Realidad Profesional | Revista del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires y su Caja de Seguridad Social
Emprendedores, fundadores de startups, inversores en capital de riesgo y algunos organismos estatales promueven la generación de empresas jóvenes que están desarrollando y ofreciendo nuevos productos y soluciones innovadoras.
Estos emprendimientos necesitan de capital semilla, un monto inicial de inversión que les permita alcanzar los objetivos inicialmente propuestos. A su vez, para su crecimiento van a requerir de distintos tipos de aportes, con lo que el financiamiento se torna uno de los factores más determinantes del negocio. Cada vez son más las opciones que surgen en el mercado a la hora de captar fondos, por lo que conocer cada una de ellas es clave para acceder a la que más se adapte a sus necesidades.
El Financiamiento Colectivo, es el medio por el cual se pondrá en contacto a una pluralidad de personas humanas y/o jurídicas que actúen como inversores (público), con otras que soliciten financiamiento en calidad de Emprendedores de un Proyecto.
El mecanismo más habitual del crowfunding contempla que, el inversor a cambio de su aporte en el emprendimiento reciba la titularidad de acciones de la sociedad.
Los invito a pensar en otro mundo. En este mundo lo importante son las ideas y la capacidad de interpretar necesidades creando productos o servicios que los resuelvan. La inversión inicial no es aportada por un gran banco o inversor sofisticado, sino que son pequeños inversores que deciden invertir una porción de sus ahorros en una idea, no sólo por la renta, sino porque creen que el proyecto puede mejorar el entorno. Esto escribía el economista Jonatan Loidi meses atrás en un importante diario de La Plata.
El impulso a las startups es una tendencia evidente. Las inversiones en empresas en etapa inicial representan una clase de activos propia y atraen un interés creciente en todo el mundo. El número y el tamaño de las empresas emergentes exitosas va en aumento y los inversores nunca han visto en la historia la creación de unicornios a estos niveles sin precedentes.
Emprendedores, fundadores de startups, inversores en capital de riesgo y algunos organismos estatales promueven la generación de empresas jóvenes que están desarrollando y ofreciendo nuevos productos y soluciones innovadoras. Estas nuevas empresas no tienen oficinas y sus colaboradores son socios bajo formatos asociativos. Con creatividad y recursos bien invertidos en tecnología, usando redes sociales y marketing digital logran competir con grandes corporaciones.
Estos emprendimientos necesitan de capital semilla, un monto inicial de inversión que les permita alcanzar los objetivos inicialmente propuestos. A su vez, para su crecimiento van a requerir de distintos tipos de aportes, con lo que el financiamiento se torna uno de los factores más determinantes del negocio. Cada vez son más las opciones que surgen en el mercado a la hora de captar fondos, por lo que conocer cada una de ellas es clave para acceder a la que más se adapte a sus necesidades.
Dentro de las fuentes de financiamiento más tradicionales encontramos a los préstamos bancarios, préstamo de particulares, aportes de socios y el acceso a la Oferta Pública. Entre las fuentes modernas podemos mencionar a los inversionistas ángeles, venture capital o capital de riesgo, o bien el financiamiento colectivo.
El Financiamiento Colectivo, es el medio por el cual se pondrá en contacto a una pluralidad de personas humanas y/o jurídicas que actúen como inversores (público), con otras que soliciten financiamiento en calidad de Emprendedores de un Proyecto. En nuestro país el crowfunding se realiza por intermedio de las Plataformas de Financiamiento Colectivo.
El financiamiento colectivo se orienta a darle la oportunidad al público inversor de participar en nuevos proyectos de impacto social o innovación en productos y servicios.
En la Argentina, la Ley de Apoyo al Capital Emprendedor Nº 27.349, estableció las bases normativas para la actuación de las plataformas de financiamiento colectivo (PFC), a la vez que fijó importantes beneficios impositivos para los inversores en nuevos emprendimientos con el fin de promoverlos. El objetivo principal fue el de fomentar el financiamiento de la industria de capital emprendedor a través del mercado de capitales.
Una característica de gran valor dentro de este sistema es la transparencia. Su impulso trae aparejado no sólo el aumento de proyectos productivos, sustentables y sociales, sino también la protección de los intereses del público inversor.
La CNV es el organismo facultado por la Ley para regular la actividad de las PFC y la reciente actualización (Resolución 942/22) de sus normas establece los nuevos límites y montos en los que se puede desarrollar la participación de inversores y emprendedores.
Los inversores podrán destinar a este tipo de aportes hasta un 20% de sus ingresos anuales, con un límite de hasta 150.000 UVA y/o hasta el 10% del total de proyecto. En el caso de encuadrar como Inversor Calificado podrá participar hasta el 20% del proyecto.
Los emprendedores podrán publicar proyectos en una PFC por hasta un monto máximo de 1.500.000 UVA.
Es muy importante destacar que la publicación de un proyecto tiene una supervisión limitada: una PFC es autorizada por CNV y está sujeta a la supervisión de la CNV. No obstante, las empresas que presentan proyectos no han sido examinadas por la CNV. Esto quiere decir que la información en que se basa la oferta de participaciones no ha sido revisada por este organismo y no es un prospecto aprobado por la CNV.
Las PFC fijan las pautas para la publicación de un proyecto en base a los requisitos mínimos establecido por las Normas de la CNV. Entre los más relevantes a destacar:
El mecanismo más habitual del crowfunding contempla que, el inversor a cambio de su aporte en el emprendimiento reciba la titularidad de acciones de la sociedad.
En general la oferta de acciones ordinarias concentra la mayor parte de las operaciones de capital dentro del financiamiento colectivo. En este caso el inversor participa en los beneficios de la empresa a través de la participación en su capital, teniendo a su vez derechos políticos dentro de ella. Esto genera una cuestión compleja desde un punto de vista económico, ya que estas empresas emergentes son inversiones que implican un pago por adelantado en la actualidad, en muchos casos, financiando investigación y propiedad intelectual con la expectativa de recibir ganancias en una fecha posterior gracias a una venta de estas participaciones. Es posible que puedan tener opiniones muy diferentes sobre el desarrollo futuro y el resultado financiero de un proyecto.
Las acciones preferidas pueden ser una opción útil al momento de buscar financiamiento ya que saca el foco de la valuación de la empresa. Puede considerarse como un híbrido porque combina características de una acción ordinaria y las de un bono corporativo. Generalmente tienen beneficios económicos, como pagar un dividendo fijo, pero tienen menor prioridad de cobro en caso de insolvencia financiera ya que forma parte del capital de la empresa. Adicionalmente, las acciones preferidas establecen condiciones de rescate en el que se fija una tasa de retorno expresada en rendimiento porcentual de lo invertido y el tiempo transcurrido. Estas acciones no tienen derechos políticos.
La financiación colectiva es utilizada principalmente por empresas de nueva creación o en expansión como modo alternativo de obtener fondos, pero también puede ser un modo de crear una comunidad en torno a lo que se está ofreciendo:
Los potenciales inversores en proyectos de financiamiento colectivo deben evaluar detenidamente los riesgos a los que se exponen. Entre ellos, el rendimiento incierto y posible pérdida de la inversión, ya que la inversión no está garantizada, esto significa que no asegura la recuperación de la inversión ni un rendimiento mínimo. La falta de liquidez es otro factor a analizar, las participaciones en el capital de estos emprendimientos pueden ser muy poco líquidas, es decir, puede no resultar sencillo encontrar un comprador para dichas participaciones.
ProBolsa Capital e Inversiones PFC SA es la primera plataforma de financiamiento colectivo autorizada por la Comisión Nacional de Valores bajo el registro Nro. 1.
Entre las principales características que ofrece esta plataforma es la trazabilidad de todos los registros y operaciones realizadas por los usuarios, inversores y emprendedores.
Mediante la aplicación de firma digital emitida bajo las condiciones de la Ley 25.506 y la utilización de cadena de bloques (blockchain) el registro de cada transacción que se genera es inalterable y transparente ya que permite su validación por otros medios independientes.
Los fundadores y principales accionistas han comprometido su mejor esfuerzo para que esta plataforma ofrezca y cotice sus acciones por oferta pública creando una mayor visibilidad de los proyectos publicados y fiscalización en su actividad.
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