Realidad Profesional | Revista del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires y su Caja de Seguridad Social
En la actualidad, según datos del Ministerio de Desarrollo Productivo, Argentina cuenta con 405 Parques, Áreas y Sectores Industriales Planificados en el país. El 80% de ellos son de corte público, dentro de los cuales funcionan más de 8000 empresas (el 80% de ellas, Pymes). El Parque Industrial Pilar: es el más grande de Argentina y allí funcionan más de 200 empresas, algunas en construcción. Diariamente, trabajan alrededor de 30.000 personas. Cuenta con una superficie de 920 hectáreas. Los rubros mayoritarios allí son de industria Química (23%), Alimentos y Bebida (20%) y Caucho y Plástico (18%). El restante 39% está destinado a los Servicios, la Logística y otros. Fue creado en el año 1976 y está ubicado a 5 kilómetros de la ciudad de Pilar.
El rol de los profesionales en Ciencias Económicas en el impulso y funcionamiento de un parque industrial resulta de suma importancia. Santiago Bonfanti, quien hace más de cincuenta años que trabaja en Parques, explica ese rol: “Llevar adelante las cuentas de una industria de este estilo es muy complejo, hay gastos que se comparten entre las empresas, gastos en común, gastos particulares, inversiones, el manejo de la coparticipación. El rol del profesional se vuelve fundamental.
Los parques industriales son uno de los ejes más importantes para el desarrollo productivo de un país. Frente a los diversos escenarios de especulación financiera, la inversión en este sector resulta fundamental para el crecimiento económico y la generación de puestos de trabajo genuinos. En la actualidad, según datos del Ministerio de Desarrollo Productivo, Argentina cuenta con 405 Parques, Áreas y Sectores Industriales Planificados en el país. El 80% de ellos son de corte público, dentro de los cuales funcionan más de 8000 empresas (el 80% de ellas, Pymes). Además, se estima que en ellas se genera el 15% del empleo industrial. Otros datos interesantes que dan cuenta del crecimiento exponencial de los parques industriales es que el 50% de los que funcionan en la actualidad, fueron fundados en los últimos ocho años. En la Provincia de Buenos Aires, en los últimos dos años, se instalaron 33 parques industriales.
En paralelo, se está dando una colaboración entre el sector público y privado para el reordenamiento territorial de la industria argentina. De ahí que surjan diversos programas de financiamiento para la infraestructura y concentración de las empresas en los polos productivos. Los beneficios de dicha concentración son claros: según un informe de la Red de Parques, la aglomeración de las empresas provoca un importante ahorro en lo que refiere a infraestructura de base y utilización de servicios y recursos, así como también hace mucho más fácil la organización de la operatoria diaria y tareas en conjunto en torno al cuidado del medio ambiente.
Desde Revista Realidad Profesional nos propusimos conocer a los Parques Industriales de la Provincia de Buenos Aires: su historia, su funcionamiento, y la importancia para el desarrollo de las comunidades bonaerenses, recorriendo su realidad con la voz de algunos de sus protagonistas.
Si de Parques Industriales hablamos es prácticamente imposible no remontarse, en primer lugar, al Parque Industrial Pilar: es el más grande de Argentina y allí funcionan más de 200 empresas, algunas en construcción. Diariamente, trabajan alrededor de 30.000 personas. Cuenta con una superficie de 920 hectáreas, siendo superado en América Latina únicamente por el Parque Industrial Latinoamericano de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), que a pesar de contar con el doble de extensión territorial (1800 hectáreas), funcionan allí 218 empresas, por lo que se estima que el Parque de Pilar podría ser el que más empresas concentre en un futuro muy cercano. Del total de las hectáreas, 750 pertenecen a las empresas ya instaladas. Los rubros mayoritarios allí son de industria Química (23%), Alimentos y Bebida (20%) y Caucho y Plástico (18%). El restante 39% está destinado a los Servicios, la Logística y otros.
Fue creado en el año 1976 y está ubicado a 5 kilómetros de la ciudad de Pilar. En aquel momento, la idea parecía alocada y de altísimo riesgo. Pero eso no los desalentó. Allí comienza la historia, en conjunto, del Ingeniero Meyer Oks y el arquitecto Santiago Bonfanti. Corría el año 1971 cuando Bonfanti fue convocado “de casualidad” (así comentó, entre risas, a Revista Repro) a ser gerenciador de un incipiente Parque Industrial que se estaba impulsando en su ciudad natal, Olavarría. En ese entonces, se comunicó con Oks, experto en industria y petróleo con experiencia en exploración geofísica en la Patagonia, trabajando para YPF, para compartir experiencias respecto al tema. La relación fluyó positivamente y tras ello, Oks le ofrece trabajar con él a Bonfanti en un proyecto que nacía: el ingeniero había adquirido recientemente un predio en Pilar de 920 hectáreas con la idea de instalar allí un Parque Industrial.
En diálogo con Revista Realidad Profesional, Santiago Bonfanti, de 82 años, recuerda: “Yo le pregunté en ese momento cómo se animaba a hacer esa inversión y me dijo que él tenía la capacidad económica-financiera de hacer llegar al predio la energía eléctrica y también la telefonía. Lo que no podía era poner un gasoducto. Pero el predio estaba montado casualmente sobre un gasoducto troncal de TGN que transportaba gas hasta Fátima, en donde lo utilizaban como materia prima para la fabricación de plásticos. Entonces, se empezó a trabajar, se hicieron los estudios de suelo, todos los protocolos a los que hay que someter para que se permita hacer ahí el Parque. El consumo del agua, la calidad del suelo, la fundación de los edificios, la estructura de las calles, y demás”. El arquitecto asegura que en ese momento no pensaron sobre la magnitud de la obra que se estaba llevando adelante. “Ahora se han triplicado las avenidas, calles, rotondas alrededor del parque por todo el desarrollo que ha tenido”, asegura.
El Parque cuenta hoy con pavimentación de hormigón en sus calles internas y una instalación de alumbrado eléctrico del 30% en sus arterias. Cuenta además con un destacamento con personal de la Sociedad de Bomberos Voluntarios de Pilar, quienes están desarrollando junto a las empresas un plan de contingencias y mapa de riesgos.
La impactante cifra de 30.000 personas trabajando en el Parque Industrial Pilar da cuenta de la importancia de este tipo de impulsos industriales para el desarrollo de una ciudad, de una comunidad entera. Al respecto, Bonfanti, quien actualmente está trabajando en la construcción de un nuevo Parque Industrial en Cardales, cuenta un novedoso proyecto que le gustaría ver concretado: “Entre el Parque Industrial de Pilar por Frondizi, que es la calle que lo bordea y llega hasta la Ruta N° 6 , en donde confluyen esas 30 mil personas, y el Parque de Cardales que estamos construyendo ahora, en donde estimamos que tendrá un movimiento de alrededor de 10 mil personas más, hay un punto intermedio sobre la ruta donde se podría hacer un asentamiento de primera calidad, una comunidad desarrollada”, indica y continúa explicando: “Hay muchas personas que viajan todos los días y pierden mucho tiempo en ese traslado, a veces tres horas por día o más. Con una comunidad organizada alrededor de los Parques, hasta se podría llegar en bicicleta, en mucho menos tiempo, como sucede en otros países en este tipo de desarrollos. Hay poblaciones alrededor de los parques con institutos de formación, colegios. Todo eso, fijado con una norma municipal. Todo ese tiempo entre ida y vuelta es un tiempo muerto, tiempo perdido. Imaginate si trabajás y querés estudiar algo, incluso un posgrado, no te queda tiempo ni de leer. Ahí el Municipio puede fijar las condiciones para una comunidad con todos los servicios”.
En este contexto, la industrialización en un sector planificado resulta fundamental para el desarrollo, sobretodo de pequeñas y medianas empresas de diversos sectores. Pero, además de la planificación, el estudio de mercado del tipo de industria, ganancias y pérdidas, hay un factor importante a tener en cuenta a la hora de la instalación: el impacto ambiental y el control sobre ello. En ese sentido, Bonfanti opinó: “Desde los inicios allá a principios de los 70, al día de hoy, ha cambiado mucho por suerte la planificación a partir de tener en cuenta un montón de aspectos ambientales que son de suma importancia. Nosotros siempre tuvimos mucho cuidado al respecto, pero al principio era como caminar en una montaña cuesta arriba, era muy difícil. Luego a medida que se fue avanzando, se fue facilitando. Es fundamental, porque sino es hacerse una trampa a uno mismo y a la comunidad”. Continúa el arquitecto: “Los industriales tienen que invertir en estas formas de mediciones y controles, ser muy cuidadosos, porque el medio ambiente es importante, y por falta de controles se pueden cometer torpezas muy grandes. Hay mucha gente comprometida en este tema”.
“En Cardales, por ejemplo, queremos tener un laboratorio de control de efluentes, que se integre al Consorcio y lo administre. Ahí tenés unos químicos que pueden estar detrás de eso y de esa forma, de manera aleatoria, podés tomar pruebas de lo que está saliendo y si hay algún tipo de desviación sabés de quién es. Hoy hasta podés medir la calidad del humo de una chimenea con una ‘nariz electrónica’ en donde apuntás y determinás las partes por millón que tiene el efluente gaseoso”, cuenta Bonfanti y finaliza sobre el tema: “Se puede hacer, hay que hacerlo. Con tecnología, con voluntad, se puede hacer. Porque además, cuando afectás al medio ambiente, no hay vuelta atrás, el daño está hecho. A todos les digo que hay que estar atentos y sobretodo controlar eso: prefiero ser el malo de la película que lo controle y no hacer un daño ambiental”.
El rol de los profesionales en Ciencias Económicas en el impulso y funcionamiento de un parque industrial resulta de suma importancia. Bonfanti, quien hace más de cincuenta años que trabaja en Parques, explica ese rol: “Llevar adelante las cuentas de una industria de este estilo es muy complejo, hay gastos que se comparten entre las empresas, gastos en común, gastos particulares, inversiones, el manejo de la coparticipación. El rol del profesional se vuelve fundamental. Se comparten además también los controles económicos-financieros, y también tienen importancia en saber y administrar los recursos con los que se cuentan y los que se utilizan. Porque muchas veces a una determinada empresa le puede sobrar determinado recurso que a otra le falta, y viceversa, y trabajando en conjunto se pueden complementar. Hay una gran solidaridad entre las empresas en ese sentido”.