Los tiempos avanzan y las nuevas generaciones comienzan a dar sus primeros pasos en el mundo laboral. En esta segmentación, la Generación Y -o millennials- le da paso a la Generación Z: aquellos nacidos desde mitad de la década de 1990 hasta los primeros años del siglo XXI, que ya ocupan sus primeros puestos de trabajo.
Según la consultora Adecco, el 90% de los jóvenes afirma que es “difícil” conseguir empleo. Tan sólo un 22% se encuentra trabajando actualmente y alrededor del 50% está en búsqueda laboral activa. Como particularidad, entre los jóvenes encuestados por Adecco, se encontró casi una igualdad entre quienes priorizan un buen salario (27,2%) a quienes prefieren un buen ámbito laboral como hecho primordial (25,5%).
Los jóvenes hacen un especial hincapié en lo que esperan de sus empleadores. El concepto de “amistad” se corre un poco del eje en relación a años anteriores -ni en cuanto a superiores ni en cuanto a compañeros-, para darle lugar al respeto y al trato con igualdad.

Los tiempos avanzan y las nuevas generaciones comienzan a dar sus primeros pasos en el mundo laboral. En esta segmentación, la Generación Y -o millennials- le da paso a la Generación Z: aquellos nacidos desde mitad de la década de 1990 hasta los primeros años del siglo XXI, que ya ocupan sus primeros puestos de trabajo. Naturalmente, cada cambio generacional llega con características y formas específicas, diferentes. Sin embargo, la “Gen Z”, según indican diversos especialistas, puede ser la más disruptiva respecto a su predecesora. ¿El motivo principal?: es la primera “camada” nativa de un mundo con conexión a internet popularizada, y sus relaciones están intrínsecamente atravesadas por eso. Se estima que en la actualidad, el 23,7% de la población mundial pertenece a la Gen Z. ¿Cuáles son esas nuevas características con las que arriba esta generación?

En cuanto a términos laborales refiere, una de las peculiaridades es que quienes integran esta generación, están habituados a la multiplicidad de tareas y a la dinámica de trabajar con varias “fuentes de información” al mismo tiempo. Por otro lado, el hecho de haber nacido en épocas de inestabilidad económica mundial y recesiones, afirman, preparó a la generación para afrontar de distintas maneras las adversidades que pueden presentar en la transición de la adolescencia a la vida adulta. Según un informe del periódico estadounidense The Economist, a nivel global, “la Generación Z es por lo general más educada y más pobre que sus antecesores”, y que sus preocupaciones están enfocadas también en distintos ejes: la soledad, aseguran, ya no es un problema sino más bien una elección, tanto a nivel personal como laboral. Además, existe una priorización sobre la salud mental, hecho novedoso para una generación tan joven que toma decisiones midiendo las posibles causas y consecuencias que tendrá eso sobre su “tranquilidad”. En ese sentido, el informe, que toma datos de una investigación previa de Pew Research Center, indica además que es una generación “marcada por la ansiedad”, aunque se aclara que no necesariamente se trate de una característica propia, sino más bien, de identificación. Los jóvenes acceden a atención mental y sesiones de terapia en mayor cantidad que generaciones anteriores, por eso la detección es también mayor.

Como generación, también se indica, son menos entusiastas con el futuro económico pero sin embargo, más arraigados a la idea de “poder cambiar las cosas”, confiando en las redes sociales como un método de comunicación, difusión y organización.


Las expectativas en el mundo laboral

Con sus nuevas características, la Generación Z ya comenzó a dar sus primeros pasos en los ámbitos de trabajo. En base a esta realidad es que varias fueron las consultoras que realizaron estudios acerca de cómo se da esa primera relación laboral en esta nueva etapa. Según la consultora Adecco, el 90% de los jóvenes afirma que es “difícil” conseguir empleo. Tan sólo un 22% se encuentra trabajando actualmente y alrededor del 50% está en búsqueda laboral activa.


Es la primera “camada” nativa de un mundo con conexión a internet popularizada, y sus relaciones están intrínsecamente atravesadas por eso. Se estima que en la actualidad, el 23,7% de la población mundial pertenece a la Gen Z.
Como generación son menos entusiastas con el futuro económico pero sin embargo, más arraigados a la idea de “poder cambiar las cosas”, confiando en las redes sociales como un método de comunicación, difusión y organización.

Como particularidad, entre los jóvenes encuestados por Adecco, se encontró casi una igualdad entre quienes priorizan un buen salario (27,2%) a quienes prefieren un buen ámbito laboral como hecho primordial (25,5%). Esto sí es un rasgo novedoso: a diferencia de sus antecesores, las Generación Z negocia un menor salario a cambio de mayor flexibilidad en sus tareas y menor carga horaria. Otro rasgo distintivo y particular son las causas sociales que atraviesan a la generación: al 63.10% les gustaría que la compañía o sitio en donde trabajen le de especial importancia a los temas como la igualdad de género, el medioambiente, la protección animal y la alimentación saludable. La mitad de ellos, sin embargo, “no rechazaría” un puesto de trabajo si la empresa no cumple con estos requisitos.

Los jóvenes hacen un especial hincapié en lo que esperan de sus empleadores. El concepto de “amistad” se corre un poco del eje en relación a años anteriores, para darle lugar al respeto y al trato con igualdad.

Tal y como se mencionó anteriormente, la carga horaria resulta un eje central en la expectativa laboral de la Gen Z. Según el informe, los nuevos trabajadores y trabajadoras desean y están dispuestos a mantener un compromiso firme con sus tareas y a la capacitación constante, pero siempre respetando el horario laboral acordado. Las horas extras, afirman, tienen una tendencia en decadencia aunque la actual pandemia de COVID-19 reforzó la disputa: la libertad horaria y el trabajo home-office han hecho que se difumine esa organización, y que se realicen tareas extra laborales en horarios de trabajo, y viceversa.

La relación empleado - empleador

Los jóvenes hacen un especial hincapié en lo que esperan de sus empleadores. El concepto de “amistad” se corre un poco del eje en relación a años anteriores -ni en cuanto a superiores ni en cuanto a compañeros-, para darle lugar al respeto y al trato con igualdad: a la Generación Z “poco le importan las jerarquías” en cuanto a los tratos personales y no son especialmente tolerantes al destrato por parte de sus empleadores. Además, esperan que sus superiores “brinden los espacios necesarios para el crecimiento y el desarrollo de todo el equipo de trabajo”, les gustan los consejos y las críticas constructivas y optan por apostar a crecer durante varios años en un mismo lugar.  Según un informe de la consultora Job Today, “los Gen Z creen que toda voz merece ser escuchada y respetada. Por ello, dentro de la dinámica de la empresa, esperan que sus ideas sean realmente consideradas y valoradas en los proyectos. (...) Aprecian recibir comentarios críticos al menos de forma semanal y, además, después de cada proyecto o tarea concreta”. Por último, la consultora explica que la etapa está marcada por la “sinceridad”: “Lo primordial es que (el jefe) cumpla sus promesas. Los jóvenes están hartos de charlatanes y vendedores de humo. Dado que han sufrido las frustraciones laborales y sociales que han afectado directamente a sus padres, necesitan un líder que sea honesto y comprometido con sus empleados”.


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