Es un índice que indica el número de veces que el dinero cambia de manos en un año vinculada a una demanda de dinero que viene motivada por su uso como medio de pago y de acumulación de riqueza. La teoría cuantitativa del dinero propone que la masa monetaria en circulación, multiplicada por la velocidad, será igual a la renta nacional del país en términos nominales, y que un aumento en la velocidad de circulación ocasionará a medio plazo un incremento de la inflación. En contrapartida, la reducción en la velocidad de circulación que están experimentando los pesos hoy explica el bajo nivel de inflación a pesar de la fuerte emisión.

Según datos del Banco Central de la República Argentina, los pesos en poder del público y los depositados en cuentas corrientes y cajas de ahorro cambiaron de manos en julio a casi la mitad de la velocidad con la que lo habían hecho en marzo, su registro más bajo de los últimos 45 años.

La cuarentena mantiene diferentes niveles de rigidez en distintos puntos del país. La cantidad de casos en relación a los habitantes parece ser la métrica elegida por las autoridades para endurecer o flexibilizar las actividades. Pero como el AMBA es el epicentro de contagio desde finales de marzo, la actividad económica no retomará su movilidad habitual mientras el área metropolitana permanezca en las primeras fases del aislamiento.

Justamente, la quietud económica experimentada por estos días derivó en niveles muy bajos de velocidad en la circulación del dinero en Argentina que no se registraban desde 1975. La circulación monetaria es el promedio de la frecuencia con la que una unidad de dinero se gasta en nuevos bienes y servicios producidos en el país en un período específico de tiempo.

Es un índice que indica el número de veces que el dinero cambia de manos en un año vinculada a una demanda de dinero que viene motivada por su uso como medio de pago y de acumulación de riqueza. La teoría cuantitativa del dinero propone que la masa monetaria en circulación, multiplicada por la velocidad, será igual a la renta nacional del país en términos nominales, y que un aumento en la velocidad de circulación ocasionará a medio plazo un incremento de la inflación. En contrapartida, la reducción en la velocidad de circulación que están experimentando los pesos hoy explica el bajo nivel de inflación a pesar de la fuerte emisión.

La reducción en la velocidad de circulación que están experimentando los pesos hoy explica el bajo nivel de inflación a pesar de la fuerte emisión.

Según datos del Banco Central de la República Argentina, los pesos en poder del público y los depositados en cuentas corrientes y cajas de ahorro cambiaron de manos en julio a casi la mitad de la velocidad con la que lo habían hecho en marzo, su registro más bajo de los últimos 45 años.

La importancia de este fenómeno radica en que, a pesar de la histórica caída en la actividad (26% en abril) y que el volumen de pesos en poder del público creció un 49,4% durante 2020, el aumento de precios se vio limitado, justamente, por la baja circulación del dinero.

Los pesos en poder del público y los depositados cambiaron de manos en julio a casi la mitad de la velocidad con la que lo habían hecho en marzo (Dato: BCRA).

Los primeros intentos de explicar la relación entre la cantidad de dinero y las variables reales de la economía fueron establecidos por la teoría cuantitativa del dinero. La expresión básica atribuida al economista Irving Fisher se puede sintetizar en: M x V = P x y. En ella, M es la cantidad de dinero; V, la velocidad de circulación, es decir, el número de veces que una unidad monetaria se utiliza durante un año; P el índice de precios e Y el producto o renta nacional en términos reales (medido por el PIB real).

En términos analíticos, la velocidad de circulación del dinero (V) es el cociente entre el PIB a precios corrientes y la cantidad de dinero. Es decir, para calcular la velocidad del dinero, dividimos el valor nominal de la producción (PIB nominal) por la cantidad de dinero.

 

Velocidad en el tiempo

La Subgerencia General de Investigaciones Económicas del BCRA elaboró un informe que destaca que la relación entre circulación monetaria y nivel de inflación ha tenido un estrecho vínculo en la historia económica argentina.

El documento analiza el comportamiento de ambos fenómenos entre 1970 y 2005 y menciona como el primer hito de fuerte aceleración del cambio de manos de los billetes el producido en 1975 durante el Rodrigazo. El Gobierno llevó adelante este plan de estabilización económica que duplicó el precio de los combustibles, las tarifas de servicios públicos y el dólar y llevó a la inflación de ese año hasta casi el 200%.

Las hiperinflaciones de 1989 y 1990 mostraron picos históricos en el comportamiento del cambio de manos del dinero, pero con la fuerte reducción de la inflación que siguió al establecimiento del régimen de convertibilidad (1991), la velocidad de circulación mostró una tendencia decreciente. Esta trayectoria decreciente acentuó después de la crisis financiera de 2001 y persiste, afirma el documento.

Los pesos quedaron en cajas de ahorro y cuentas corrientes, es plata que está parada en la línea de largada lista para volcarse al mercado.

Aun así, si bien la crisis de 2001 profundizó una tendencia que se venía dando, ni siquiera en el punto más álgido de aquel entonces se observó que la gente hiciera circular el dinero a una velocidad igual a la registrada en 1975. La situación actual, con la pandemia y cuarentena para morigerar el contagio del Covid-19, llevó a los argentinos a recuperar comportamientos que no tenían desde hace ya casi medio siglo pero con un aliciente: los pesos quedaron en su mayoría en cuentas a la vista (cajas de ahorro y cuentas corrientes), es decir que se entiende que es plata que está parada en la línea de largada, lista para volcarse al mercado.

Manuel Conthe explica la velocidad de circulación del dinero con el trabajo de mozos en un restaurante.

Restaurante, mozos y la velocidad de circulación

Recetas monetarias es un artículo escrito por el economista y jurista español Manuel Conthe donde el autor explica la velocidad de circulación del dinero poniendo como ejemplo el afán de muchos mozos por retirar el plato al comensal apenas lo juzgan vacío.

Ese afán expropiatorio es comprensible: si el stock de platos es escaso (M3), cada plato tendrá que utilizarse varias veces (V) para poder servir todas las comidas (PIB nominal). Los mozo se tendrán que esforzar por aumentar su velocidad de circulación, es decir, el número de veces que se usan los platos. Si multiplicamos el stock de platos (M3) por su velocidad de circulación, obtendremos el flujo de comidas servidas al día.

Entonces parece que el propietario del lugar decide aumentar la vajilla (M3). Si cada plato se venía usando 4 veces al día y la vajilla se duplica, ¿se duplicará también el número de platos servidos? Parece que no. La crítica de que la velocidad de circulación no es constante tiene su explicación práctica en la avidez con la que los mozos en días de mucha actividad recorren las mesas en busca de platos vacíos o incluso te lo arrebatan tan pronto consideran que uno ha acabado.


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