Realidad Profesional | Revista del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires y su Caja de Seguridad Social
Hay dos cosas que la Dra. Vilma Arbilla tiene bien en claro: por un lado la necesidad constante de actualización en cuestiones contables y, por el otro, que todo tiempo libre que tenga lo usará para pasar las horas con su nieta.
Es la única matriculada del Consejo en la localidad de Felipe Solá, a 68 kilómetros de Puan, en el sur de la Provincia. Con toda una vida transitando esas calles, conoce cada comercio o institución ya que es la asesora contable de la mayoría. “Trabajo actualmente con casi todos los comercios, aunque el 80% de mis clientes son del sector agropecuario”, asegura mientras repasa que también debe viajar seguido a Capital Federal para atender cuestiones laborales.
Luego de unos años en la Universidad Nacional del Sur (Bahía Blanca), completó su carrera a distancia y está a cargo de su propio estudio contable acompañada de una de sus hijas. “Me decidí a estudiar Ciencias Económicas porque desde los 16 años trabajo entre números. Siempre me gustaron, así que cuando la escuela me dejaba tiempo, trabajaba para empresas locales. Después cuando terminé la secundaria, ya sabía qué era lo que quería estudiar”, comenta.
“En una localidad como la nuestra el Contador tiene que saber de todo, no te podes especializar sólo en un área. Hay que saber tanto de Tributaria como de Laboral, por ejemplo, porque recibo todo tipo de consultas”, dice mientras detalla que su propia política de capacitación siempre fue asistir a todos los congresos o seminarios posibles, ya que “mi prioridad es estar constantemente actualizada para poder darle al cliente una respuesta en todos los rubros”. “Esa es la principal diferencia de trabajar en una ciudad chica, con respecto a como lo hacen mis colegas de Capital”, sentencia.
El tono de voz le cambia a la Dra. Arbilla cuando cuenta, sin ocultar su orgullo, cómo está compuesta su familia y llega al último fruto del árbol familiar: “Vivo con mi esposo y tengo dos hijas. Una es Licenciada en Nutrición, vive y trabaja en Bahía Blanca. La otra no estudió Ciencias Económicas, pero trabaja conmigo en el estudio. Es la que me dio una nieta que se llama María Inés. Mi tiempo libre lo uso para estar siempre con ella, es hermosa”.
Si bien continúa colaborando con varias instituciones de la ciudad, está claro que la sola presencia de su nieta le modifica los planes. Es que entre números y papeles, la Dra. Arbilla es el fiel ejemplo de que la vida en el interior de la Provincia sigue dando esa posibilidad. La de disfrutar de las pequeñas cosas.