El Agro 4.0 es una parte importante de la llamada Cuarta Revolución Industrial- En este paso adelante del sector, se utiliza la recopilación y análisis de datos para mejorar la calidad de los cultivos teniendo en cuenta también una reducción en su impacto en el medio ambiente. Las herramientas para ello son variadas y complementarias, con drones, sensores y sobretodo software y sistemas de registros de fácil entendimiento e interfaz. El desarrollo de estos dispositivos hace posible el monitoreo “para conocer el estado de los silos bolsas, su temperatura, humedad, potasio de los suelos en tiempo real, entre otras variables”. La información que se puede obtener de zonas afectadas, reduce también la aplicación de químicos en los cultivos, direccionando su utilización en zonas específicas y no sobre todo el cultivo. La formación en Big Data y análisis estadístico, complementaria a la formación académica, es una de las competencias más requeridas por empleadores y grupos de trabajo. Según un informe de la compañía Genome, la tecnología agropecuaria creció un 14.6% anual durante la última década en Argentina.

Campo, tecnología, información, análisis, acción. Este recuento de palabras, además de ser las “claves” de la presente nota, lo son también en la actualidad para el sector agropecuario de nuestro país y del mundo. No es novedad que, desde hace tiempo, comenzó una transformación digital con el fin de mejorar la toma de decisiones y tener un panorama mucho más preciso de la situación. En la actualidad, la investigación, el trabajo y la aplicación de estas tecnologías se han vuelto moneda corriente y el eje central de muchas compañías y productores. Pero, ¿de qué hablamos cuando hablamos de Agro 4.0?

El Agro 4.0 es una parte importante de la llamada Cuarta Revolución Industrial, de la cual ya hablamos en ediciones anteriores de Revista Repro. En este paso adelante del sector, se utiliza la recopilación y análisis de datos para mejorar la calidad de los cultivos teniendo en cuenta también una reducción en su impacto en el medio ambiente. Las herramientas para ello son variadas y complementarias, con drones, sensores y sobretodo software y sistemas de registros de fácil entendimiento e interfaz.

De esta forma, se apunta como primer objetivo a un aumento de la productividad, no solo en la cantidad, sino en resistencia y calidad. Según un informe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), en la actualidad, “las cadenas agro generan 1 de cada 4 pesos que produce el país. El 24% del PBI argentino proviene del campo, son US$ 77.235 millones, es la actividad que mayor aporte genera”. El valor actual es un 2% más que lo que representaba hace tan solo dos años atrás. El crecimiento es vertiginoso y el uso de estas tecnologías lo respaldan.

La cantidad de datos cada vez más específicos que se manejan ayudan también a la rapidez en la toma de decisiones y son claves en la reducción de costos: una acción más determinada logra que la gestión de recursos y suministros sean más acordes, con menor margen de error y menor consumo. Por otro lado, esto también es importante en torno al cuidado de los suelos y el medio ambiente: de esos mismos datos se desprenden las planificaciones más acertadas en distintos momentos, como el riego en torno a la humedad en el suelo, precisión de condiciones climáticas, etcétera.

Además, la información que se puede obtener de zonas afectadas, reduce también la aplicación de químicos en los cultivos, direccionando su utilización en zonas específicas y no sobre todo el cultivo.

En el Agro 4.0 se utiliza la recopilación y análisis de datos para mejorar la calidad de los cultivos teniendo en cuenta también una reducción en su impacto en el medio ambiente.

Inversiones desde y hacia Argentina

El sector IT en nuestro país está también en crecimiento y cada vez son más las empresas que invierten en investigación y tecnología para desarrollar plataformas acordes a la realidad nacional, con sus especificidades contextuales. Un ejemplo de esto es la compañía argentina Webee,  dedicada a las tecnologías aplicadas a los sistemas agropecuarios, quien en la actualidad tiene convenios con Microsoft para investigación y desarrollo de Internet de las Cosas e Inteligencia Artificial. La compañía se fundó en 2013 y cuenta en la actualidad con más de mil dispositivos con el que se realizan monitoreos remotos, procesos de agricultura de precisión y automatización de procesos industriales, entre otras cosas. Específicamente, según indica el portal especializado El Agrario, el desarrollo de estos dispositivos hace posible el monitoreo “para conocer el estado de los silos bolsas, su temperatura, humedad, potasio de los suelos en tiempo real, entre otras variables”.

Pero esa no es la única entidad de origen nacional que mantiene este tipo de convenios con el gigante de la tecnología: la asociación civil sin fines de lucro CREA (conformado por más de dos mil empresas agropecuarias) firmaron también un acuerdo “con el propósito de potenciar el desarrollo de avances tecnológicos en el sector agropecuario”.

Otra de las grandes empresas nacionales en el rubro es Campo Preciso. En este caso, la compañía se especializa en Agricultura de Precisión. Es decir, desarrollo basado en una estrategia de gestión para recoger, procesar y analizar datos del tipo temporal, espacial e individual. Entre los productos que ofrece al mercado, se encuentran banderilleros y mapeadores satelitales, pilotos automáticos y computadoras de pulverización. Los convenios de la empresa van desde lo público, con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) a lo privado, como Dow.  En ese sentido, también entra en juego la importancia del análisis de big data, algo que especificaremos más adelante, sobretodo por la relación intrínseca con los profesionales en ciencias económicas.

Especialistas del sector aseguran que las empresas argentinas relacionadas a la tecnología agropecuaria (también conocidas como AgTech) están en un “alto nivel de afianzamiento” y comienza a abrirse paso en el plano internacional. La explicación de este prometedor futuro desde nuestro país radica en que la demanda local es alta, por lo cual exige mayores niveles de investigación e inversión en menor tiempo, obteniendo distintas experiencias en períodos cortos de tiempo. Además, el volumen de académicos que se relacionan al agro es una tendencia creciente en el país.

 

El uso de datos y la especialización de los profesionales

Ya hemos debatido en esta revista acerca de las nuevas identidades de los profesionales en ciencias económicas. Allí comentábamos la proyección sobre que, para 2030, la contabilidad y profesiones relacionadas a lo estadístico se estima crecerán un 35,4%, mientras que, por su parte, los científicos de datos y ocupaciones de ciencias matemáticas, un 31,4%. En torno a lo que refiere el Agro 4.0 y su futuro, el profesional en ciencias económicas tiene un papel preponderante y su constante formación resulta fundamental para ello. Además del aporte en sus conocimientos técnicos, estadísticos, contables y económicos, la vertiginosa actualización en la rama del manejo de datos hace que no haya que perder la vista en ello. La formación en Big Data y análisis estadístico, complementaria a la formación académica, es una de las competencias más requeridas por empleadores y grupos de trabajo.

La tecnología agropecuaria creció un 14.6% anual durante la última década en Argentina, por encima de la media mundial que fue de 4.5%.

Desarrollo e investigación: Apps destacadas y el futuro del sector en nuestro país

Hace tiempo, Revista RePro introdujo el tema de las aplicaciones mejor valoradas en torno a la tecnología agropecuaria. De ese momento a esta parte, el crecimiento del desarrollo de software en el rubro de manera trepidante. Según un informe de la compañía Genome, la tecnología agropecuaria creció un 14.6% anual durante la última década en Argentina. En el mismo informe aseguran que el promedio anual mundial fue de tan solo 4.5%. Además, indica la comunidad de emprendedores Endeavor, que el mercado de lo “AgTech” supera los 3 trillones de dólares en el mundo y tiene un registro de empleo de alrededor de 1 billón de personas.

Por otro lado, una investigación de la Universidad Austral expresa que de las casi cien empresas que se dedican al desarrollo tecnológico agropecuario en Argentina, sólo siete de ellas tienen más de cinco años desde su fundación. Un dato que corrobora -aún más- el potencial y crecimiento del sector.

SprAI, es uno de los sistemas nacionales más destacados en la actualidad. Desarrollada por DeepAgro, se trata de un software que detecta de manera inteligente las malezas para poder así aplicar selectivamente los agroquímicos. Según estima el portal El Economista, la app argentina permite “ahorrar hasta un 70% en agroquímicos dependiendo de la cantidad de malezas en el lote”.

Ucrop es una plataforma digital gratuita que acompaña todo el proceso productivo de una campaña. Permite realizar un mapeo de lotes geolocalizados desde el momento de la siembra. Luego, se ofrece un proceso de verificación de sustentabilidad potencial en el uso de los suelos, dando paso a una historia detallada del cultivo hasta la cosecha. Finalmente, Ucrop da la oportunidad de compartir los datos de cultivo y prácticas sustentables, obteniendo así también ganancias extras por ello.

Una de las líderes en el sector de las apps argentinas es BoosterAgro. A través de ella, se puede “visualizar y comparar múltiples pronósticos de clima en la ubicación exacta de tu campo”. En su web oficial explican que también se accede a un seguimiento de los cultivos a través de imágenes satelitales de “índice verde, visualizar alertas de insectos, malezas y enfermedades reportadas por nuestra red de monitoreadores a campo, mirar en un mapa las lluvias registradas por otros usuarios en distintas zonas, acceder a informes climáticos y económicos exclusivos sobre las tendencias a mediano plazo”. En la actualidad, es utilizada en 5 países con más de 80.000 usuarios activos.

Respecto al apoyo que cuenta el sector, el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación mantiene abierta una convocatoria a empresas del sector AgTech con el objetivo de conocer la oferta que existe en Argentina en torno a los desarrollos tecnológicos del agro. “Esta base nos permitirá invitarlas a participar en reuniones y eventos, motivar intercambios, promover medidas para el desarrollo del mercado nacional e internacional de Agtech y difundir la oferta disponible a productores, contratistas y empresas del sector”, manifiestan desde la cartera estatal.

La formación en Big Data y análisis estadístico, complementaria a la formación académica, es una de las competencias más requeridas por empleadores y grupos de trabajo.

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