ARTÍCULO PUBLICADO EL viernes 23 de abril
Edición N. 120 - Marzo / Abril 2021

EDITORIAL

DEL ESCRITORIO DEL PRESIDENTE

Hugo R. Giménez Hugo R. Giménez Presidente del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires

Estimado colega:

Estamos promediando la primera mitad del año 2021. Recientemente hemos cumplido doce meses de haber entrado en una de las páginas de más difícil lectura de la historia, no solo de nuestro país, sino del mundo entero.

Hemos transitado esta etapa, absolutamente inédita y desconocida para todos, con la esperanza de que rápidamente se pudiera revertir la situación y que todos podamos regresar a compartir con quienes nos rodean aquellas cosas que debimos dejar de lado para evitar la propagación de este virus.

Lamentablemente, a la hora de escribir estas líneas nos encontramos en el momento de su máximo nivel de circulación y con la mayor cantidad de contagios, lo que nos pone en estado de alerta ante la muy cercana posibilidad de que se vea superada la capacidad de atención de nuestro sistema sanitario.

Esta realidad constituye un nuevo desafío para nuestras profesiones: continuar con la tarea llevada a cabo durante el 2020, junto a nuestros comitentes para que los efectos de la pandemia puedan ser enfrentados y lograr que el impacto negativo en las unidades económicas sea el menor posible.

Y es un compromiso que debemos enfrentar todos juntos. Los matriculados con el respaldo de sus Instituciones para conseguir que el desarrollo de las actividades profesionales no sufra el impacto de la crisis.

Con este objetivo, desde la FACPCE, hemos comenzado a realizar planteos ante la Administración fiscal, tendientes a evitar que volvamos a ser presos de las demoras en la organización definitiva de las agendas tributarias, y que podamos contar con las herramientas necesarias en tiempo y forma. No podemos garantizar que el nivel de respuesta sea el esperado, pero la vocación de poner de manifiesto el complicado cronograma de tareas que debemos enfrentar quienes cumplimos nuestra función con el más alto grado de responsabilidad está siempre presente.

Seguramente habrá medidas que afectarán aún más el desempeño de profesionales y comitentes. Es deseable que las administraciones estén a la altura de las circunstancias y puedan dictar las normas que permitan el cumplimiento de todas las obligaciones que enfrentan los administrados en un marco adecuado, previsible y sin sorpresas que atenten contra la planificación de la actividad.

La complejidad de la actuación en el área impositiva, las dificultades que la pandemia trajo en nuestra interacción con la Dirección de Personas Jurídicas, el casi nulo reconocimiento a quienes se desempeñan en el ámbito de la justicia, son parte de las permanentes preocupaciones y planteos institucionales, en los que no somos debidamente escuchados.

La pandemia pone en otra dimensión las dificultades que siempre existieron y, más que nunca, corresponde que nuestras Instituciones (que ejercen un poder delegado por el Estado) adviertan a quienes corresponde las dificultades que sus decisiones generan en la labor de nuestros matriculados. En aquellos casos en los que se violen nuestros derechos y deberes de raigambre constitucional, como sucede con la RG 4838, cabe la realización de las presentaciones administrativas y judiciales que corresponden.

Debemos tener en claro que no es una tarea sencilla, y que no siempre se obtienen los resultados esperados. Pero el compromiso de exponer los efectos que las cuestiones que se pretenden implementar sobre la marcha tienen sobre la actividad profesional, se mantiene firme y continuaremos en esa línea sin claudicaciones.

Hasta la próxima.

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