Realidad Profesional | Revista del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires y su Caja de Seguridad Social
La Dra. Lucila Scinica nació en el barrio de Boedo y vive actualmente en Longchamps, en el partido de Almirante Brown. Es un gran ejemplo de la congeniación entre dos intereses, y una muestra de esfuerzo y perseverancia. Primero inició su camino por las ciencias económicas en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ), y se recibió de contadora. Luego, las ganas de complementar su aporte a los problemas de las pequeñas y medianas empresas, la llevó a estudiar abogacía. La Dra. Mabel Arsumendi, nació en el pequeño pueblo de Vedia, ubicado a aproximadamente 300 kilómetros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Actualmente sigue viviendo en el mismo lugar. De su padre no solo heredó la profesión, sino también una estancia tambera que administra con su esposo y sus hijos.
La Dra. Lucila Scinica nació en el barrio de Boedo y vive actualmente en Longchamps, en el partido de Almirante Brown. Es un gran ejemplo de la congeniación entre dos intereses, y una muestra de esfuerzo y perseverancia.
Primero inició su camino por las ciencias económicas en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ), y se recibió de contadora. La Dra. Scinica se reconoce como una apasionada de las pymes y afirma que la carrera siempre fue su vocación.
“Estudiar una carrera universitaria es importante por varias razones. Primero, porque te brinda un panorama más amplio del mundo que te rodea. Además, estudiar en una universidad te enseñará el sentido de la disciplina y la responsabilidad y te permitirá conocer personas de muchos ámbitos”.
Luego, las ganas de complementar su aporte a los problemas de las pequeñas y medianas empresas, la llevó a estudiar abogacía: “Toda organización por más pequeña que sea necesita el asesoramiento de un contador, pero también demanda en reiteradas ocasiones de los servicios de un abogado”, afirma.
Hoy ejerce como contadora y abogada, profesiones que supo complementar de manera permanente. “Lo que me inclinó también a estudiar abogacía, fue que consideré que necesitaba ampliar mi conocimiento en el área Judicial. Me permitiría poder desenvolverme con mayor conocimiento y herramientas en los procesos concursales y en las quiebras, ya sea en los escritos como en la presentación de recursos ante los distintos organismos”.
Otra de las inspiraciones de la Dra. Scinica en su carrera profesional, es la docencia: “Fue y es parte de mi vida”, cuenta y concluye que la misma “es una vocación en la cual el dinero no tiene importancia sino lo que se lleva con cada alumno al terminar la cursada, esa alegría reflejada en sus rostros y luego verlos en los pasillos de la facultad o en el Consejo como verdaderos profesionales”. Se desempeñó en distintas Universidades y actualmente lo hace en la casa de estudios en ella misma estudió, la Facultad de Ciencias Económicas de la UNLZ.
“Luego de mucho esfuerzo propio y de mi esposo que me apoyó y estuvo siempre a mi lado ya sea en incentivándome en cada evaluación que tenía que rendir como en el especial cuidado de nuestros dos hijos, ahora dos profesionales”, cuenta la Dra. Scinica.
La Dra. Mabel Arsumendi, nació en el pequeño pueblo de Vedia, ubicado a aproximadamente 300 kilómetros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Actualmente sigue viviendo en el mismo lugar. De su padre no solo heredó la profesión, sino también una estancia tambera que administra con su esposo y sus hijos.
“Siempre me gustó mi profesión, aunque ahora resulta muy difícil y estresante su ejercicio, con el cúmulo de disposiciones y exigencias”, afirma Mabel.
En su tiempo de reciente recibida, la Dra. Arsumendi fue la única contadora radicada en la región de Vedia, en donde instaló su estudio contable y se desempeñó como docente de Contabilidad en el Colegio Comercial de un pueblo cercano. Previamente, trabajó en el Instituto de Previsión Social de la Provincia de Buenos Aires.
“No me resultó difícil empezar, en pueblos pequeños somos todos conocidos y fui la única contadora radicada por bastante tiempo. En mi estudio tenemos nietos de los clientes originales, como así también muchas mujeres emprendedoras”.
Hoy la Dra. Arsumendi está jubilada, atiende de manera personal a una Cooperativa Eléctrica de un pueblo cercano a Vedia, y reconoce que sigue aportando en su estudio, que está dirigido por su hija Paula, quien siguió los pasos de su abuelo y de su madre: “Paula dice que se crió con mamá y sus papeles al lado. Le transmití el amor por la profesión. Actualmente es responsable del estudio, yo colaboro en todo lo que puedo, a pesar de estar jubilada aún mantengo la matrícula”, cuenta Mabel.
Por otro lado, en la estancia heredada, el esposo de la Dra. Arsumendi es quien realiza el trabajo vinculado a la cría de terneros, mientras que ella se encarga de las tareas contables y administrativas: “Todo el trabajo es de mi esposo, yo colaboro haciendo para él el trabajo profesional”, explica Mabel.
Sus días transcurren entre su pequeño aporte al estudio en trabajo en conjunto con su hija, entre las gestiones contables con la estancia y su familia. La Dra. Arsumendi cita a su hija para contar lo que significa la profesión para ella: “Paula dice que a pesar de mis quejas sigo con la misma pasión, ésa que me llevó a dedicarme a ésta profesión, que a pesar de sus complejidades en cuanto a modificaciones recurrentes, la volvería a elegir”.