Su larga trayectoria profesional, su amor por la docencia y la motivación que los llevó a dejar su ciudad natal e instalarse en la ciudad de La Plata, son algunos de los motivos que hacen de la historia de Carlos Iglesias y Gustavo Román, una historia para destacar. Oriundos de Sierras Bayas y Olavarría respectivamente, los contadores recorren junto a la Revista Repro sus 50 años como matriculados del Consejo Profesional de Ciencias Económicas.

La elección de la carrera de muchos profesionales nace en la escuela secundaria, al menos ese fue el caso de Carlos Iglesias y Gustavo Román. El primero cuenta en conversación con Repro que fue un profesor quien nos impulsó a hacer esta actividad. Docente que siempre le aconsejó hacerla dentro de la ley, incluso bajo la recomendación de llevarla adelante siendo profesional independiente. En cuanto a Gustavo, su vocación y amor por la contaduría lo impulsó a viajar de muy joven de Mar del Plata a La Plata para instalarse allí.

 

Encontrando su lugar

Su padre era enfermero y a Carlos le gustaba medicina, pero él siempre le decía: “Si te vas a dedicar a una profesión tenés que dedicarte de lleno, uno no puede estar especulando con que ahora no porque estoy ocupado”. Por eso le pareció que la profesión de Contador era una profesión más libre. “Uno después se da cuenta que no es tan así, pero si que se vive un poco más tranquilo. O sea, es muy raro que a mí me llamen a las 3 de la mañana. Sin embargo uno siempre tiene que estar dispuesto a cumplir con las obligaciones que le impone la clientela”, cuenta el Dr. Iglesias.

“La elección de la carrera fue por mi profesor del secundario que nos impulsó a hacer esta actividad, siempre nos aconsejó hacerla dentro de la ley.” Cuenta el Dr. Iglesias

El oriundo de Sierras Bayas -llamado así por el color bayo de las sierras- perteneciente al partido de Olavarría, se recibió en el año 71. En ese entonces en La plata vivía en una pensión: “Primero estuve en una, después en otra, después ya con un grupo de compañeros nos fuimos a una casa. Pero el primer trabajo que tuve, fue en Sierras Bayas, ese fue tal vez un delirio de la profesión, fue cuando me ofrecieron horas de profesor en el secundario, un secundario que comenzaba con cuarto y quinto año, y me dijeron si quería colaborar con el colegio. Fueron dos años de trabajar de forma gratuita, hasta que me dieron los aportes correspondientes, y empecé a cobrar. Pero me entusiasmé tanto con la docencia, que estuve bastante tiempo en la secundaria, me jubilé con más de 30 años de servicio”.


Afrontar los cambios

En pueblos chicos es más difícil armar la propia clientela, esto lo motivó a largarse solo, dedicándose así a trabajar como profesional independiente. Luego trabajó algún tiempo en lo que era la antigua DGI, hoy AFIP, pero en el año 91 fue asignado como delegado Municipal en la función pública. “Como Contador traté de implementar que en las Delegaciones se manejara lo de Ingresos Brutos, en vez de ir la persona a llevarla a la central de Olavarría, se podía hacer directamente acá. Uno siempre trata de hacer los aportes que puede, cuando la gente venía con algún problema de asesoramiento que yo no podía por mi función, intentaba ayudar”.

Recordando sus años de mucho trabajo, el Dr. Iglesias asegura: “Yo me jubilé del Consejo, me jubilé de la escuela. Sin embargo sigo aportando al Consejo para así poder ejercer independiente cuando quiero, más tranquilo, con cosas más fáciles”. 

Para finalizar, Iglesias agrega que la mayor competencia que tuvieron los profesionales de Ciencias Económicas, era que la misma no estaba muy ponderada sin embargo hoy es distinto. “Afrontar los cambios que sufrió el ejercicio de la profesión a lo largo de estos años al principio se hacía un poco difícil, hoy todo esta mas agilizado, más amable. Sin embargo, no es tan fácil la cosa, pero como experiencia general estoy conforme, tengo mi conciencia tranquila, dentro de todo lo que pude hacer, lo hice. Y creo que mis clientes están contentos y conformes”.

Me entusiasmé tanto con la docencia, que estuve bastante tiempo en la secundaria, me jubilé con más de 30 años de servicio.
Dr. Carlos Iglesias
“Hoy en día, ya con 75 años, mantengo el fuego vigente para venir todos los días al trabajo, sentarme en la oficina, hacer negocios en el exterior y vincularme con gente de otros países.”
Muchos marplatenses que jugábamos al rugby en Mar del Plata íbamos a estudiar a La Plata y terminábamos jugando en alguno de los clubes de allá.
Dr. Gustavo Román

De jugador de rugby a empresario

El Dr. Román es un ex jugador de rugby, por lo que su asentamiento en La Plata le permitió jugar en el Club que lleva el nombre de la ciudad, “En esa época era bastante común combinar universidad y deporte, porque muchos marplatenses que jugábamos al rugby en Mar del Plata íbamos a estudiar a La Plata y terminábamos jugando en alguno de los clubes de allá. Muchos de mis compañeros de la escuela secundaria también jugaban al rugby”.

Durante sus años en La Plata existían las llamadas prácticas rentadas: “Durante la carrera, la empresa Techint ofrecía esto en propulsoras siderúrgicas, yo arranqué con una relación laboral ahí. Después cuando llegué al final de la carrera tuve la oportunidad de trabajar en Gillette en Buenos Aires, pero mis intenciones eran volver a mi ciudad. No acepté ni seguir en Techint, ni vincularme con Gillette. Quería regresar a Mar del Plata”.

“Ejercí la profesión en forma independiente durante 10 o 15 años. En relación de dependencia trabajé solo como docente, y un tiempo muy breve en la Municipalidad de Mar del Plata. Después la vinculación con empresas que yo tenía me fue llevando a la dirección empresarial y terminé teniendo desde hace 40 años, mi propia empresa”, cuenta el profesional a cargo de una empresa de exportación de pescado, “Esto me ha permitido desarrollar mi formación profesional, pero además vincularme con clientes del exterior, desde entonces he viajado mucho por el mundo”, agrega.

 

Mantenerse activo

El Dr. Román expresa que el Consejo que hoy conoce es muy distinto al que había en la época en la que él se matriculó, “Es una institución que ha tomado mucho nivel con el trascurso del tiempo, hoy es una institución que acá en Mar de Plata tiene mucho vuelo”.

“Yo decidí mantener la matrícula activa porque esto me permitió realizar algunas actuaciones en concursos y ejercer en la parte judicial. Hoy en día, ya con 75 años, mantengo el fuego vigente para venir todos los días al trabajo, sentarme en la oficina, hacer negocios en el exterior y vincularme con gente de otros países. Eso es lo que más me entusiasma. Por el momento no tengo ninguna intención de abandonar mi actividad. Soy una persona que goza de buena salud y eso me permite seguir haciéndolo, así que espero que la vida me siga tratando bien”.


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