Rubén Darío Rampazzi es contador público egresado de la Universidad de Morón. Todos los días, o casi, viajaba desde su Luján natal y en donde aún vive para cursar la carrera. El 21 marzo de 1970, el último examen aprobado le dio el título, y seis meses después, se sumó como matriculado al Consejo Profesional de la Provincia. En estos más de cincuenta años, pasaron muchas cosas en la historia del Dr. Rampazzi, pero hay un hecho que se destaca, sin dudas, entre los demás: fue el intendente electo de Luján en la recuperación democrática de 1983 por la Unión Cívica Radical.
El Dr. Daniel Pizzul nació en la Capital Federal y se radicó desde pequeño con su familia en la ciudad costera de Mar del Plata. Desde su larga trayectoria, deja su mensaje hacia las nuevas camadas de profesionales de las ciencias económicas: “Que estudien y aprovechen todo su tiempo, que de alguna manera participen en ese objetivo de levantar a la Argentina. Que se formen muy bien, lo más posible, ejerciendo todos los conocimientos y que no se olviden de la ética”.

Un contador al frente de la ciudad

Rubén Darío Rampazzi es contador público egresado de la Universidad de Morón. Todos los días, o casi, viajaba desde su Luján natal y en donde aún vive para cursar la carrera. El 21 marzo de 1970, el último examen aprobado le dio el título, y seis meses después, se sumó como matriculado al Consejo Profesional de la Provincia. En estos más de cincuenta años, pasaron muchas cosas en la historia del Dr. Rampazzi, pero hay un hecho que se destaca, sin dudas, entre los demás: fue el intendente electo de Luján en la recuperación democrática de 1983 por la Unión Cívica Radical. “Me tocó un momento muy lindo de la política y de la historia, porque fue el momento de la recuperación de la democracia. En ese momento había una gran expectativa en todo el país, con gran participación de la gente”, recuerda el Doctor.

La impronta de un profesional de ciencias económicas al frente de un Municipio, en la gestión pública, resulta fundamental a la hora de la toma ordenada de decisiones. “Tenemos una idea de orden, de equilibrio, que es un aporte fundamental a la gestión pública. Y después, si bien vos tenés un equipo, no te ocupás solo de lo administrativo porque tenés que tener una visión más amplia, más general, siempre la formación de uno influye en las decisiones que toma”, manifiestó Rampazzi.

Pero la pasión del exintendente por los números comenzó mucho antes de su incursión en la función pública. Desde muy pequeño, ya le gustaba organizar los números del negocio de su familia. “Antes del secundario, acá en Luján, mi familia tenía un negocio y yo siempre estaba en la parte administrativa, hacía las cuentas. Siempre me gustó el control, el manejo de fondos. También teníamos un contacto periódico con el contador verdadero del negocio, y fue una entrada a ese mundo”, expresó .

Dr. Rubén Darío Rampazzi - Delegación Mercedes.

La particularidad de su elección a tan temprana edad es que, en ese momento, la profesión de contador público no era demasiado popular entre quienes elegían una carrera universitaria. Para 1970, año en que el profesional se recibió, no había más que “cuatro o cinco” contadores en todo Luján. Rampazzi recuerda una simpática anécdota al respecto: “Recuerdo cuando mi madre recibía visitas de amigas y le contaba que yo me recibí o estudiaba para contador, y le preguntaban, ‘¿qué es eso?’. Se conocían otras profesiones, pero el contador no”.

Eso no es lo único que cambió en el trayecto de su profesión, a la que sigue ejerciendo: las modificaciones no sólo son muchas, sino que también, cada vez más frecuentes. Al respecto, Rampazzi opinó: “Yo arranqué a trabajar con el impuesto a los réditos, no existía el IVA todavía. Ahora hay incertidumbre muchas veces por la poca claridad de las normas. Superposiciones en donde una norma de menor jerarquía modifica a una de mayor jerarquía. Una serie de situaciones que nos hace dudar muchas veces en lo que corresponde, y eso afecta al sentir profesional”. También, por supuesto, la tecnología fue partícipe fundamental de ese cambio, que, en ese sentido, el contador considera positivo: “Desde el punto de vista de las actualizaciones tecnológicas, por supuesto que la profesión mejoró muchísimo. Lo que se complejizó ahora mucho es la normativa. Antes era más simple y menos cambiante. Duraba un tiempo. Había muchas decisiones que uno las podía tomar razonando, porque sabía que la norma era estable, hacías un análisis. Hoy no podés”.

Para finalizar, Rampazzi habla acerca de los objetivos que pueden atender quienes recién dan sus primeros pasos en la profesión. Su contacto con los jóvenes tampoco es nuevo: en la Universidad de Luján fue docente y también el primer Director General de Administración de esa casa de estudios, poco después de su paso por la Intendencia. “Cada día es más importante nuestra presencia. Ya no solamente en el mundo de los negocios, sino que se extiende a profesionales, a jubilados. Es una gran responsabilidad y hay que estar preparados porque se requiere una actualización permanente, la formación permanente. Si bien es un consejo general, que se aplica hoy en día a todas las ciencias, en nuestro caso, el de las ciencias económicas, es diario”, aseguró Rampazzi.

 

Su destino: Las ciencias económicas

El Dr. Daniel Pizzul nació en la Capital Federal y se radicó desde pequeño con su familia en la ciudad costera de Mar del Plata. De adolescente, sobrevivió a una complicada enfermedad, desconocida para aquella época, razón por la cual comenzó algunos años más tarde sus estudios universitarios. Pero como si de su destino se tratara, nada iba a impedir que se encontrara con las ciencias económicas.

Mi elección como Intendente de Luján fue un momento muy lindo, porque fue la recuperación de la democracia de 1983
Dr. Rubén Darío Rampazzi.
Dr. Daniel Pizzul - Delegación General Pueyrredón.
No puedo más que tener elogios, las veces que he necesitado algo me lo han facilitado
Dr. Daniel Pizzul

Matriculado de la Delegación General Pueyrredón, el Dr. Pizzul cuenta que eligió la carrera de contador público por orientación de su padre quien se dedicaba a la construcción: “Mi papá me decía, vos tendrías que seguir estudiando esto, alivia a quienes realmente tenemos que dedicarnos a trabajar y no preocuparnos de lo que hay que cumplir con el fisco nacional, provincial, municipal. Y bueno, ahí empezó un poco”.

Apenas recibido, el Dr. Pizzul empezó a trabajar en lo que en la actualidad es la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), en las áreas de fiscalización externa y luego de recaudación, permaneciendo en el Organismo por nada más y nada menos que 40 años. Tuvo experiencias laborales también en empresas privadas.

Como muchos colegas, el Dr. Pizzul completó también la sindicatura concursal y, por otro lado, dedicó parte de su vida a la docencia. Fue profesor de la materia Estadística en nivel secundario y de las materias de Derecho y de Contabilidad Pública en las universidades Fasta y Atlántida Argentina: “Son temas que a uno lo mantienen vivo. No es por el dinero sino por la vocación de estar con los chicos, porque hoy en día los te preguntan y lo obligan a uno a estar actualizado en los temas”, comenta.

El Dr. Pizzul no muestra más que orgullo y alegría de haber cumplido 50 años como matriculado del Consejo Profesional: “No puedo más que tener elogios, las veces que he necesitado algo me lo han facilitado”.

Desde su larga trayectoria, deja su mensaje hacia las nuevas camadas de profesionales de las ciencias económicas: Que estudien y aprovechen todo su tiempo, que de alguna manera participen en ese objetivo de levantar a la Argentina. Que se formen muy bien, lo más posible, ejerciendo todos los conocimientos y que no se olviden de la ética”.


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