La economía del conocimiento es una de las áreas de mayor crecimiento de empleo, especialmente en la industria tecnológica, pero la baja presencia de mujeres en el campo y su menor inserción en empresas TIC continúa siendo una preocupación. El desafío en la actualidad radica en lograr una industria tecnológica más equitativa, y para ello es necesario promocionar políticas públicas que incentiven la participación de las mismas en dichos espacios.

ARTÍCULO PUBLICADO EL viernes 10 de marzo
Edición N. 132 - Marzo / Abril 2023

REALIDAD PROFESIONAL

Muchas de las mujeres que logran insertarse en empresas TIC terminan abandonando el sector y se desplazan a trabajos no relacionados con las tecnologías o a puestos no técnicos por cuestiones completamente alejadas a su competitividad o rendimiento laboral

La economía del conocimiento es en la actualidad, una de las áreas de mayor crecimiento de empleo. La misma exige formar a más personas que puedan responder a esta demanda. La industria tecnológica, en particular, se presenta como una salida laboral estable, con buena remuneración y autonomía económica, entre otras características considerables. Sin embargo, tanto a nivel nacional como internacional, la baja presencia de mujeres dentro del campo tecnológico y su menor inserción en empresas TIC continúa siendo una preocupación. El número de mujeres que eligen formarse en el campo de la industria del software y servicios informáticos es menor que el de los hombres y la matriculación se mantiene desigual entre ambos. A su vez, muchas de las mujeres que logran insertarse en empresas TIC terminan abandonando el sector y se desplazan a trabajos no relacionados con las tecnologías o a puestos no técnicos por cuestiones completamente alejadas a su competitividad o rendimiento laboral.

En conversación con la Directora de la Unidad de Género y Economía del Ministerio de Hacienda y Finanzas de la Provincia de Buenos Aires, Laura Lombardía, nos expresa que las brechas de género existen también en el acceso equitativo al sistema científico, por ejemplo, en la provincia de Buenos Aires hay paridad en la participación de mujeres en la investigación, sin embargo, esto disminuye en el avance en el escalafón, es decir, hay más hombres que mujeres en las categorías más altas. Esto se da con la vigencia de determinadas creencias que vinculan a los varones a una supuesta mayor capacidad para ejercer actividades de dirección o liderazgo, pero también al desigual reparto de las tareas domésticas y de cuidado, que hacen que las mujeres muchas veces tengan que resignar tiempos al trabajo remunerado o a capacitarse.

El desafío de una industria tecnológica más equitativa

En la actualidad no solo es necesario, si no que fundamental, lograr un sistema tributario suficiente, equitativo y sin sesgos de género. Desde el Observatorio de Tributación y Género de la Secretaría de Política Tributaria propusieron analizar el sistema tributario nacional con perspectiva de género, haciendo énfasis en el Régimen de Promoción de la Economía del Conocimiento, más conocido como Ley de Economía del Conocimiento (sancionada en el año 2020 y con vigencia hasta el 2029), la cual apunta a la innovación, a promover nuevas tecnologías, generar valor agregado, fomentar el empleo de calidad, facilitar el desarrollo de MiPyMEs y aumentar la productividad de todos los sectores de la economía regional. En concreto, el objetivo principal de dicha Ley es el de promocionar actividades económicas que apliquen el uso del conocimiento y la digitalización de la información apoyado en los avances de la ciencia y de las tecnologías.

En relación al Régimen, la Mg. Lombardía manifiesta: “El ingreso al régimen de promoción de economía del conocimiento, implica la voluntad de darle impulso a este sector estratégico de la economía en la provincia. Se busca desarrollar el sector, promover la radicación de nuevas empresas y reconvertir las que ya existen. Tanto en la industria del software y los servicios informáticos como de los sectores audiovisuales, biotecnología, microbiología, etc. Se trata de actividades de alto valor agregado, que facilitan la adopción de nuevas tecnologías, que tienen un alto impacto y el incremento de la productiva en los sectores.”

El ingreso al régimen de promoción de economía del conocimiento, implica la voluntad de darle impulso a un sector estratégico de la economía en la provincia.

Si bien entre 2020 y 2021 la industria tecnológica generó más de 30 mil nuevos puestos de trabajo, según datos del Observatorio Permanente de Software y Servicios Informáticos (OPSSI), en 2021 las mujeres ocuparon solo el 30% de los empleos en la industria del software en Argentina. A su vez, de mantenerse la tendencia actual, estiman que en 2024 la participación de las mismas llegaría al 40%. El objetivo de la inclusión de mujeres y disidencias en estas industrias es más amplio que la mera participación en dichos empleos. Con esto se busca que se puedan imprimir en estos ámbitos, procesos y productos, nuevos intereses, aportes y visiones del futuro deseable y posible. La evidencia empírica sugiere que aquellas empresas que cuentan con mayor diversidad y una baja discriminación por género, resultan más innovadoras, poseen mayor productividad y generan mayores ganancias.

La Ley de Economía del Conocimiento apunta a la innovación, a promover nuevas tecnologías, generar valor agregado, fomentar el empleo de calidad, facilitar el desarrollo de MiPyMEs y aumentar la productividad de todos los sectores de la economía regional.

Impacto económico del Conocimiento

La importancia del impulso a los servicios basados en conocimiento se vincula con las actividades de alto valor agregado, que facilitan la adopción de nuevas tecnologías y revolucionan la manera de producir bienes y servicios. En la actualidad, un conjunto de actividades y tecnologías, como big data, internet de las cosas, robotización, inteligencia artificial, aprendizaje automático e impresión 3D, sensores, realidad virtual, servicios en la nube y nanotecnología, están impactando transversalmente en todos los sectores productivos.

La economía del conocimiento es un sector que se ha desempeñado por encima del promedio de la economía argentina durante los últimos años y que tiene la capacidad de generar divisas, y, a su vez, un enorme potencial para corregir desigualdades de género. Según lo expresado por Lombardía, estas herramientas de política fiscal como son las extensiones impositivas deben complementarse con otro tipo de políticas que promuevan la participación de mujeres y disidencias en los sectores masculinizados. En este sentido, contar con un Régimen de Economía del Conocimiento, como el vigente hoy en Argentina, resulta fundamental para el desarrollo y el crecimiento de un sector económico sin sesgos de género.

Las herramientas de política fiscal como son las extensiones impositivas deben complementarse con otro tipo de políticas que promuevan la participación de mujeres y disidencias en los sectores masculinizados

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