Realidad Profesional | Revista del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires y su Caja de Seguridad Social
Los casos de falsas ofertas de empleo incrementaron con la pandemia, son cada vez más frecuentes y se estima que hay muchos más sin registrar porque no son denunciados. Especialistas en ciberdelito advierten sobre la importancia de estar atento a este tipo de estafas, que se aprovechan de situaciones vulnerables y ponen en peligro a las personas que se encuentran buscando trabajo. El fraude laboral, también llamado “de reclutamiento”, consiste en estafas camufladas en ofertas de empleo que tienen por objetivo el robo de datos personales y como fin máximo de dinero.
Los casos de falsas ofertas de empleo incrementaron con la pandemia, son cada vez más frecuentes y se estima que hay muchos más sin registrar porque no son denunciados. Especialistas en ciberdelito advierten sobre la importancia de estar atento a este tipo de estafas, que se aprovechan de situaciones vulnerables y ponen en peligro a las personas que se encuentran buscando trabajo.
El contexto de crisis que provocó la pandemia e incrementó el desempleo, y en consecuencia disparó la necesidad de encontrar trabajo y la aparición de búsquedas laborales, funcionó como un perfecto escenario para los ciberdelincuentes. El fraude laboral, también llamado “de reclutamiento”, consiste en estafas camufladas en ofertas de empleo que tienen por objetivo el robo de datos personales y como fin máximo de dinero.
Datos de la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia (UFECI) indican que para finales del 2020 en Argentina, los casos de fraude laboral incrementaron en más del 50% en comparación con el año anterior.
A través de los que se conoce como “ingeniería social”, técnica de manipulación a la víctima aplicada a través de llamados telefónicos, correos electrónicos o plataformas de mensajería, los delincuentes logran que sea la misma la que de manera voluntaria brinde la información personal que necesitan.
En las estafas laborales las modalidades utilizadas son dos: cuando la potencial víctima publica su búsqueda laboral y los delincuentes se comunican por la misma; o viceversa, cuando los propios criminales son los que publican los avisos. La obtención de información y datos personales permite llevar adelante, entre otros delitos, la suplantación de identidad, utilizada para solicitar servicios financieros, abrir cuentas en bitcoins, etc., e intrusión en cuentas (bancarias o billeteras virtuales) para el robo de dinero.
Además de informarse, hacerse consciente de la aparición de los ciberdelitos más comunes y de las formas de actuar de los estafadores, establecer una serie de pasos para conocer a fondo cómo se dan estos fraudes ayuda a detectarlos, poder evadirlos y además denunciarlos.
Según la UFECI, en primer lugar, los delincuentes establecerán contacto, generalmente a través de correo electrónico pero puede ser también de llamada telefónica. Las ofertas en estos casos son beneficiosas en relación a las pocas condiciones requeridas y a la buena remuneración, y se trata de empresas ubicadas fuera del país. Muchas veces contactan a personas que nunca aplicaron a la búsqueda en cuestión pero que cuya oferta podría ser de su interés, porque los delincuentes también reúnen información previa sobre sus víctimas.
En un segundo momento, querrán realizar una llamada o videollamada para emular el clásico proceso de selección laboral, y a través de la cual es común que no se vea la imagen y se aprecie solo el sonido. Allí se informa de los requisitos legales para trabajar en el país, como la tramitación de una visa de trabajo, por ejemplo, y se planifica el contacto con una persona que va a llevar adelante la gestión, que es la que conseguirá la información que necesitan los delincuentes.
El tercer y último paso es la materialización de la estafa. Una vez solicitada la información previa, que puede ir desde los datos personales, escaneado del documento de identidad y del pasaporte propio y del grupo familiar, a datos sobre cuentas bancarias, como el CBU. En algunos casos también se solicita dinero para el pago de “trámites administrativos”.
Además, se debe prestar atención al dominio del mail recibido (por lo general, las empresas cuentan con dominios propios) o al número telefónico desde el cual se están comunicando. También, se puede rastrear a la empresa por otros medios e intentar comunicarse con la misma a través de otros canales. Es importante mantener una actitud de desconfianza ante ofertas que solicitan datos personales de antemano, o que tienen remuneraciones que no se condicen con otros avisos similares.
Se debe realizar la denuncia correspondiente ante la comisaría o fiscalía más cercana al domicilio, y también puede realizarse ante la Dirección Nacional de Protección de Datos Personales, y si se involucró a la cuenta bancaria, dar aviso ante la entidad financiera que corresponda.
Es importante conservar luego toda la documentación que respalde que la estafa ocurrió, como intercambio de mensajes o emails, o registros de llamadas telefónicas. No se debe eliminar ninguna información referida, y en caso de que el contacto haya sido a través de redes sociales, no hay que denunciar el perfil dentro de las apps ya que eso puede comprometer luego la obtención de información por parte de la justicia.