Con la excusa de las medidas tomadas por la pandemia del Covid, personas de todo el país, y clientes de distintos bancos o casas financieras, reportaron llamados, mails y hasta mensajes por WhatsApp en donde les pedían claves o contraseñas de sus cuentas. Nunca un empleado de un banco nos puede solicitar nombre de usuario o contraseña de home banking o cajero automático, número de token de seguridad o transferencias de efectivo a cambio de un beneficio.

Con el inicio del aislamiento social, a fines de marzo, también comenzaron a crecer las estafas de ciberdelincuentes. Es que algunos usuarios debieron acudir con mayor frecuencia al home banking para realizar operaciones y otros, que no se habían “bancarizado”, tuvieron que desempolvar la tarjeta de débito y acudir por primera vez a un cajero automático.

Con la excusa de las medidas tomadas por la pandemia del Covid, personas de todo el país, y clientes de distintos bancos o casas financieras, reportaron llamados, mails y hasta mensajes por WhatsApp en donde les pedían claves o contraseñas de sus cuentas.

Ante esta situación, nunca está de más recordar una serie de medidas a tener en cuenta. Nunca un empleado de un banco nos puede solicitar nombre de usuario o contraseña de home banking o cajero automático, número de token de seguridad o transferencias de efectivo a cambio de un beneficio.

Tampoco un banco pide por mail, mensaje de texto, WhatsApp, teléfono o por redes sociales claves bancarias, número de tarjeta de crédito, token de seguridad, tarjeta de coordenadas o número de cuenta bancaria, CBU o Alias.

Bajo ningún término se debe facilitar el nombre de usuario y clave de acceso a los sistemas web de los bancos, sin importar el argumento; tampoco acceder a las páginas de los bancos por buscadores de internet, conectado a redes wifi públicas o a dispositivos prestados.

Finalmente, si el mensaje que se recibe por redes sociales, teléfono o correo electrónico genera dudas, no se debe responder por ese medio sino por los canales oficiales de las entidades. En ese sentido, las redes sociales ofrecen cuentas verificadas fácilmente identificables con un tilde de color azul al lado del nombre del banco.

 

Más opciones para operar, más riesgos

En RePro Digital hemos hablado anteriormente de la incorporación de nuevos hábitos digitales como el consumo a través de smartphones y dispositivos móviles. A eso se le suma una tendencia en crecimiento con respecto a las monedas digitales y las posibilidades de pagos online. Y desde la llegada de la pandemia por Covid, a este panorama se le agregó el fraude, el hakeo y otras formas de estafa.

Red Link informó que registró en julio un récord de más de 570 millones de transacciones electrónicas y que las compras con tarjeta de débito crecieron en su participación a partir del uso de más de 2 millones de plásticos que estaban inactivos. Las aplicaciones para los teléfonos celulares o smartphones y computadoras personales cumplen un rol fundamental en esta digitalización, con los que cada vez se pueden hacer más operaciones como pedir comida, hacer compras en el exterior, abrir cuentas bancarias y realizar transferencias inmediatas entre cuentas propias y de terceros.

Nunca un empleado de un banco nos puede solicitar nombre de usuario o contraseña de home banking o cajero automático.

Los especialistas recomiendan hacer compras digitales sólo en sitios oficiales y seguros y verificar que la dirección de la página cuente con el prefijo https y un candado verde cerrado. Otra medida a tener en cuenta es buscar opiniones de la tienda online para evitar caer en el mismo error que otros usuarios que fueron menos precavidos.

También evitar los enlaces de correos electrónicos y anuncios. Si una entidad quiere ofrecer algún descuento lo debe hacer a través de sus páginas oficiales, no a través de mensajes en cadena, comentarios o eventos.

Se recomienda hacer compras digitales sólo en sitios oficiales y verificar que la dirección de la página tenga el prefijo https y un candado verde cerrado.

Tiempo de Phishing

El Phishing es uno de los métodos más utilizados por delincuentes cibernéticos para estafar y obtener información confidencial de forma fraudulenta como puede ser una contraseña o información detallada sobre tarjetas de crédito u otra información bancaria de la víctima.

El estafador, conocido como phisher, se vale de técnicas de ingeniería social haciéndose pasar por una persona o empresa de confianza en una aparente comunicación oficial electrónica, un correo electrónico o algún sistema de mensajería instantánea o redes sociales.

La llegada de la cuarentena cambió los hábitos permitiendo descubrir nuevas habilidades y aprender a utilizar las redes sociales para aumentar las ventas. Además, se trasladó el trabajo de la oficina al hogar adaptándose a incluir la rutina laboral al entorno familiar. Aprovechando el uso masivo de internet, se modificaron los métodos de robo.

Otra sugerencia tiene que ver con no hacer clic en enlaces o descargar archivos adjuntos si se tienen dudas sobre la procedencia de un email y también reforzar la seguridad de los dispositivos electrónicos, ya sea una computadora personal o un teléfono móvil.

Todos los usuarios del correo electrónico corren el riesgo de ser víctimas de estos intentos de ataques. Cualquier dirección pública en Internet será más susceptible de ser víctima de un ataque debido a que se rastrea la red en busca de direcciones válidas de correo electrónico. La mejor manera de protegerse del phishing es entender la manera de actuar de los proveedores de servicios financieros y otras entidades susceptibles de recibir este tipo de ataques.


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