Desde hace tiempo, las transacciones digitales se han convertido en parte fundamental de la vida cotidiana de las sociedades alrededor del mundo. Pero, además de las operaciones virtuales con divisas tradicionales, en los últimos años la “revolución económica” tiene una nueva estrella: las monedas digitales y las criptomonedas. En esos vaivenes es que surge un debate que nunca pasa de moda: ¿qué rol deberían tomar los Estados frente al avance de las divisas digitales?. ¿Se debe ejercer un control sobre ellas para garantizar un riesgo menor a sus operadores? ¿Pueden implementar monedas digitales en contraposición de las criptomonedas?. 

Bajo esos disparadores (y otros igual o más importantes) es que países fuertes comienzan a poner sobre la mesa la idea de imponer su moneda tradicional a un pasaje de moneda digital. Particularmente China y Rusia son quienes ya patean el tablero estableciendo incipientes reglamentaciones para implementar el Yuan y el Rublo digital.

Desde hace tiempo, las transacciones digitales se han convertido en parte fundamental de la vida cotidiana de las sociedades alrededor del mundo. Pero, además de las operaciones virtuales con divisas tradicionales, en los últimos años la “revolución económica” tiene una nueva estrella: las monedas digitales y las criptomonedas.

Mucho se debate acerca del respaldo y sobretodo, del control que se puede ejercer en torno a las cripto sobre su operativa. Desde que Bitcoin comenzó a operar, en 2009, el crecimiento ha sido meteórico, así como también, sus caídas: de llegar a un techo histórico de más de 68.000 dólares por unidad, en la actualidad el valor es de 16.000 dólares.

En esos vaivenes es que surge un debate que nunca pasa de moda: ¿qué rol deberían tomar los Estados frente al avance de las divisas digitales? ¿Se debe ejercer un control sobre ellas para garantizar un riesgo menor a sus operadores? ¿Pueden implementar monedas digitales en contraposición de las criptomonedas?

Bajo esos disparadores (y otros igual o más importantes) es que fuertes países comienzan a poner sobre la mesa la idea de un pasaje de su moneda tradicional a una moneda digital. Particularmente China y Rusia son quienes ya patean el tablero estableciendo incipientes reglamentaciones para implementar el Yuan y el Rublo digital.

Cajeros automáticos en China permiten convertir yuanes físicos en digitales.

La decisión -casi en conjunto- de las dos potencias tiene muchos objetivos, pero, según se analiza, dos prioritarios: en primer lugar, sortear sanciones internacionales, que ya está sufriendo Rusia a partir de la guerra con Ucrania, y que China piensa podría comenzar a recibir luego de distintos episodios internacionales, como el desembarco de dos delegaciones de congresales estadounidenses en Taiwán, hecho que el gigante asiático consideró “una provocación”. Pero, además, romper a largo plazo con la hegemonía del dólar estadounidense como moneda común en las transacciones de comercio internacional. Esto último algunos analistas consideran que puede darse en un plazo no menor de 30 años.

Países como Rusia y China apuntan a romper a largo plazo con la hegemonía del dólar estadounidense como moneda común en las transacciones de comercio internacional.

El caso chino: Las pruebas piloto del Yuan Digital y la prohibición de las criptomonedas

En 2014 China comenzó a desarrollar su moneda digital con un objetivo a largo plazo: imponer en las transacciones internacionales que lleva adelante su propia moneda, haciéndole ceder en el terreno comercial al dólar. Pasaron algunos años hasta que en 2019 el proyecto tomó un impulso mayor y comenzaron diversas pruebas activas de incipientes transacciones.

Hay que saber que en China los medios de pago digitales ya han reemplazado en su gran mayoría al dinero físico. Y el Yuan digital, que comienza a utilizarse, puede operarse sin necesidad de conexión a internet, el gran cambio con respecto a las billeteras digitales. De esta forma la cobertura del uso del Yuan digital asegura también una utilización sin problemas en zonas rurales o donde la conectividad no es siempre buena.

Antes de avanzar, cabe destacar algo importante: desde 2021, China prohibió todo tipo de operaciones con criptomonedas y su minería, argumentando la falta de control y respaldo que se tiene sobre ellas, hecho que favorecería, por ejemplo, al lavado de dinero. Se dice, en ese sentido, que las criptomonedas vinieron a “digitalizar” los paraísos fiscales.

De ahí, entonces, que China comenzó tan incipientemente a desarrollar su propia tecnología para crear su moneda virtual. Las pruebas pilotos en distintas ciudades del país resultaron exitosas: aleatoriamente se abrieron cuentas a distintos ciudadanos, a los que se les asignó también un monto digital de “regalo” para que comiencen a operar. De estas pruebas también participaron bancos (como el Banco Industrial y el Banco Agrícola de China) y se dispusieron también en las principales ciudades una serie de cajeros automáticos en donde se podía convertir dinero físico y yuanes “ordinarios” en digitales. Es decir, el Yuan Digital ya comenzó a expandirse a toda la ciudadanía que así lo requiera, y no a aquellos que recibieron aleatoriamente su cuenta para el inicio de las pruebas.

El Banco Central de Rusia anunció el lanzamiento del Rublo Digital para 2024.

El siguiente paso fue, entonces, llevar adelante unas pruebas más avanzadas: algunos bancos de Pekín suspendieron las transacciones con dinero en efectivo para “fortalecer” el uso de la moneda digital e impulsan distintas medidas para popularizar su uso y desarrollo. Entre ellos, se llevan adelante días “promocionales” en donde, mediante una guía, se acompaña a ciudadanos e incluso turistas a un tour sin utilizar en ningún momento dinero físico.

Según datos oficiales, el 80% de la población china utiliza en mayor o menor medida dinero digital y ha dejado de realizar operaciones con dinero físico, por lo cual el traslado al Yuan Digital no significaría un cambio difícil para los ciudadanos y estiman, avanzará rápidamente.

Desde 2021, China prohibió todo tipo de operaciones con criptomonedas y minería, argumentando falta de control y respaldo.

El caso de Rusia: proyecciones de Rublo Digital para 2024

Otro de los países que avanza en el desarrollo de tecnología para su propia moneda digital es Rusia. Aunque menos avanzado que China, el Banco Central Ruso anunció que está trabajando en la implementación del Rublo Digital para comenzar a operar con él en 2024. De esta forma se comenzará a conectar los organismos de crédito y financieras a esta nueva modalidad virtual.

A diferencia de China, no hay una intención clara, al menos abiertamente, de reemplazar en el corto plazo el dinero físico por esta nueva moneda digital, sino que “se sumaría” al sistema tradicional. El objetivo principal, según se estima, es tener un mayor control desde el Estado sobre las operaciones bancarias virtuales contra la falta de control que implican las nuevas monedas digitales. Y además, facilitar las transacciones internacionales para poder operar con mayor facilidad con su propia moneda con otros países.

Sin embargo, en cuanto a la disposición interna, no se prevé, al menos por ahora, generar intereses en las cuentas digitales ni otras medidas para fomentar su uso. Todo parece indicar que el objetivo ruso es más externo que interno a la hora de desarrollar su moneda digital a corto plazo.

Las pruebas piloto iniciarán en abril de 2023. El uso será “progresivo” y permitirá a los ciudadanos rusos comenzar a operar con entidades gubernamentales y un determinado número de empresas. La previsión de la modalidad “offline” de las operaciones del Rublo Digital se prevé para el 2025.

En 2020, Rusia sancionó una ley similar a la china en donde se prohibían las transacciones con criptomonedas. Sin embargo, en los últimos meses, pareciera haber un cambio de rumbo sorprendente: se volverían a legitimar incluso para el uso de transacciones transfronterizas. La medida pareciera ser temporal, para sortear algunas de las sanciones internacionales que el país sufre actualmente tras la guerra con Ucrania.

 

¿Las monedas digitales ponen en peligro al dólar?

Dichas las particularidades y avances de los casos de China y Rusia, cabe destacar también que son alrededor de 60 países los que actualmente están desarrollando (en un proceso menor o mayor) sus propias monedas digitales. Es notorio que la estrategia rusa y china es, principalmente, romper con la hegemonía del dólar a nivel internacional, tratando de “equilibrar” operaciones y dependencias entre los países.

No son pocos los analistas que consideran que un desarrollo adecuado de monedas digitales nacionales, de manera oficial y con regulaciones, podrían tener un efecto positivo en las finanzas internacionales, ya que se “diversificará” el sistema financiero global, agregando otras variables a la hora de establecer mecanismos de transacción.

Cuando se habla de una competencia de estas monedas con el dólar hay que aclarar que no es el hecho de la moneda digital en sí la que empuja a la competencia, sino una serie de decisiones políticas detrás. Rusia, por ejemplo, comenzó a comercializar el gas que exporta en su moneda, sin aceptar otro tipo de divisa. Entonces, el cambio al Rublo Digital sería una facilitación de las transacciones que ya comienzan a darse con el circulante tradicional.

Por otro lado, las monedas digitales nacionales facilitarían también el acceso de los créditos de países en vías de desarrollo que en la actualidad, o no pueden pedir más financiamiento a los organismos internacionales de crédito “clásicos” y en dólares, o que por diversos motivos deciden también dejar de depender de ellos. El atractivo de créditos para obras de infraestructura o inversión en tecnología en yuanes o rublos parece abrirse camino.

Las monedas digitales nacionales, a diferencia de las criptomonedas, contarían con respaldo y seguridades como el dinero tradicional, y el hecho de digitalizarlas facilitarían las transacciones entre países, tanto en rapidez como en control de dichas operaciones. El plan de comenzar a establecer relaciones comerciales en distintas monedas que no sean el dólar también entonces comienza a pisar fuerte, generando un debilitamiento lógico de la moneda estadounidense.

Este pensamiento no solo lo tienen quienes apoyan la diversificación de divisas, sino que también es un dolor de cabeza en la actualidad para la Casa Blanca. Funcionarios de la gestión de Joe Biden monitorean de manera cercana el desarrollo de estos proyectos, por lo atractivo que puede ser para ciertos países y por el terreno que cedería el dólar como reserva internacional. La respuesta de China a esas preocupaciones ha sido categórica, asegurando que “no se busca reemplazar” sino “dar más opciones” para que los países sean libres de elegir en qué moneda quieren operar.

Este último proyecto, si bien pareciera una estrategia a largo plazo, ha avanzado más en el último tiempo de lo que se esperaba. Este desarrollo acapara muchas miradas expectantes de su evolución y del resultado: qué fuerza se impondrá en esta nueva disputa económica global. 

El Banco Central Ruso anunció que está trabajando en la implementación del Rublo Digital para comenzar a operar con él en 2024.

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