Contador de historias de miedo

El amor por la escritura

“La literatura es algo que me acompaña desde chico, la lectura de distintas obras es una cosa que siempre se vivió en mi casa”, menciona Juan Esteban, quien se lanzó a escribir en sus años como estudiante universitario para “canalizar cosas internas que quería buscar”.

Influenciado por las lecturas de clásicos autores del género, como Alan Poe, Stephen King, Horacio Quiroga y Lovecraft, el Dr. Bassagaisteguy conoció un mundo que luego se convertiría en su pasión: “El suspenso, el terror, lo sobrenatural me gustó desde chico, es lo que me sale naturalmente”.

Como es común entre los escritores, Juan Esteban utiliza situaciones de su vida cotidiana para elaborar las historias, y asegura que “las ideas pueden salir de cualquier cosa, escuchando una canción, mirando una imagen en internet, del noticiero salen muchas, cosas que a uno o a gente cercana le pueden haber pasado”. En Truculencias, la primera de sus obras, el relato de uno de sus familiares sobre un ser sobrenatural de aspecto angelical aparece en un cuento, también una historia de zombies transcurre en el Rauch del siglo XX, y un personaje siniestro se pasea por una de las avenidas de la ciudad. 

Con la inquietud de salir de su zona de confort, Juan Esteban decidió recientemente incursionar en otros géneros literarios: “Tengo listas dos antologías más, de 11 relatos cada una, pero ya por fuera del terror algunos son comedias otros son dramas, se mantiene la violencia en algunos, pero es un poco otra cosa”, menciona. Ambos escritos ya fueron corregidos y participan de distintos concursos. También, hace unos años, comenzó con la escritura de una novela, pero según confiesa no es un tipo de relato con el que se siente del todo cómodo.

Un trabajo más

Juan Esteban busca dedicar al menos 15 o 30 minutos de cada día a la escritura, y menciona que no es sencilla la conjunción con la profesión y sobre todo con la rama específica a la que él se dedica: “La cuestión impositiva y previsional lleva mucho tiempo sobre todo en ciertas épocas del año, habitualmente escribo en los horarios de mañana temprano, entre las 6 hasta las 8 que me voy a trabajar”, confirma y agrega que en meses de vencimientos es más difícil dedicarle el tiempo que requiere.

No basta solo con tener ideas y transcribirlas, desde ese momento hasta que se termina el escrito y se ve materializado en un libro, existe un trabajo que requiere de muchas personas más, no solamente del escritor. El Dr. Bassagaisteguy afirma que “siempre es recomendable contactar a gente profesional que sepa más que uno, correctores, amigos que ayudan en la lectura cero, gente que colabora con el prólogo, con la contratapa, con la propia edición, la gente de la editorial”.

También, cuenta que ver sus trabajos publicados le genera una alegría y una satisfacción muy grandes, pero que también constituye para él un gran desafío “porque es mostrar lo que uno hace para uno y someterlo a la voluntad de la gente, que no sabés cómo va a reaccionar”.

El Dr. Bassagaisteguy define a la escritura como su espacio de relajación, lugar donde también incluye a su familia, el fútbol y su profesión. Confiesa: “En la escritura encuentro sosiego, paz, alegría, distracción, por más que se trate de escribir y matar gente, a mí me genera un relax distinto”.

Si se tratara de elegir entre la escritura y la contabilidad, Juan Esteban no podría hacerlo: “Amo mi profesión, es lo que yo sé hacer y dejo el corazón ahí, pero la literatura es mi otra gran pasión. Disfruto mucho escribir, me divierte muchísimo”, afirma.