Tras unos años de ocupar el segundo lugar, el país asiático volvió en septiembre de 2020 a ser el principal socio comercial de la Argentina: según datos de la Cámara Argentina de Exportadores el 11,3% de las exportaciones totales de productos argentinos y 21,9% de las importaciones se dieron con China.
Argentina exporta en la actualidad 549 productos a China y son 5034 productos chinos que la Argentina importa. Es decir, alrededor de un 817% de diferencia.

El desafío argentino es sin dudas poder mejorar la calidad de la relación comercial con China. Será imposible cumplir con el desafío planteado del valor agregado si no se dan condiciones de industrialización acordes a la demanda del objetivo. En un orden estructurado cronológicamente, el apoyo a las PyMes y las exportadoras regionales será fundamental para abastecer al mercado chino y al mercado interno. El panorama futuro parece alentador, pero esa expectativa está atada a decisiones y voluntades de varios sectores.

Los acuerdos comerciales entre Argentina y China no son una novedad ni materia de estudio nueva. Ya desde principios del Siglo XX comenzaron a darse los lazos entre ambos países que, sin embargo, formalizaron sus vínculos diplomáticos poco después de finalizada la Segunda Guerra Mundial, en 1945. Pero, por supuesto, aquel mundo no es el mismo que el de hoy, y sobretodo, los dos actores en cuestión no son los mismos. Como dato fundamental, hay que decir que hoy China es la segunda economía más grande del mundo, detrás de los Estados Unidos, y que se espera que alcance el primer lugar para 2030. El crecimiento, desde 1980, es exponencial: alrededor del 10% anual hasta 2016, en donde decreció y mantiene al día de hoy una estabilidad del 6,7%. En dólares, además, China es el país con mayor volumen de exportaciones y el segundo en importaciones.

Tras unos años de ocupar el segundo lugar, el país asiático volvió en septiembre de 2020 a ser el principal socio comercial de la Argentina: según datos de la Cámara Argentina de Exportadores el 11,3% de las exportaciones totales de productos argentinos y 21,9% de las importaciones se dieron con China. En cuanto a los productos argentinos, representan alrededor de 553 millones de dólares, mientras que la llegada de productos es de alrededor de US$ 751 millones. Es decir, la representación en dólares de la relación es de US$ 1.303 millones.

China es en la actualidad el principal socio comercial de la Argentina: el 11,3% de las exportaciones totales de productos argentinos y 21,9% de las importaciones se dieron con el país asiático.

La composición de las exportaciones y las importaciones

Realizando un análisis más fino acerca de la relación bilateral debemos mirar de qué está compuesta la balanza comercial. Argentina exporta en la actualidad 549 productos a China y son 5034 productos chinos que la Argentina importa. Es decir, alrededor de un 817% de diferencia, una brecha que se intentó achicar pero, al menos hasta el momento, los cambios no han sido significativos. Los porotos de soja, como materia prima, son claramente el producto por excelencia que nuestro país envía al gigante asiático: representan el 66% del total de las exportaciones. Muy lejos, en segundo lugar, el aceite de soja representa el 7%. A ellos le siguen la carne bovina deshuesada y congelada (5,2%); camarones y langostinos enteros y congelados (3,6%); trozos y despojos de gallo o gallina congelados (2,1%); aceite de girasol en bruto (1,9%); tabaco desvenado o desnervado en hojas secas (1,4%); aceite de maní en bruto (1,2%); camarones y langostinos congelados que no están enteros (1,1%); y lanas sucias esquiladas sin cardar ni peinar (1,1%).

La expectativa y la estrategia argentina es, según se afirma, aumentar no sólo la cantidad de productos exportados sino además darle un valor agregado a esa materia prima. La realidad es que, teniendo en cuenta la gran cantidad de población china, el mercado de ese país no deja de ser sumamente atractivo. Los productos agropecuarios y los alimentos elaborados son los principales elementos a tener en cuenta a la hora de ampliar las exportaciones.

En paralelo, y más allá de la buena relación que gozan en la actualidad ambos países, la idea de la sustitución de importaciones es un concepto que da vueltas y pisa fuerte. China conoce la metodología argentina y decidió bajar los aranceles de la mayoría de sus productos hacia nuestro país.

En cuanto a la segmentación por provincias, según un informe de la Agencia de Inversiones y Comercio Internacional (dependencia de Cancillería) las principales provincias exportadoras hacia China son Buenos Aires (33%), Santa Fe, (22%), Córdoba (15%), Entre Ríos y Chubut (5% cada una).

La expectativa y la estrategia argentina es aumentar no sólo la cantidad de productos exportados sino además darle un valor agregado a esa materia prima, teniendo en cuenta la expansión de la clase media china.

El desafío argentino y las vistas hacia el futuro

El desafío argentino es sin dudas poder mejorar la calidad de la relación comercial con China. Como se dijo anteriormente, el valor agregado de los productos será fundamental para el futuro de la economía nacional pero también para el crecimiento chino: los tiempos de desarrollo y expansión del asiático necesitan también este tipo de procesos y China no ve con malos ojos lograr un mayor acuerdo en ese sentido con nuestro país. Las alianzas estratégicas también se dan con Brasil, México y Venezuela, entre otros, por lo cual China espera tener una presencia fuerte en la región. ¿Cuál es la clave de este vertiginoso crecimiento? Que también es vertiginoso, al menos en los últimos años, el crecimiento de la clase media china, y que la apertura a nuevos productos, sobretodo en materia alimenticia, también crece. Según un informe del periódico estadounidense The Economist, la clase media china estará compuesta, en 2030, de alrededor de 480 millones de personas. El vino, en ese sentido, será clave: China consume alrededor de 16 millones de hectolitros de vino por año, que significa el doble de la producción mendocina.

En vistas al futuro, China tiene varias afrontas para no solo mantener sino expandir su crecimiento. En primer lugar, la relación geopolítica con Estados Unidos será fundamental: la relación tensa que cuenta en la actualidad con el posible primer lugar como economía mundial de China en algunos (pocos) años más, se estima que seguirá. Sin embargo, ningún especialista considera viable una ruptura de relaciones entre ambos países, por lo cual la estabilidad y el crecimiento estarían, prácticamente, asegurados. Pero no todo son conflictos externos: hacia su interior, China también debe resolver cuestiones estructurales que permita mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos y que se condiga con la condición macroeconómica que presentará. Una urbanización más rápida y una distribución más equitativa de los ingresos es el principal foco de atención del país, en donde ya comienza a observarse una emergente tensión social.

En cuanto a la Argentina, será imposible cumplir con el desafío planteado del valor agregado si no se dan condiciones de industrialización acordes a la demanda del objetivo. En un orden estructurado cronológicamente, el apoyo a las PyMes y las exportadoras regionales será fundamental para abastecer al mercado chino y al mercado interno. El panorama futuro parece alentador, pero esa expectativa está atada a decisiones y voluntades de varios sectores.


TAGS •

comercio exterior, Argentina, exportaciones, China,
Vorknews Sistema para diarios online