Realidad Profesional | Revista del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires y su Caja de Seguridad Social
La extensión de la pandemia es mucho mayor a lo esperado allá por comienzos de marzo del 2020. Desde aquel entonces, empresas, instituciones y organizaciones debieron comenzar un camino de adaptación vertiginoso. Consultado al respecto por Repro Digital, el Licenciado en Administración y Especialista en Dirección Estratégica de Recursos Humanos, Andrés Germán Pérez Ruffa, analiza el panorama coyuntural en torno a las modificaciones en las prácticas laborales cotidianas: “La reorganización del tiempo fue complicada, sobretodo con el tema de cómo organizar el personal. La carga de trabajo varió mucho, había algunas organizaciones que estaban preparadas para ésto pero muchísimas otras no”, indicó. A partir de ello, la evaluación de las tareas a realizar también debió cambiarse. “En términos de eficiencia también hubo que pensar otras formas de evaluación y de relacionarse. Se están desarrollando nuevas formas de evaluación, tal vez no pensar tanto en tareas sino en objetivos”, manifestó Pérez Ruffa.
La extensión de la pandemia es mucho mayor a lo esperado allá por comienzos de marzo del 2020. Desde aquel entonces, empresas, instituciones y organizaciones debieron comenzar un camino de adaptación vertiginoso y, en algunos casos, sumamente complejo y para el que no estaban preparadas.
Consultado al respecto por Repro Digital, el Licenciado en Administración y Especialista en Dirección Estratégica de Recursos Humanos, Andrés Germán Pérez Ruffa, analiza el panorama coyuntural en torno a las modificaciones en las prácticas laborales cotidianas, haciendo hincapié en cómo utilizar el tiempo, cuando el trabajo ocupa el mismo lugar que la vida fuera de él. “La reorganización del tiempo fue complicada, sobretodo con el tema de cómo organizar el personal. La carga de trabajo varió mucho, había algunas organizaciones que estaban preparadas para ésto pero muchísimas otras no, por lo cual tuvieron que correr detrás de los medios electrónicos, de las nuevas herramientas”, indicó y continuó: “También ahí hay un problema con lo que es el ámbito laboral y la vida personal, que se mezcla mucho, por lo cual en el medio de las obligaciones diarias de las personas también aparece la familia, sus interrupciones, con momentos en los cuales las exigencias por parte de quienes tienen hijos o hijas se tornaban excesivas. Hubo momentos difíciles, y más si había que compartir herramientas, muchas problemáticas que tal vez no se solucionaban desde las organizaciones y lo tuvo que resolver el personal mismo, por ejemplo, quienes comparten computadoras en el hogar para distintas tareas”.
No sólo hubo limitaciones técnicas y espaciales a partir de las medidas sanitarias que el COVID-19 obligó a implementar. Por otro lado, la planificación de los esquemas y las tareas laborales se volvió un punto de vital importancia para lograr una eficacia similar a la que se venía desarrollando. “En términos de eficiencia y planificación, cualquier crisis que no sea esperada te hace replantear qué es lo que tenés que hacer. Sobretodo porque no solo afecta a lo interno, sino a lo externo. Eso afecta a la rentabilidad de la organización. Muchas incluso desaparecieron, y aparecieron otras enfocando nuevas necesidades. En la incertidumbre es muy difícil manejar una planificación clara”, asegura el Licenciado, destacando también un punto a tener en cuenta, que es el recurso humano que lleva adelante las tareas: “El problema no es tanto la reorganización sino el tiempo en que se tuvo que hacer: fue un tiempo corto, que no se esperaba, y eso tal vez genera no sólo problemas de adaptación a la crisis, sino también los efectos personales en los trabajadores. Esas personas también tienen sus cuestiones internas, sus motivaciones, sus incertidumbres. Hay todo un tema del manejo del trabajo en equipo, del control de las tareas, que se ha hecho muy difícil también”.
A partir de ello, la evaluación de las tareas a realizar también debió cambiarse. “En términos de eficiencia también hubo que pensar otras formas de evaluación y de relacionarse. Se están desarrollando nuevas formas de evaluación, tal vez no pensar tanto en tareas sino en objetivos”, manifestó Pérez Ruffa. La reconversión se trata entonces, en varios casos, de plantearse objetivos a corto plazo, realizables en un tiempo determinado y estable, y poder alcanzarlos para buscar nuevos. La sensación de llegar a esos logros -más grandes o más pequeños- resulta primordial para encarar nuevas tareas.
Por otro lado, la adaptación a nuevas formas de trabajar mejoró los objetivos planteados. En ese sentido, el también investigador y docente universitario explica: “Como en todo momento de cambio nos vamos adaptando. Vamos aprendiendo, descubrimos que hay un montón de herramientas que no usábamos, descubrimos que hay un montón de trabajo que se puede hacer con home-office y que no es necesario habitar un mismo espacio. Estamos pensando en términos de híbridos, de trabajos semi-remotos, estamos pensando en aprovechar la tecnología para hacer otras cosas, para ofrecer productos y servicios en otro lado, para tener otro tipo de relaciones con los clientes. Algunos cambios sin dudas son positivos”.
Una situación totalmente nueva que se multiplicó durante la pandemia es aquella en donde trabajadores y trabajadoras comienzan un nuevo empleo bajo la modalidad virtual, sin la posibilidad de conocer en persona a superiores y compañeros. “Otro gran tema es qué instancia generás para quienes comienzan o comenzaron un nuevo trabajo durante la pandemia, de manera virtual. Puede haber reuniones semanales para generar relaciones laborales”, dice Pérez Ruffa, que también responde en torno a cómo generar esos vínculos personales, importantes en cualquier empresa, institución u organización. “En ese sentido, hemos visto que muchas organizaciones desarrollaron desayunos a través de videollamadas con sus empleados, para generar un vínculo, donde no se habla de trabajo, sino que mientras desayunan desde sus casas, van charlando cuestiones cotidianas”.
Para finalizar, el Investigador toma como eje otro punto de importancia: el compromiso. Sin embargo, a pesar de lo que se puede pensar a priori, destaca que “el tema del compromiso que se genera con la distancia no es un problema tan grave en los que ingresan, porque cuando vos empezás un trabajo tenés más motivación, tenés ganas, tratás de que te vean bien, pero sí es un tema en cómo reforzar el compromiso de los que ya estaban, de los que hace años que están trabajando”.