LOS ÚNICOS

NOTA 3

No podía ser de otra manera. Mechongué tiene tradición familiar. Cuando le preguntaron a Martín de Álzaga cómo quería llamar al pueblo que se estaba levantando en tierras de su propiedad no lo dudó, y en homenaje a su hermana Mercedes, el nombre quedó arraigado a una impronta familiar.

El estudio del Dr. Carlos Gioitta funciona a base de trabajo mancomunado. “Nací y formé mi familia en la ciudad. Mi hija trabaja conmigo, lo mismo que mi señora y mi yerno, que esta pronto a recibirse. Además tengo dos muy buenas empleadas, una de ellas trabaja junto a nosotros hace más de 30 años”, relata mientras se toma un respiro ante la demanda de sus clientes. Es que el estudio se consolidó con el paso de los años como una referencia en la zona para clientes agropecuarios, y reconoce que “es mucho el trabajo que tenemos. Los clientes son de acá, pero también de Necochea, Miramar, Balcarce u Otamendi. Pero esto no es de ahora, fuimos construyendo el estudio a lo largo de los años. Al trabajar en familia lo hago muy tranquilo, porque sé que todo es por ellos”.

“Los profesionales de ciudades como la nuestra somos como un médico clínico, tenemos que saber de todo", señala el Dr. Carlos Gioitta.

Tiene un hijo más, que siguió sus pasos en las Ciencias Económicas, y luego de licenciarse en Administración de empresas, el destino lo llevó a radicarse en Olavarría. Casualmente, aunque por motivos distintos, el Dr. Gioitta también debió en su momento buscar una alternativa laboral. “En 2000 hice un intento de ir a Miramar, fue cuando la situación del país y del campo se había vuelto tensa. Fueron algunos años en que viajé seguido. Luego por suerte la situación mejoró y pude volver”. Mechongué, que en 2011 celebró los cien años de su fundación, cuenta hoy con más de mil trescientos habitantes. 

 

Un Contador clínico

En viajes, capacitaciones o congresos, el Dr. Carlos Gioitta se encuentra con colegas de distintas latitudes. Con ellos conversa acerca de la profesión, y siempre defiende una idea: “los profesionales de ciudades como la nuestra somos como un médico clínico, tenemos que saber de todo. Es cierto que con los años me especialicé en la parte agropecuaria, pero atendemos todo tipo de clientes. Trabajamos con cooperativas, panaderías, comercios o estaciones de servicios. Además colaboramos con los Bomberos, la sociedad de fomento y jubilados”.

Después de haber dedicado unos años a la empresa de su padre, la cual le pagaba un sueldo y él ofrecía servicios contables, el estudio comenzó a recibir clientes. “Cuando empecé creí que siempre me iba a dedicar a desarrollarme en el sector privado. Pero la profesión me fue llevando al estudio contable”, recuerda.

Como buen trabajador, todo lo logrado en su vida fue a base de sacrificio personal. Y finaliza la entrevista con una idea que refuerza este pensamiento: “el contador de pueblo no se maneja con publicidad, sino con el boca a boca de los clientes”.  

Si usted es el único profesional matriculado de su localidad, escríbanos a repro@cpba.com.ar
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