Europa o Israel donde hubiera sido mucho más fácil. Decidieron quedarse en Argentina y crearon contra viento y marea las mejores empresas tecnológicas de América Latina”, agrega Estenssoro, Co-fundadora y primera Directora de la Fundación Endeavor Argentina, periodista, política y emprendedora social.

El libro cuenta la historia de una nueva generación de argentinos.

Naishtat afirma que “este libro fue una especie de gran viaje hacia el interior y hacia el exterior. Fuimos a Bariloche donde está nuestro Silicon Valley con una gran presencia estatal con el Instituto Balseiro y el INVAP que vendió un reactor nuclear con fines médicos a Holanda ganándole a Francia. También fuimos a Santa Fe donde está una incubadora extraordinaria con apoyo privado y empresas asesoradas por los israelíes que van a dar que hablar en materia de biotecnología y tecnología médica”.

Las que están entre nosotros pero venden para todos

Entre las empresas que se destacan por haber logrado trascender y liderar, las autoras citan el caso de “Mercado Libre”, la principal plataforma de comercio electrónico de habla hispana, una empresa que vale en la bolsa más que YPF; “Despegar”, la quinta agencia de turismo del mundo; “Globant”, que suministra tecnología a empresas como Disney y Google; y “OLX”, el sitio de compra venta que está presente en ciento veinte países y desde el bajo Belgrano mueve los hilos de la venta de clasificados por internet en la India.

El emprendedurismo no les está reservado solo a los jóvenes, sino que cada vez se está valorando más la experiencia

Se trata de unicornios, empresas tecnológicas valuadas en más de mil millones de dólares que no solo se distinguen por su valor, “sino por llevar en su ADN una gran dosis de espíritu rupturista e innovador. Surgieron y se desarrollaron a contramano de la realidad local y hoy son multinacionales que generan riqueza, trabajo de calidad y crecimiento sostenido”, se afirma en la sinopsis del libro publicado por editorial Sudamericana.

“Argentina tiene la virtud de que es el único país de Latinoamérica que tiene cuatro unicornios, más que México y Brasil”, agrega Naishtat.

No son casos excepcionales, existen también otras empresas con las mismas características: “Gran Data” anticipa el comportamiento de los consumidores para las principales compañías telefónicas de los Estados Unidos; “Satellogic” ya lanzó cinco satélites al espacio que brindan imágenes con una resolución nunca antes alcanzada; “Bioceres” posee un gen resistente a la sequía que puede permitir una nueva revolución productiva en el agro y Don Mario, una semillera de cuatro amigos ingenieros agrónomos que en Brasil le gana a Monsanto y está haciendo descubrimientos biotecnológicos en Estados Unidos. “Imaginemos si hubiera más empresas como estas”, invita Naishtat.

Luego de dos años de viajes y entrevistas, las autoras concluyen que estos son ejemplos descollantes de que la Argentina no es solo un semillero de futbolistas de calidad internacional: con políticas públicas adecuadas, el país puede aspirar también a ser un polo mundial de innovación en áreas tan diversas como la biotecnología, el arte y la comunicación.

 

Qué tienen en común Juan José Campanella y Facundo Manes

“No es un libro de casos, es un libro político”, asegura Stenssoro pues “para ser Start Up Nation se necesita recorrer un camino” e invita a involucrar al Estado y al sector privado. Como reflejo de ello, el libro se presentó en el Museo Malba junto innovadores como Facundo Manes y Juan José Campanella, y Lino Barañao, por entonces Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación Argentina.

La ex senadora nacional describe que “los argentinos son audaces y cosmopolitas y su entorno hostil los impulsa a crear empresas regionales” y agrega: “Los argentinos tienen más potencial que el resto de los emprendedores, por esa tormenta perfecta entre entorno hostil y una buena educación”.

Por su parte, Silvia Naishtat recalca que “estos empresarios no solo no se fueron, sino que volvieron. Son empresarios que se formaron en el exterior, como Facundo Manes que estaba en Oxford, en Inglaterra, con la promesa de una carrera extraordinaria y puso a la Argentina en el mapa internacional de las neurociencias, en un lugar de predominancia”.

Primero siempre está la vaquita de los amigos y los padres, pero para escalar se necesita un plan de negocios y financiación

Estado, educación, políticas… rumbo

En el centro de la escena aparecen la educación y el Estado. “Faltan ingenieros, hay dificultades enormes y muchas empresas tienen que preparar a la gente”, señala la periodista de Clarín, pero a pesar de ello agrega: “Las empresas internacionales vienen a las facultades y se llevan a los estudiantes sin que hayan terminado las carreras”.

En cuanto al rol de Estado, la autora reconoce que en la actualidad “ayuda mucho, con herramientas como la ley de Software que aligera las cargas salariales y la facilidad con la que ahora se puede crear una PYME en un día”.

Sin embargo, se lamenta: “Las chances de que estas medidas perduren en el tiempo son pocas”. Al respecto agrega: “A la Argentina le hace falta una política de Estado. Definir un rumbo. Apostar a la innovación a tener más INVAP (Instituto de Investigaciones Aplicadas). Lo triste de Argentina es que tiene todo para tener cinco INVAP y tiene uno, que incluso a veces es cuestionado. Compite en el mundo y tiene dificultades en su país de origen”.

El aporte de las ciencias económicas

Educación, asistencia estatal, financiamiento. Elementos que se repiten a menudo en la charla. “Para alentar a más personas a seguir este camino hace falta un ecosistema más desarrollado”, menciona la periodista y señala a modo de ejemplo: “En Israel tienen un modelo muy interesante. Allí el Estado se involucra y brinda asistencia de todo. Cuando la empresa crece el Estado se retira y la empresa debe pagarle las acciones por el monto que invirtió”.

Se advierte de inmediato el importante aporte que los profesionales en Ciencias Económicas pueden hacer como aliados de los emprendedores. Sobre este punto, la autora señaló también lo gravitante que resultan algunas alianzas: “Primero siempre está la vaquita de los amigos y los padres, pero para escalar se necesita un plan de negocios y financiación”, detalla la periodista y aclara que “entre los aliados de un emprendedor se encuentran fundaciones como Endeavor, una fundación internacional que ayudó con la financiación y que en Argentina logró la mayor cantidad de emprendedores de alto impacto, con 174 casos todos muy interesantes”.

Periodista de profesión, Naishtat asegura que “el emprendedurismo no les está reservado solo a los jóvenes”, sino que “cada vez se está valorizando más la experiencia”. Explica al respecto: “Una cosa es tener la idea, otra es conseguir el financiamiento y algo distinto es escalar una empresa. Para eso se necesita experiencia desde diversos ángulos”.

El libro es inspirador. El relato de los emprendedores tecnológicos que hace veinte años decidieron realizar el sueño de una nación innovadora y creativa, reconocida por su talento en el resto del mundo, alentará a otros a seguir sus pasos. Que sean muchos los que se animen a levantar la mirada para ser protagonistas del siglo XXI.

María Eugenia Estenssoro

María Eugenia Estenssoro nació en La Paz, Bolivia. Estudió literatura y ciencias políticas en Smith College (Estados Unidos), La Sorbonne y Sciences Po (París), y obtuvo una maestría de periodismo de Columbia University (Nueva York). Ya en Argentina en 1983 fue corresponsal de Time Magazine. En los noventa fue editora de Economía de Noticias y cofundó la revista Mujeres & Compañía. Después de la crisis de 2001 decidió participar en política. Electa Diputada porteña en 2003 y Senadora nacional en 2007, fue candidata a jefa de Gobierno en 2011. Presidió la Comisión de Libertad de Expresión del Senado. En 2015 renunció a su banca de legisladora para volver al periodismo y al sector social como una ciudadana más. Cofundó y dirigió la Fundación Compañía Social Equidad, Endeavor Argentina y el International Women's Forum de la Argentina. Integra el Club Político Argentino y la Red de Acción Política (RAP).

Silvia Naishtat

Silvia Naishtat nació en la ciudad de Córdoba. Se inició en el periodismo en el diario La Razón en 1984, cuando era dirigido por Jacobo Timerman. En 1990 ingresó a Clarín, donde es editora de Economía y de Negocios. En el año 2000 publicó El Cazador, la biografía no autorizada de Juan Navarro, en coautoría con Pablo Maas. Es miembro de la Academia Nacional de Periodismo, y en 2007 recibió el Premio Konex por su labor en la prensa gráfica.


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