A partir por un lado de estudios que indican que las tareas de los contadores, auditores y liquidadores de impuestos son plausibles de ser realizadas por robots; y por otro, luego de analizar la cantidad de tareas obligatorias, “repetitivas y monótonas” que realizan los profesionales en ciencias económicas y que requieren tiempo, atención y no están bien retribuidas, la autora de este artículo alienta a los colegas a capacitarse en materia de programación para combinar estos conocimientos con los propios de la profesión y así elevar la utilidad del tiempo y hacer posible el abordaje de nuevas áreas de consultoría.

ARTÍCULO PUBLICADO EL viernes 23 de abril
Edición N. 120 - Marzo / Abril 2021

NOTAS DE AUTOR

Dra. María Belén Laresca Dra. María Belén Laresca Contadora Pública (Tomo 169, Folio 123,
Consejo Profesional de Ciencias Económicas
de la Provincia de Buenos Aires).

De acuerdo con un estudio realizado en el año 2013 por la Universidad de Oxford, la profesión de Contador Público y Auditor tiene un 98% de probabilidad de ser desplazada por un robot. Con peor suerte corrieron quienes se dedican a los impuestos, con una posibilidad de reemplazo de 99%.

Se acerca lo que los expertos llaman una “cuarta revolución industrial”, donde se presume que los robots tomarán los trabajos que hoy hacemos los humanos, y conviertan aquellos procesos -que a los hombres toman horas y un gran esfuerzo mental-, en agiles y eficientes, llevándolos a cabo en minutos, incluso segundos, y a un costo mucho menor, encontrando entre ellos nuestra labor como profesionales en las Ciencias Económicas.

Diariamente nos enfrentamos a tareas de índole meramente repetitivas y monótonas, que requieren de nuestra completa atención y mucho tiempo frente a la computadora, y que muchas veces corren con vencimientos, como son por ejemplo los impuestos, la carga de datos,  conciliaciones y el uso de aplicativos, que obligatoriamente tenemos que llevar a cabo debido tanto a los regímenes de información de los fiscos, bancos y demás entidades de contralor como así también nuestros propios papeles de trabajo.

Con la llegada en estas últimas décadas de la era digital, los profesionales en ciencias económicas nos encontramos con que gran parte de la información de las empresas está almacenada en complejas bases de datos, donde la extracción de cifras solo es posible a través de los reportes estándar del software que está instalado. Algunos informes no son tan obvios, y requieren filtros y conexiones internas que no son fáciles de procesar para nosotros que no contamos con una base teórica informática sólida y que nos hemos visto en la obligación de capacitarnos para no quedar afuera del sistema. La solución típica es exportar aquellos datos en hojas en Excel y trabajar durante horas depurando estos informes.

Lo que muchos profesionales de Ciencias Económicas no saben es que el lenguaje de programación de las bases de datos, llamado SQL, permite hacer estos cruces en órdenes sencillas de unas pocas líneas. El truco es saber crear estas órdenes (o «sentencias», según llaman los expertos). La parte interesante es que SQL es un lenguaje de programación fácil, con una curva de aprendizaje rápida donde profesionales de las áreas administrativas, no ingenieros, que inician desde cero logran hacer «sentencias anidadas» (quizá uno de los puntos de mayor complejidad) en el término de 2 o 3 semanas sin problemas.

La información es el alma de las empresas. Para que sea útil, adecuada y propia debe ir a la persona indicada, en el momento oportuno y en la forma correcta, si estas condiciones no se cumplen, la información pierde sentido y, por consiguiente, valor. Combinar nuestros conocimientos como expertos en las Ciencias Económicas con una capacitación básica en lenguajes de programación, nos convertirá en esos robots humanos que la era digital demanda constantemente ya que extraer información de las bases de datos corporativas será mucho más fácil y hará mucho más ágil nuestro trabajo por lo que la combinación SQL + Excel hace de un profesional en Ciencias Económicas un verdadero superhéroe en la empresa actual.

De acuerdo con un estudio realizado en el año 2013 por la Universidad de Oxford, la profesión de Contador Público y Auditor tiene un 98% de probabilidad de ser desplazada por un robot. Con peor suerte corrieron quienes se dedican a los impuestos, con una posibilidad de reemplazo de 99%.

Como funciona en la práctica

Supóngase que tiene que presentar las declaraciones juradas de IVA mensuales de sus 50 clientes. Para cada uno de ellos debió preparar previamente los papeles de trabajo para determinar la posición de IVA correspondiente, que, en general lo hace de dos formas; o exportando a su sistema contable con licencia paga la documentación que anteriormente cargó un empleado en la empresa o bien –y mayormente en el caso de personas humanas- cargando manualmente una gran cantidad de facturas y demás comprobantes de las compras y transacciones que su cliente realizó durante el mes el cual se liquida y subsidiariamente, exportando de la página de la AFIP los comprobantes de sus compras y ventas. Para exportar esos comprobantes debió entrar con CUIT y clave fiscal a cada una de las cuentas de sus clientes, ingresado al servicio Mis Comprobantes o Comprobantes en línea.

  • Con un conocimiento básico de algún lenguaje como Python, se podrían sistematizar procesos.
  • La combinación de SQL y Excel hace de un profesional en Ciencias Económicas un verdadero superhéroe en la empresa actual.

Una vez que tiene toda esa documentación cargada a su sistema o su planilla de Excel, deberá emitir los subdiarios para luego, proceder a volcar estos datos en el Portal IVA, también ingresando con clave fiscal o exportando los datos al Régimen de compras y ventas. Luego de todos estos pasos, recién se procederá a realizar la carga para la presentación de la declaración jurada de cada uno de sus clientes en el Impuesto al Valor Agregado, -teniendo en cuenta siempre de no olvidarnos de cargar los saldos a favor, en caso de existir, que habrá revisado de la declaración presentada el mes anterior y también las retenciones, percepciones y demás pagos a cuentas que correspondan-. Por último, deberá enviar a cada uno de sus clientes el comprobante de presentación del impuesto, y, en caso que la declaración de a pagar, deberá avisarle que ha generado un VEP y cuál es su vencimiento.

En líneas generales y con las particularidades que cada cliente ostente en sus respectivas declaraciones juradas, el procedimiento sería el descripto precedentemente, esto sin perjuicio de las diferentes contingencias que pueden suceder durante todo este proceso, o los cierres de sesión continuos de la página y obviamente teniendo en cuenta que no es la única tarea que realizamos durante el mes.

El momento de los cuestionamientos

Con todo esto yo me he preguntado sistemáticamente ¿vale la pena estudiar tantos años y capacitarme continuamente para realizar esta tarea?, ¿me conviene usar mi tiempo de trabajo para realizar este tipo de labores tan rutinarias y que no me generan valor alguno? ¿Me proporciona los ingresos suficientes conforme a la tarea que realizo?, si no brindara este tipo de servicios, ¿tendría la infraestructura y los empleados que tengo actualmente?, ¿es beneficioso para mi salud estar frente a la computadora tanto tiempo y estresada por los vencimientos, la generación de multas, etc.? Creo que la mayoría llegaríamos a la misma conclusión.

Combinar nuestros conocimientos como expertos en las Ciencias Económicas con una capacitación básica en lenguajes de programación, nos convertirá en esos robots humanos que la era digital demanda

Ahora bien, ¿qué opina usted si yo le dijera que todo este procedimiento descripto anteriormente se podría hacer de forma automática si supiera programar? Con un conocimiento básico de algún lenguaje como Python, se podría sistematizar todo este proceso: desde la migración de los comprobantes, hasta el mensaje enviado al cliente donde se le presenta su declaración y se le manifiesta si debe pagar o no.

Con unas pocas líneas de este lenguaje usted va a poder hacer las presentaciones a término, sin ningún esfuerzo y ahorrando el único recurso que no se recupera: el tiempo.

Teniendo en cuenta que esta idea podría aplicarse tanto a los impuestos, como a la contabilidad, a la presentación de los regímenes de información, y a todos aquellos procedimientos habituales que nos son tediosos, que forman parte de nuestra rutina y nos ocupan mucho tiempo, que podría utilizarse para realizar otras tareas que requieran de nuestra plena atención y muchas veces por la vorágine del día a día no podemos realizar de la manera que deseamos.

Si podemos automatizar procesos, tener más tiempo disponible y adquirir este conocimiento para aplicar a nuestras tareas diarias, no tengo dudas que las diversas profesiones que engloban las Ciencias Económicas serán aún más prestigiosas y solicitadas y seremos los superhéroes de la era digital, sin quedar obsoletos en muchos aspectos en el camino y evitando que se prescindan de nuestros servicios como se pretende, pasando a ser consultores de muchas otras áreas de las que actualmente somos.

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