Realidad Profesional | Revista del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires y su Caja de Seguridad Social
De Balcarce a La Plata, el Dr. Héctor Busti empezó sus estudios en la Facultad de Ciencias Económicas (FCE) de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) por orientación de su padre y poco a poco fue encontrando su auténtica vocación en la contabilidad: “Con el curso de los años y las materias, me di cuenta de que la única carrera que podía estudiar era ciencias económicas”, menciona.
Haciendo un repaso por su carrera profesional, el Dr. Busti cuenta que como primera experiencia laboral incursionó en la docencia en nivel secundario y también en universitario como ayudante en la cátedra de Contabilidad 2 de la FCE de la UNLP, experiencias que cataloga como gratificantes y necesarias para el ejercicio de la profesión.
También, trabajó en estudios contables hasta que abrió el propio en el que hoy además se suman sus hijos e hija, contadores también y licenciada en administración hotelera: “En cierta manera, me han recluido solamente para consultas, ellos participan en gran forma de lo que es el ejercicio”, dice el matriculado.
Recuerda sus primeros años de ejercicio con alegría y afirma que ha disfrutado mucho de la profesión: “La he realizado con mucha voluntad y además con seriedad, no podría decir que quizás la he hecho perfecta, pero por lo menos esa ha sido mi intención”. El Dr. Busti remarca la importancia de la práctica pre profesional durante los años de estudio y explica: “Yo tuve el convencimiento de que mis hijos debieran haber trabajado durante el tiempo que estudiaron en la facultad, cosa que yo no hice. Si bien por ahí no se recibieron en el tiempo perfecto, trabajaron conmigo y eso los ayudó mucho”.
Por esa razón, el mensaje para los nuevos profesionales de su parte es: “Nadie puede estudiar y no trabajar, es muy dificultoso comenzar el ejercicio de una profesión sin tener experiencia y se va adquiriendo con el trabajo antes de recibirte. Es preferible perder uno o dos años en la carrera pero eso adquirirlo en experiencia, porque uno agiliza mucho el trabajo y empieza a perder el temor de preguntar. Cuando vos sos estudiante podés preguntar con tranquilidad, cuando sos profesional recibís la crítica”.
Conforme con el camino recorrido y orgulloso del trabajo junto a sus hijos en su propio estudio contable, para el Dr. Busti cumplir 50 años en la matrícula del Consejo es un milagro: “Primero, porque estoy vivo”, dice riendo y continúa, “segundo, porque en ningún momento, si bien ahora la hago con más tranquilidad, pasó por mi mente el abandonar la profesión”.
Desde el sur de la provincia de Buenos Aires, el Dr. José Capomassi recuerda cómo llegó a convertirse en contador público, hoy matriculado de la Delegación Bahía Blanca. Volviendo para atrás en su vida, cuenta que terminó el secundario durante el turno vespertino porque durante el día debía trabajar para aportar a su familia y también por eso decidió seguir el camino de las ciencias económicas: “Si bien yo tenía orientación perito mercantil, cuando terminé el secundario la única carrera donde se dictaban las clases de noche era contador”, recuerda.
El Dr. Capomassi afirma que la profesión le brindó la posibilidad de desarrollarse y se define a sí mismo como un contador sui géneris: “No me circunscribí muy estrictamente a la estructura de la profesión sino que también trate de ampliarla en otros campos, tratando de incorporarme con los clientes no solamente de un punto de vista técnico sino también involucrándome un poco en los procesos de gestión”.
Con esta perspectiva sobre el ejercicio profesional, además de fundar su propio estudio, incursionó también en educación: “La docencia empecé y después me cautivó de alguna manera”, menciona el matriculado quien logró reunir una amplia experiencia en el área, desenvolviéndose como profesor de secundario de materias como matemática financiera, contabilidad y economía política; y como ayudante de docencia de distintas cátedras en la Universidad Nacional del Sur (UNS), institución en la que además llegó a ser Jefe de Trabajos Prácticos de la cátedra Principios de Administración y Jefe de Departamento de Organización y Método.
Además, su logro más importante como docente fue el de convertirse en Vicedirector de la Escuela Superior de Comercio, perteneciente a la UNS, quedando como directivo del turno vespertino: “Yo había terminado a la noche y me parecía que tenía un compromiso moral y profesional de involucrarme”, rememora el Dr. Capomassi.
Su mensaje hacia las nuevas generaciones de profesionales de las ciencias económicas es que deben actuar con responsabilidad: “Tiempo y esfuerzo son para tener logros duraderos y el respeto por la ética y por la profesión para que no se la bastardee. La ética, la responsabilidad, el compromiso y hacer las cosas bien”, dice el Dr., y repara en la importancia de estar matriculado para el ejercicio profesional legítimo: “la matrícula te da el respaldo institucional que se requiere para hacer un ejercicio limpio y transparente”.
El Dr. Capomassi afirma que sin dudas volvería a elegir la profesión y sus 50 años en la matrícula significan para él “un logro primero de vida y segundo de haber podido conservar la estructura profesional. Lo que pude llegar a hacer lo hice a partir de que pude estudiar y recibirme de contador, porque sino de otra manera la actividad profesional y social que tuve no hubiera sido posible. Le debo todo mi proyecto como persona, familiar y todo estuvo en función de haberme recibido y haber ejercido la profesión, desde el punto de vista de lo docente, no docente y profesional”.
Nacido en Capital Federal y radicado en Ituzaingó, el Dr. Jorge Luis Gori afirma que no recuerda a ciencia cierta dónde nació su vocación por la profesión, pero repara en que todo fue casi de casualidad cuando al gustarle las matemáticas, y por no haber querido estudiar para ser maestro o bachiller, eligió la orientación perito mercantil para realizar el secundario. “¡Y vaya qué paradoja!” dice el Dr. Gori y agrega: “En primer año de secundario me llevé sólo una materia: contabilidad. No me rendí, fui a que me preparen y ahí se me hizo la luz, aprendí contabilidad, me saqué 10 en el examen”, y es orgullosamente al día de hoy Contador Público con 50 años de ejercicio.
Matriculado de la Delegación Morón y recibido en la Universidad Nacional homónima, el Dr. Gori recuerda aquellos primeros años de ejercicio de la profesión como duros y difíciles: “porque todos los comienzos son duros, pero cuando uno tiene fe y ganas, sale”, aunque afirma que sin dudas la volvería a elegir: “Siempre trabajé muchísimo, y no es un castigo bíblico para mi. Cuando uno trabaja de lo que le gusta lo siente como un divertimento, es extraordinario”.
Trabajó en el Banco Nación, posteriormente logró abrir su propio estudio contable y en paralelo ejerció la docencia, otra de sus pasiones. El Dr. Gori fue profesor de materias del ciclo contable en nivel secundario y en nivel universitario ejerció como Ayudante de Trabajos Prácticos de Auditoría en la Universidad Nacional de Morón. También, llegó a ser Director y socio propietario del Colegio San Francisco Solano de Ituzaingó, institución en la que comenzó dando clases y que luego con otro grupo de profesores adquirieron y administraron: “Lo tomamos como una aventura, porque ni siquiera sabíamos dónde nos estábamos metiendo. Nos gustó la idea. Ahora el mounstrito tiene jardín de infantes, primaria y secundaria”, dice.
Si bien hoy ya renunció a las clases y a los cargos directivos, y su nuevo entretenimiento son sus nietos, continúa trabajando desde su hogar, donde tiene su estudio contable: “Con el tiempo me fui alejando del colegio, de la actividad laboral y directiva, eso me hace disponer de más tiempo aún y ya con 82 años trato de disfrutar, trabajar menos. Estoy cediendo clientes a amigos, y me estoy quedando con un poquito como para entretenerme”.
Y así, luego de 50 años de manera ininterrumpida de matrícula en el Consejo, el Dr. Gori afirma: “Ni me di cuenta del tiempo transcurrido, porque uno va o llama y encuentra soluciones. Siempre tuve muy buena relación con toda la gente de la Delegación Morón”. Con toda la experiencia de tal ejercicio profesional, el Dr. le dice a los jóvenes contadores que recién empiezan a ejercer: “Que no se rindan ni aún vencidos”.