NOTAS DE AUTOR

Mg. Dr. Sergio R. Juric Mg. Dr. Sergio R. Juric Contador Público
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Desde el comienzo del presente siglo y con mucha más preponderancia en los últimos cinco años, hemos visto que la palabra “innovación” aparece incorporada en la extensa bibliografía existente con una concepción estrecha en su significado a lo vinculado a aspectos de industrialización y tecnología dando a suponer que los productos con innovación implican el desarrollo más avanzado de la ciencia.

La innovación, según el diccionario de la Real Academia Española, es la creación o modificación de un producto y su introducción en un mercado. Innovar proviene del latín “innovare”, que significa acto o efecto de innovar, tornarse nuevo o renovar.

Sin embargo, en realidad, su concepto es de mayor amplitud ya que actualmente se la vincula a la propia cultura de las organizaciones empresarias, convirtiéndose en uno de los campos del conocimiento más relevantes para el futuro toda vez que con ella se puede conformar una nueva línea comercial o captar la mejor participación en el mercado posible. Estas ventajas competitivas, traducidas en innovación, involucran a la inversión y a la investigación tanto sea en participación como en colaboración creando desde los más pequeños cambios en el diseño o en la forma de presentación de un producto y/o servicio así como en la fabricación y puesta a disposición a los consumidores de ellos.

Es en este proceso en donde las empresas deben asumir que la innovación afecta a todas sus áreas funcionales, partiendo del diseño y desarrollo de bienes y servicios, la comunicación y el marketing, hasta la internacionalización, los recursos humanos, los procesos y la gestión empresarial.

Alfons Cornella ha definido a la innovación “como la acción consistente en generar ideas que sean convertibles en un producto, servicio o proceso que suponga un valor para los clientes o la sociedad de manera de que se consigan unos resultados económicos y sociales sostenibles en el tiempo”.

Por ende, la innovación involucra tres aspectos que deben retroalimentarse de manera sistemática:

-  Una fuerte presencia de las ideas (que surgirán de un “brainstorming” o tormenta de ideas) estimulando al personal de trabajo para que las propongan con el norte puesto en explorar al mercado y las necesidades que se intentan satisfacer.

-  La traducción de ellas en un valor perceptible por parte de los consumidores o de la sociedad. Por ende, estas ideas deben ser analizadas exhaustivamente en pos de hacer aportes que sean percibidos por ellos.

-  Y la infaltable aparición del resultado favorable desde el punto de vista económico y/o social que genera la retribución para la inversión en nuevas ideas.

Allí surgirá la pregunta que se hacen todas las organizaciones: ¿Cómo se consiguen las buenas ideas?

Para dar una respuesta adecuada a ello, se puede citar, en tal sentido, al Premio Nobel Linus Pauling quien sobre este tema indicó: “La única manera de tener buenas ideas es tener muchas ideas”.

¿Cómo las podemos desarrollar? La respuesta no es única ni simple pero seguramente esas ideas irán apareciendo en las organizaciones en donde sus líderes están comprometidos y participan activamente de estos procesos en los que nadie ni nada debe ser descartado o desechado.

Entre ellas:

-  Ideas que resuelvan problemas de los clientes y que les aporten un beneficio por su utilización.

-  Ideas que permitan detectar oportunidades tanto en el ámbito social como en el tecnológico y que importen la aparición de nuevas necesidades.

-  Realizar un análisis de la competencia para permitir encontrar a clientes sub o sobre satisfechos de los actuales o detectando a nuevos consumidores.

-  Explorando nuevas alternativas sobre los márgenes de los productos y/o servicios que la empresa elabora actualmente.

-  Crear métodos de trabajo que le permitan a la organización captar ideas que provienen de los propios clientes o de la sociedad.

-  Trabajar en colaboración o en co-creación con otras empresas a los fines de innovar en aspectos que no se hubieran podido alcanzar en forma unitaria.

En todos los casos, ello implica orientar a toda la empresa hacia la innovación generando el dilema consabido de explotar al máximo sus habilidades con el mínimo de riesgo frente al de explorar nuevas oportunidades con su eje de peligro en los resultados.

 

¿Qué se innova?

Hoy en día la innovación no es una acción puntual que se pueda desplegar en la propia organización con participación de los sectores involucrados en Investigación y Desarrollo sino que su conceptualidad de amplitud y frente a una competencia global cada vez más intensa, obliga a plantearse a la misma en forma integral definiéndola como una “gestión de la innovación”.

Para ello, deberemos definir qué estamos haciendo (el qué), para quién lo concretamos (el quién) y cómo lo estamos desarrollando (el cómo). Esto implica determinar el producto y/o servicio que pretendemos crear y que sea considerado como de valor por el cliente y/o la sociedad, dentro de un marco de un mercado o sector sobre el cual la organización deberá competir para captarlo y finalmente, el de definir los recursos que utilizaremos con las operaciones que se generarán tendientes al logro del objetivo final.

 

¿Cómo innovar?

En la innovación no importa solamente la invención de cosas muy complejas o que involucren tecnologías sofisticadas sino buscar la eficiencia como herramienta base en el proceso de la producción del producto y/o servicio involucrado tendientes a generar una “diferencia” frente a la competencia en el mercado objeto.

Allí aparece el modelo de la organización con una gestión clave en la innovación para hacerlo desde todo punto de vista: Desde el Diseño, desde las Operaciones y desde la Relación con el cliente.

En el diseño, la innovación se podrá dirigir a modificar los formatos del producto y/o servicio a ofrecer ideando nuevas estructuras para su presentación.

Otra manera de innovar será la de ingresar a mercados inexistentes o poco desarrollados generando una nueva estructura que permita satisfacer una necesidad no cubierta o inexplotada.

También se puede innovar en el modelo de negocio consistente en crear una propuesta de valor a partir de actividades clave y con la utilización de recursos propios o compartidos con socios. Aquí aparecerán conceptos vinculados a nuevos canales de comercialización con clientes no conocidos y a través de medios de comunicación distintos a los usuales realizados por la organización.

 

Hibridar la organización

Este concepto, de reciente aparición en los mercados más desarrollados, aunque su uso intrínseco lleva muchísimos años de concreción, involucra la acción de crear nuevos productos o servicios a partir de la combinación de otros ya existentes.

En el pensamiento de Alfons Cornella, “...el futuro será híbrido o no será”, agrega que “...el futuro será de aquellas personas capaces de aplicar el conocimiento existente y no solo del que han acumulado gracias a su propia experiencia. Será de aquellas empresas que sepan alcanzar un buen equilibrio entre la capacidad industrial y la explotación de la información a su alcance, así como entre la capacidad de otras empresas y su colaboración en común”. Finalmente expone que “...Es más fácil crear nuevos productos o servicios a partir de la hibridación de los ya existentes que ponerse a imaginar disrupciones radicales o totales”.

En tal sentido, el Profesor Paul Romer manifestó que “el futuro es la combinatoria mezclando componentes para generar nuevas cosas”.

Así, en la práctica, la hibridación traerá diversos resultados en función de sus amplias posibilidades de desarrollo. Entre ellas:

-  Producir un híbrido entre un servicio y un producto: Hoy es normal observar que los Televisores Smarts (inteligentes) necesitan actualizaciones que se obtienen desde su conexión por internet.

-  Producir un híbrido para satisfacer necesidades actuales de los clientes. Un ejemplo: La información que provee la empresa concesionaria de una autopista avisando el tráfico existente en su traza para cálculos de horario de arribo a un lugar determinado.

-  Producir un híbrido en la cadena de distribución. Ejemplo: El delivery de comidas por encargo a través del teléfono celular.

-  Hibridación de disciplinas profesionales muy distantes: Biólogos e Ingenieros, Contadores e Ingenieros, etc., a los que actualmente se los suele ver trabajando en conjunto con un interés por ambos campos y que permiten generar definiciones que coadyuvan a ampliar la capacidad de riqueza de una comunidad.

 

La clave de la organización innovadora: La participación del Profesional en Ciencias Económicas como “Persona Pegamento”

La clave para que una organización pueda ser innovadora es que la persona que la dirige, innovadora por excelencia, pueda y sea capaz de cruzar disciplinas: hibridar. Esto implica conformar un equipo de trabajo orientado a buscar oportunidades, en constante interacción con el entorno tanto en los aspectos sociales como de mercado buscando satisfacer necesidades tanto en la creación de nuevos productos y/o servicios o formando otras empresas o dando otras alternativas a la existente.

Y ese equipo de trabajo deberá estar compuesto por individuos capaces de mancomunarse entre sí combinando experiencias, productos y servicios de una forma multidisciplinaria y transversal dando forma a la hibridación. Por ende, el gran desafío está en encontrar personas con sus propios valores e hibridarlos para determinar un nuevo perfil.

Y en ese punto es que aparece el necesario rol de participación del profesional en Ciencias Económicas en el presente y futuro de estas organizaciones. Convertirse en la “Persona Pegamento” o “Hibridador”, definido como alguien que disfruta combinando porque aprecia la riqueza de la diversidad y de la mezcla siendo una propiedad más basada en la “actitud” que en la “aptitud”.

Ello hace que involucre a personas que hayan vivido en circunstancias diferentes a lo largo de su vida, con mucha empatía hacia otras con diferentes formaciones y experiencias y que puedan valorar en toda su extensión la riqueza de la mezcla.

Estos grupos multidisciplinarios necesitarán la figura de la persona pegamento: un profesional con una visión global de los diferentes procesos que intervienen en cada proyecto y que tenga una gran inteligencia emocional para tender puentes entre los expertos de cada ciencia y superar las dificultades de comunicación que pudieran surgir entre ellos garantizando un trabajo de complementación absoluta.

Un lindo desafío, ¿no? Con nuestras capacidades y habilidades adquiridas estamos en condiciones de asumir ese rol.

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