Realidad Profesional | Revista del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires y su Caja de Seguridad Social
En esta entrevista Marcos Salvador Converso recorre sus años de carrera, desde su amor por los números cuando era niño hasta los tiempos difíciles en sus años de universidad.
El Dr. se graduó en la Universidad de Morón, donde luego pasó a enseñar durante 19 años. También trabajó como gerente de caja, gerente financiero y finalmente estableció su propio estudio donde ejerció la profesión y se destacó en el trabajo pericial. Recientemente, a sus 90 años, renunció a la matrícula, luego de más de 40 años de servicio prestado.
Sentado frente a la computadora en su estudio en Morón, que hace varios años ya se encuentra dispuesto en la casa donde vive con su mujer, el Dr. Marcos Salvador Converso mira fotos y expresa: “Hoy a mi edad, tengo la suerte aún de ver, leer y entender todo. Pero son muchos años”. Marcos canceló su matrícula como Contador en nuestro Consejo a sus 90 años, pero mantiene activos sus recuerdos del mundo contable, y en esta ocasión los comparte con RePro.
“De chico me gustaban los números, no la matemática, - aclara- sino los números, la contabilidad y todo lo relacionado con la atención y el conocimiento de los estados patrimoniales de la gente”, rememora el Dr. Converso, quien al responder sobre la elección de la carrera, revive imágenes de su juventud.
"Mis primeros años de facultad fueron bastante complicados", resume hoy el profesional de 90 años. De chico trabajó en una compañía de seguros, y al poco tiempo, en el 58, ingresó en la industria automotriz Santa Fe, años en los que ingresaban a la argentina todos los autos famosos, recuerda: “Estuve hasta que el tema político con Frondizi presidente, estalló. Con lo cual la empresa alemana, retiró el apoyo al directorio argentino”. Durante esos años, Marcos viajaba a Santa Fe los lunes y volvía los viernes: “Prácticamente fueron 6, 7 años donde no pude estudiar”, detalla. “En esos años tenía que trabajar para ayudar a mis padres. Nunca me voy a olvidar que les pude comprar la primera heladera; teníamos una heladera de madera antigua, esas que arriba llevaban una barra de hielo. Ese uno de los recuerdos más lindos que tengo de mi juventud y mis primeros trabajos”.
En 1965 se le presentó la oportunidad de trabajar en otra empresa; allí empezó como encargado de caja y terminó como gerente financiero. Pero esos años seguían siendo cuesta arriba en el deseo de culminar su recorrido universitario. “En esa empresa trabajaba de 8 a 20 hs, y se complicaba estudiar ya que por esos años en la UBA uno se anotaba pero no salían los horarios que uno quería. Generalmente me anotaba en 3 materias y a veces no coincidía con ninguna o con una sola, de cursada nocturna. Por lo que los años de estudio se hicieron muy largos. Hasta que se abrió la Universidad de Morón, donde me anoté y empecé. Tenía 10/11 materias aprobadas en UBA pero me reconocieron solo 3 o 4, por lo cual fue como empezar de cero”.
Durante esos años, el Contador recuerda que salía de trabajar de noche, iba a su casa a cenar y de ahí se iba a cursar. Con lo cual el recorrido se hizo extenso: “La fui haciendo a medida que podía pero siempre con la ayuda de mi señora. Finalmente me gradué en la Universidad de Morón y 2 años después de un largo trámite, obtuve mi título”.
Recibido en la UM, lo nombraron profesor de Contabilidad I donde ejerció durante 19 años. Pero también, fue en ese entonces cuando comenzó a ejercer la profesión de manera particular, primero con una oficina en el centro de la ciudad y después con los años, cuando sus hijos se casaron y se fueron, sobraban habitaciones, por lo que puso su estudio en la casa donde sigue vigente aún hoy.
“Estuve inscripto muchos años en ERREPAR, por lo que con su acompañamiento, los cursos y las reuniones en el Consejo, pude mantenerme siempre asesorado. Sobre todo en el tema pericias", relata el Dr. Converso quien luego de alcanzar el beneficio jubilatorio optó por continuar activo en la matrícula, tal como permite nuestra Caja y Consejo: "Que el Consejo me haya dado la posibilidad de no perder esos años de trabajo, ha sido un lindo gesto y una ayuda impresionante. Desde la delegación siempre me dieron una mano, como dice el poeta, los años no vienen solos y me tuvieron que ayudar mucho con todos los trámites”, concluye.
El protagonista de esta nota, fue reconocido en el Juzgado Comercial N6 por el nivel de las de pericias presentadas: “Me llegaban muchas y siempre las respondí con mucho profesionalismo y compromiso. De hecho, cancelé recientemente la matrícula porque tenía mucha presión, mucho trabajo y era demasiado, sentía el paso del tiempo y me costaba hacer esa cantidad de trabajos. Hoy me entretengo con pericias de hace 10 años atrás, controlando pedidos, reiterando intimaciones de pago, siguiendo cada caso. En eso estoy”.
Antes de finalizar, el colega reflexiona acerca de las incumbencias actuales de la profesión: “Los tiempos cambiaron. Hoy en día un contador que quiere avanzar solo con la profesión, es difícil que pueda satisfacer las necesidades de una empresa. Como profesional no va a tener una visión global, por eso creo que es necesario unirse con ingenieros, abogados, formar un estudio o incluirse en un estudio interdisciplinario”.