Realidad Profesional | Revista del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires y su Caja de Seguridad Social
Organizaciones sociales, no gubernamentales, asociaciones civiles: el lugar que ocupan en la sociedad mundial, pero particularmente en Argentina, es muy -y cada vez más- importante. El rol del profesional en la organización y sobre todo el desarrollo de este tipo de instituciones resulta fundamental. Así lo cuenta el Dr. Fernando Aguilar, contador público matriculado en la Delegación San Isidro de nuestro Consejo Profesional. “Formalizar la organización no es solamente inscribirlo y darle personería jurídica, eso es apenas el acta de nacimiento. Después comienza toda una serie de procesos y cosas que son fundamentales para crecer, para los cuales es muy importante el rol de un contador”, asegura. “Hay que ver el tema de la gestión, de cómo funciona la organización, los trabajos de cada una de las personas, pensar un presupuesto anual y controlarlo a ver cómo está siendo ejecutado. Son miles de temas que nos podemos ocupar si nos interesa meternos en este mundo”, continúa Aguilar. En noviembre de 2021 se promulgó la ley que propone condonar las deudas tributarias, de la seguridad social y aduaneras menores a $100.000 para las entidades.
Organizaciones sociales, no gubernamentales, asociaciones civiles: el lugar que ocupan en la sociedad mundial, pero particularmente en Argentina, es muy -y cada vez más- importante. Ya sea vocación por ayudar a los más necesitados, por generar proyectos de cuidado del medioambiente, ecológicos, con perspectiva de género y diversidad, entre otros, son ellas, en muchos casos, las que ayudan a visibilizar las problemáticas sociales cotidianas y profundas, pero además, a construir una solución.
Ahora bien, ¿cómo se relaciona todo esto con la profesión de los colegas en Ciencias Económicas? El rol del profesional en la organización, tanto en una Organización de la Sociedad Civil (OSC) como en una Organización No Gubernamental (ONG), y sobre todo el desarrollo de este tipo de instituciones resulta fundamental. Así lo cuenta el Dr. Fernando Aguilar, contador público matriculado en la Delegación San Isidro de nuestro Consejo Profesional, quien hace más de diez años comenzó a trabajar y colaborar con distintas organizaciones, vinculando la ayuda social con su pasión por los números.
“La verdad es que el rol del profesional en Ciencias Económicas, del contador público, es fundamental para las organizaciones. En general, las organizaciones más chicas son un grupo de gente que ven algo en lo que puede ayudar a la sociedad, y se organizan para hacerlo. Pueden ser cientos de temas: medioambiente, comedores, educación, salud. El tema es que cuando empiezan a laburar, para crecer como organización, hay que formalizarla”, asegura Aguilar. A la hora de “formalizar”, el contador aclara: “Formalizar la organización no es solamente inscribirlo y darle personería jurídica, eso es apenas el acta de nacimiento. Después comienza toda una serie de procesos y cosas que son fundamentales para crecer, para los cuales es muy importante el rol de un contador”.
El contador público, por lo general, es uno de los miembros de una institución más cercano a la hora de resolver distintas dudas. “Eso sucede siempre, más allá de que no sean temas contables o impositivos. Por ejemplo, pasa mucho que hay problemas con donantes y su tarjeta de crédito. Ahí está en uno empezar a aprender, averiguar, meterse, y ver de qué forma ayudar y solucionar los problemas”, explica el Dr.
Probablemente, si llegó hasta aquí, usted tenga algún tipo de relación con este tipo de entidades: participa como voluntario/a en una, es profesional de ella, o simplemente tiene el deseo de iniciar un proyecto. En cualquier caso, es imprescindible saber por dónde empezar y a quiénes consultar para ello. “En la labor diaria, una organización para crecer, tiene que, como mínimo, primero inscribirse en AFIP. Luego conseguir una cuenta bancaria. Si querés conseguir donantes ya sea individuales o grandes empresas, o subsidios del Estado, tenés que tener todos los papeles en orden. Tenés que tener exenciones impositivas para no tener que pagar impuestos de más que no corresponden. Tenés que profundizar mucho en cómo son los trámites, cómo funcionan los organismos, cuáles son los bancos que mejor funcionan para este tipo de organizaciones”, indica el Dr. Aguilar, también haciendo hincapié sobre la formación constante del profesional para trabajar de esta forma, ya que, según sus propias palabras, muchas veces el ámbito académico “nos prepara para trabajar en empresas o en estudios y no te da una apertura mayor a otras opciones. Después uno, ya de grande, se da cuenta el inmenso abanico de posibilidades que tiene nuestra profesión”.
Ante mayor crecimiento de la organización, también son mayores las responsabilidades que conlleva su gestión y administración. “Ahí ya hay que ver el tema de la gestión, de cómo funciona la organización, los trabajos de cada una de las personas, pensar un presupuesto anual y controlarlo a ver cómo está siendo ejecutado. Son miles de temas que nos podemos ocupar si nos interesa meternos en este mundo”, continúa Aguilar.
En torno a las habilitaciones, el contador público expresa que algunos trámites son engorrosos o pueden demorar más tiempo de lo esperado: “Se demora meses o hasta años en conseguir la personería, porque se investiga qué personas está componiendo la organización. Miles de temas que exceden un poco lo que realmente es importante”. “Recién en los últimos tiempos se les está dando algunas facilidades a las entidades civiles”, agrega. El pasado mes de octubre de 2021, se aprobó por unanimidad en la Cámara de Diputados de la Nación, el proyecto de ley que proponía condonar las deudas tributarias, de la seguridad social y aduaneras menores a $100.000 para las entidades. La ley 27.653 de alivio fiscal fue promulgada un mes después, en noviembre del mismo año.
Otro de los pasos importantes es la solicitud de exención de impuestos para la entidad. “Hay un problema y es la falta de criterio homogéneo entre las distintas agencias. Algunas te piden una cosa, otras te piden otra”, comenta Aguilar. En ese sentido, explica, hay dos tipos de exenciones que se pueden obtener: el procedimiento simplificado y el procedimiento general. El primero, como indica su nombre, no sólo es más sencillo y requiere menos burocracia, sino que además cuenta con menores tiempos de aprobación: mientras que un procedimiento general puede tardar hasta 45 días, el simplificado se reduce a solo 15. Este procedimiento puede ser solicitado por entidades exentas de impuestos por leyes nacionales, “siempre que las ganancias deriven directamente de la explotación o actividad principal que motivó la exención”, explican desde AFIP, además de cooperadoras escolares, fundaciones sin fines de lucro, comunidades indígenas, instituciones religiosas, bibliotecas populares, centros de jubilados y cooperativas de trabajo, entre otras.
Toda historia de acercamiento a un trabajo, a una profesión, tiene su génesis: un origen en el que se hace un “clic” y se toman determinados caminos y elecciones. Y la llegada del colega Fernando Aguilar a las asociaciones civiles y la actividad solidaria es particular. “Yo fui el primer profesional en mi familia, primera generación de universitarios. Fue en gran parte gracias a la Universidad de Buenos Aires, a la universidad pública, que me dio esa posibilidad. Era impensado para mí pagar una universidad privada”, recuerda Aguilar.
Luego de recibirse, en 1995, y trabajar por más de 25 años en distintas empresas privadas, un trabajo que tomó su socio, Christian Peñaloza (también matriculado en la Delegación San Isidro de nuestro Consejo), lo hizo tener un primer acercamiento al tema. “Él lo que veía es que llegaba la gente de Asociaciones Civiles a la oficina y no tenían ni la menor idea de cómo hacer la Asociación, qué formularios había que hacer, qué presentaciones en AFIP, en Rentas. No tenían mucha idea al respecto. Entonces me dice que había que estar atentos a eso, porque no conocemos colegas que realmente sepan del tema, en cómo ayudar a las organizaciones”, cuenta.
Eso despertó el interés por asesorar y ayudar a las organizaciones. Luego de algunos cursos y capacitaciones, y sin buscarlo, un mail lo metió de lleno en el mundo de las organizaciones: Un Techo para Mi País lo convocó para trabajar con ellos, y a partir de allí, y desde hace 10 años, se convirtió no sólo en su pasión sino también en su especialidad profesional. “Para mí fue casi como un posgrado en la práctica de lo que era una organización social”, asevera el contador.
Si observamos la composición de organizaciones sociales, civiles u ONG, veremos ya sin sorpresa que en una buena porción están conformadas por jóvenes. A esa voluntad solidaria y de ayuda hacia el otro puede sumarse el valor agregado del conocimiento para la utilidad funcional de la entidad. Al respecto, el Dr. Aguilar opina: “Veo que los jóvenes, los menores de 30, ya vienen con otro chip en cuanto a estas cosas. Ya por suerte en temas de educación y de formación, están mucho más metidos con la realidad, con el cuidado del medioambiente, atención en la gente con necesidades. Yo valoro mucho más lo que es mi laburo pudiendo ayudar a otros, que están ayudando a gente con problemas o lo que sea, y entiendo que a futuro los jóvenes profesionales se van a ir metiendo mucho más en este tipo de organizaciones”.