Lo que comenzó como una preocupación de un grupo de personas en 2001 que veían con desánimo cómo crecía el número de jóvenes sin estudios secundarios, se convirtió al poco tiempo en una fundación que desarrolló un modelo de acompañamiento integral y personalizado enfocado en la educación, la formación laboral y el cuidado ambiental.

Ya son más de 2.400 los chicos y chicas de distintas escuelas que participaron del principal programa de Fundación Reciduca: el Centro de Formación en Competencias Laborales, apuntado a los dos últimos años del colegio secundario en zonas con alta vulnerabilidad económica y social. 

La Dra. Luciana Zelido junto con alumnos que, a través de Fundación Reciduca, hicieron prácticas en su estudio contable.

“Cuando están en el último año hacen prácticas educativas en distintas empresas. A mi estudio vienen siempre aquellos que quieren seguir estudiando administración o contador. Les sirve principalmente para aprender sobre la cultura del trabajo de cumplir un horario o avisar si llegas tarde o faltas”, comenta la Dra. Luciana Zelido, matriculada en la Delegación San Isidro de nuestro Consejo Profesional y asesora contable de la fundación. “Trabajo con ellos desde 2008, cuando estaba en otra organización similar y alguien del Consejo de Administración me puso en contacto. Me llamaron, tuve una entrevista donde me pidieron referencias y empecé”, detalla sobre los inicios de la relación con la ONG.

La colega se esfuerza en marcar la importancia que tiene la participación de un profesional de las ciencias económicas responsable en este tipo de organizaciones no gubernamentales. “Muchos minimizan el trabajo en las ONG, pero en realidad es muy parecido a una sociedad comercial. Lo único que no se hace es presentar la declaración de IVA porque están exentos. Pero se debe conseguir la exención de ganancias, todos los años hay que hacer el balance, la presentación de ganancias, presentar en IGJ los balances, pedir la exención de ingresos brutos y presentarlos. Incluso hay aplicativo de donaciones donde tenes que ser muy prolijo y detallar todas las donaciones que reciben porque después la AFIP cruza lo que declaren los donantes como deducción en ganancias contra lo que dice la donación de la organización”, resume en pocas palabras la Dra. Zelido quien además de Reciduca también trabaja con otras entidades similares.

Muchos minimizan el trabajo en las ONG, pero en realidad es muy parecido a una sociedad comercial

Es tal la importancia de contar con un profesional calificado, que nos cuenta una anécdota muy particular: “La registración del banco la hacían en un cuadernito con un lápiz y hoy tienen un sistema y presupuesto”. Tras 16 años de actividad, 27 personas integran el equipo de Reciduca, más de 800 jóvenes realizaron prácticas educativas en empresas u organizaciones sociales y alrededor de 380 egresados de sus programas están actualmente trabajando. “Hace unos años una chica hizo sus prácticas en nuestro estudio y hoy se encuentra trabajando en la administración de un cliente y otra que, tras graduarse de la universidad, ahora está en España haciendo un posgrado”, informa la Dra. Zelido.

  • Alumnos de la Escuela de Comercio N°12 de Villa Lugano visitaron el Laundry de Swiss Medical. De la mano de Reciduca aprendieron sobre Seguridad e Higiene en un ambiente de trabajo.
  • En Reciduca, aprendiendo sobre el uso de materiales reciclables en las mini huertas.
  • El vivero de cultivo hidropónico en Reciduca, donde los alumnos desarrollan prácticas educativas.

Es solo una cuestión de actitud

“Siento satisfacción, te llena poder hacer el trabajo profesional que te gusta sabiendo que estás haciendo ayuda social”, se sincera la colega quien además de trabajar con Reciduca también lo hace en un colegio para chicos de bajos recursos “que tiene nivel de colegio bilingüe y que cobra una cuota muy baja para que los alumnos puedan ir y estar la jornada completa”.

En esa misma línea, comenta que trabajar con este tipo de organizaciones da sus frutos y que es mucho más probable establecer vínculos afectivos que derivan en la profesional colaborando en algún evento de la fundación o hasta siendo donante. “Una cobra los honorarios, como cualquier otro cliente, pero con componente social. Es un trabajo sumamente profesional en donde hay que cumplir con muchas formalidades. Hay que tener en cuenta que ellos administran fondos que son donados, no hay un dueño”.

Si bien para ella es común contar con este tipo de comitentes ya que lo hace desde hace tiempo y a gusto, reconoce que no sucede lo mismo con todos los colegas: “el resto de los profesionales deberían conocer este tipo de organizaciones”. Y redobla la apuesta: “hacer este trabajo es algo gratificante”.

¿Qué hace Reciduca?

Trabajamos con jóvenes que más lo necesitan, por eso nuestros programas no hacen ningún filtro ni elijen quiénes participan, sino que se abre a todo el curso. Los acompañamos para que terminen la escuela, en instituciones con altos índices de deserción. Los preparamos para que puedan salir por sus medios a conseguir el primer empleo y todo se canaliza mediante nuestro principal programa: el Centro de Formación en Competencias Laborales. También tenemos becas universitarias, terciarias y un programa de empleo.

Nicolás Federico, Director Ejecutivo de Reciduca

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