De vocación docente, la Dra. Norma Irigoyen es Contadora Pública y Licenciada en Administración recibida de la Universidad de Buenos Aires. Se matriculó en nuestro Consejo Profesional en la Delegación Morón y vive en esa ciudad, aunque se crió en Ramos Mejía. “Tengo muy buenos recuerdos del secundario y de la universidad: docentes excelentes y una biblioteca en donde estudiábamos y se dividía en tres. La parlante, la de apuntes y la de libros”, recuerda de su época como estudiante.

Como la docencia la cautivó desde joven, al recibirse comenzó con esa tarea dictando materias en escuelas primero. “Luego me especialicé en matemática financiera y empecé como ayudante en la Universidad de Morón” detalla, y continúa: “Hoy soy titular de esa asignatura y dicto tanto en la modalidad presencial como en la distancia, dado que hice una Maestría en Educación a Distancia que me brindó el apoyo pedagógico que era necesario”.

Madre por cuatro y abuela por seis, se siente satisfecha por las tareas que realizó hasta aquí tanto en la profesión como en la docencia y va mas allá: “con respecto a los objetivos, cumplí mas de los que me propuse. Sigo siempre abierta para los nuevos que van llegando. Y a medida que aparecen nuevas propuestas estoy convencida de que las voy a asumir porque me gustan los desafíos”.

Además de integrar la Comisión de Actuación Profesional del Consejo en donde, según sus palabras, “trabajo con profesionales que son realmente muy buenos, con mucho profesionalismo”, tiene tiempo para dedicarle a un hobbie que la atrapa cada vez más. “Estudio desde hace algunos años canto y repertorio. Me inclino hacia el tango y concurro los fines de semana a peñas con micrófono abierto. Un poco para reunirme con otros amigos cantores y de esa manera sentirme que estoy haciendo algo más espiritual o que me distrae de la tarea profesional”.

Nacido en San Pedro en 1944 e hijo de padre comerciante y madre ama de casa, el Dr. Alberto Santachita fue consiguiendo sus logros a partir del esfuerzo y dedicación. Tal es así que tras conseguir el título de Perito Mercantil entendió que “era indispensable buscar una formación y un nivel superior de conocimiento que me dé la posibilidad de aportar algo al mundo. Por eso me vine a trabajar y estudiar a La Plata a estudiar ciencias económicas en 1962”.

“Sobre el final de la carrera me casé con una persona maravillosa que me acompaña en todo mi proceso profesional, Mirta. Y logré el título de Contador en el año 1969”, resume a modo de crónica. Todo lo que vendría a partir de allí, como él mismo dice, fue crecimiento personal y profesional.

Sobre aquellos primeros años en La Plata, detalla que el grupo de amigos provenientes de San Pedro que llegó a la capital provincial, se fue afianzando al punto de aun hoy mantener estrecho ese vínculo. “Son entrañables amigos con los que seguimos en contacto actualmente y recordamos nuestra infancia y profundizamos esa fraternidad. Son Héctor Padula, Fernando Bravo y Gustavo Fernández, entre otros. Todos profesionales exitosos y que hoy en día están en actividad profesional, aunque cada uno con su carrera”, enfatiza.

También quiso destacar que ocupó en cargo de Secretario de Hacienda en nuestra institución con una gran participación en la capacitación de los colegas de la provincia. También se vinculó con la docencia en la Universidad de La Plata donde “ingresé como ayudante en 1970 y ejercí toda la línea hasta Profesor Adjunto, cargo que dejé en 2017”.

A modo de despedida, le consultamos si volvería a elegir la profesión. En sus palabras, además de responder, dejó una enseñanza: “Uno nunca puede decir qué hubiera pasado si no hubiera hecho lo que hizo. La vida te va dando circunstancias y uno va resolviendo dentro de ellas; y por surte, como me paso a mí, opta por lo que te completa la expectativa, el espíritu y el objetivo. Sin dudas que haría lo mismo”.