Contador por herencia

Desde la localidad de Haedo, en el partido de Morón, viajó hacia La Plata el Dr. Ariel Sebastián Falcioni para formalizar su matriculación en la institución. Recibido de la Universidad de La Matanza, es Contador Público y desde hace 18 años trabaja en el estudio contable de su familia.

“En su momento elegí las Ciencias Económicas primero por la profesión de mi padre, siempre me gustó y lo veía a él cómo la ejercía. Además estudiando en el secundario hice la orientación de Perito Mercantil”, asegura.

De sus años de estudio, el colega destaca que “la universidad pública fue excelente a nivel académico, institucional y edilicio. Tengo muchos amigos y compañeros. Recuerdo algunos profesores como Ferreiro de la materia Impuestos que fue uno de los que me marcó más en la carrera”.

Considerando la capacitación como imprescindible, confiesa que “la parte impositiva es lo que más me motiva, más que nada para estar actualizado con los últimos cambios. De hecho estoy empezando un curso de capacitación sobre el ajuste por inflación así que estoy encarando también ese punto”.

Habiendo pasado varios años de haberse recibido, y si bien ejerció la actividad profesional, la matriculación tuvo que ver con varios motivos: “Me generaba ciertos impedimentos para ejercer plenamente la actividad. Además mi padre está cercano a su jubilación y considero que tenía la necesidad propia de matricularme”.

Agradecido a su familia por estar siempre presente durante sus años de estudio, el Dr. Falcioni destaca que cuando se recibió de contador ya tenía 2 hijos. “También quiero agradecer a la institución que me formó a nivel académico, tanto a la Universidad de La Matanza como a sus profesores y titulares de cátedra que me dieron un gran apoyo”.

 

Madre profesional

A muy pocos kilómetros de La Plata se encuentra la localidad de Olmos, de donde es oriunda la Dra. Romina Lilian Cañete. Tras pasar 14 años de haber obtenido su título en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), tomó la decisión de matricularse en el Consejo.

La universidad pública fue excelente a nivel académico, institucional y edilicio. Tengo los mejores recuerdos - Dr. Ariel Falcioni

“En su momento decidí porque era lo que me gustaba, especialmente me gusta mucho la contabilidad y la parte impositiva. Además, cuando estaba en la secundaria tenía una orientación contable y tuve una profesora que fue muy buena también y en ese momento elegí la profesión. La verdad que no me arrepiento del desarrollo que vengo haciendo en estos 14 años”, afirma.

Sobre su paso por la facultad, reconoce que es muy estructurada y “por algo soy contadora”. En este sentido, destaca que siempre le gustaron las formas en que se desarrolla la carrera en la UNLP: “Lo hice en el término de 5 años y medio y no tengo más que agradecimientos por haber podido estudiar en una universidad pública. Creo que es una posibilidad para todos de crecer, de formarse, y es algo que no se tiene que perder”.

  • El Dr. Falcioni recibió su diploma de parte de la Dra. Susana M. Costa, Sec. de Hacienda.
  • El Dr. Luis Scuriatti, Vocal del Tribunal de Ética, entregó el diploma a la Dra. Cañete.

La colega considera esencial a la capacitación, ya que “los cambios son vertiginosos y uno tiene que estar constantemente atento a las normativas y a tratar de ver cómo bajar eso a los clientes y estar preparado para cada consulta o cada trabajo que surge. Es muy necesario mantenerse actualizado”.

Y sobre este punto agrega: “Me interesa principalmente la parte contable y la parte impositiva. Trato de seguir capacitándome y me interesa, la verdad es que lo hago con gusto”.

La matriculación llegó después de mucho tiempo, y para la Dra. Cañete tiene que ver más con su desarrollo personal. “Cuando uno se recibe tiene muchas cosas que atender y a veces surgen otros proyectos de vida que se van mechando con lo profesional. Esto es algo que tenía pendiente y lo quería hacer, era parte de lo que fue mi carrera y lo que es mi trabajo. Tenía muchas ganas además de formar parte de la capacitación que ofrece la institución”.

Contando con el apoyo de sus padres, confiesa que “todo lo que pude hacer y hago es gracias a ellos”. “También quiero agradecer a mi jefe y a mi trabajo, donde siempre estuve muy cómoda pudiendo desarrollarme en mis proyectos personales. A veces para una mujer es difícil tratar de combinar todas esas cosas. Hoy tengo 3 hijos de mediana edad y tuve la posibilidad de criar y disfrutarlos sin dejar de hacer lo que me gusta de la profesión”.

Tenía muchas ganas además de formar parte de la capacitación que ofrece la institución - Dra. Romina Cañete

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