En primer lugar, cabe destacar que en abril de 2022, el Gobierno Nacional, a través del Decreto 207/22 autorizó a la Casa de la Moneda a ser un exchange de criptoactivos, aunque no precisamente como una moneda digital respaldada por el BCRA: las operaciones se registran en una blockchain respaldado por un sistema de funciones denominado “Hash”. De esta manera, Argentina comenzó a indagar el método CBDC (Central Bank Digital Coin), utilizado ya en China y Estados Unidos, entre varios otros países. Si bien no hay un solo sector apuntando a un proyecto de tal magnitud, hay algunas coincidencias en quienes desean impulsar una Moneda Única Digital en el país. Desde sectores del Gobierno, por ejemplo, aunque no manera oficial, se deslizó la idea de avanzar hacia una moneda de este estilo, de “curso legal y obligatorio”. La idea formaría parte de una política de shock para estabilizar la macroeconomía y, como se mencionó, tender a la eliminación de la evasión fiscal en un mediano plazo. Según un estudio de febrero de 2023 realizado por la compañía Equifax, dedicada a la Big Data y el análisis financiero, en Argentina, más del 90% de la población mayor de 18 años se encuentra bancarizada. Por lo cual, se argumenta que un desembarco en una Moneda Única Digital no sería un cambio drástico en la cotidianidad ciudadana, más allá de los cambios estructurales en la economía.

En los últimos años, las monedas digitales han avanzado en el terreno del uso cotidiano, con un desarrollo impulsado mayormente por distintos Estados Nacionales del mundo. Uno de los casos más relevantes de la actualidad, sin lugar a dudas, es la del Yuan (China) y el Rublo (Rusia) digital, reciente experiencia de la que hemos hablado en Revista Realidad Profesional en ediciones anteriores.

Es común encontrar en los diversos debates acerca de este tema un error fundamental: la utilización del concepto de “Moneda Digital” como sinónimo de “Criptomonedas”, lo cual es un desatino. Antes de avanzar, merece la aclaración: las monedas digitales son únicamente emitidas por gobiernos, y son en definitiva versiones digitales de la moneda de curso legal. Las monedas digitales cuentan con el respaldo estatal y regida por lo general por el Banco Central del país. Las criptomonedas, en cambio, no sólo no están reguladas por ningún organismo estatal (aunque cada vez hay más avances en ese camino en distintas partes del mundo) sino que además, su valor está sujeto a la oferta-demanda y otras variables que poco tienen que ver con el valor de la moneda del país en el que operan.

Como podemos ver, entonces, la principal diferencia es (y aquí comienza también el por qué muchos países buscan implementar su moneda digital) la regulación de las mismas y el control financiero que se puede obtener al respecto. 

Desde 2022, la Casa de la Moneda en Argentina opera como un Exchange de Criptoactivos.

En la actualidad, además de los ya mencionados Rusia y China, hay varios otros Estados que utilizan o están implementando sus monedas digitales. Según un informe de la Fundación Santander, en base a datos obtenidos por Forbes, ya son 105 los países que “están explorando el terreno de las monedas digitales centralizadas”. Las economías de esos países representan alrededor del 95% del PBI mundial. A pesar de esta avanzada, según explica el informe, tan solo el 9% de esos países ya lanzaron su moneda digital. El caso más reciente (y resonante) fue el de India, que en febrero de 2022 anunció el lanzamiento de la Rupia Digital con una aceptación tal que, antes de que haya finalizado ese mismo año, ya se había extendido a los comercios minoristas.

Las monedas digitales son únicamente emitidas por gobiernos, y son en definitiva versiones digitales de la moneda de curso legal.

Otro caso resonante es el del Euro Digital, en cuyo proyecto la Unión Europea anunció que comenzó a trabajar en octubre de 2020 y que en enero de este 2023 se establecieron las primeras pruebas pilotos para su implementación. El fin, se explicó desde el Banco Central Europeo (BCE), es fomentar el uso de pagos electrónicos y aseguran que ofrece una mayor confiabilidad para los ciudadanos que las criptomonedas, incluso en materia de inversión financiera. Se estima que tras una serie de pruebas en la primera mitad del año, para septiembre (otoño europeo) pueda comenzar a funcionar este nuevo método. 

 

Argentina: Moneda Digital ¿única?

Como hemos visto, la gran parte de los países del mundo están en la actualidad utilizando o desarrollando la conversión de su moneda a la digitalización. Argentina no es la excepción y hay distintas líneas de trabajo, debate y avances en ese sentido. En primer lugar, cabe destacar que en abril de 2022, el Gobierno Nacional, a través del Decreto 207/22 autorizó a la Casa de la Moneda a ser un exchange de criptoactivos, aunque no precisamente como una moneda digital respaldada por el BCRA: las operaciones se registran en una blockchain respaldado por un sistema de funciones denominado “Hash”. De esta manera, Argentina comenzó a indagar el método CBDC (Central Bank Digital Coin), utilizado ya en China y Estados Unidos, entre varios otros países. En el debate al respecto, las opiniones son diversas: hay quienes afirman que es el primer (y buen paso) hacia la digitalización del peso nacional y que fomenta un uso más responsable y seguro de las divisas digitales. Por otro lado, los detractores del proyecto son quienes afirman que los Estados no deben inmiscuirse en las transacciones digitales, ya que la premisa fundamental debiera ser “el acuerdo entre partes” sin mediaciones ni regulaciones estatales.

Ahora bien, está claro que los Estados tienen un objetivo principal (o uno más principal que varios otros): poder ejercer un mayor control sobre las transacciones digitales, pudiendo así reducir la evasión fiscal e impositiva. 

A partir de esta mencionada disposición gubernamental (en la cual, afirman, se podría recaudar 50 y 80 millones de dólares anuales y que comenzaría a utilizarse a través de una tarjeta) es que comenzó a hablarse del definitivo reemplazo del billete en papel por una moneda digital única.

Argentina avanza en la implementación del método el método CBDC (Central Bank Digital Coin), utilizado ya en China y Estados Unidos, entre otros.

Si bien no hay un solo sector apuntando a un proyecto de tal magnitud, hay algunas coincidencias en quienes desean impulsar una Moneda Única Digital en el país. Desde sectores del Gobierno, por ejemplo, aunque no manera oficial, se deslizó la idea de avanzar hacia una moneda de este estilo, de “curso legal y obligatorio”. La idea formaría parte de una política de shock para estabilizar la macroeconomía y, como se mencionó, tender a la eliminación de la evasión fiscal en un mediano plazo. 

Al realizar transacciones digitales con una moneda depositada en el Banco Central, se explica, no habría un impacto en el multiplicador bancario.

El Gobierno Nacional, a través del Decreto 207/22 autorizó a la Casa de la Moneda a ser un exchange de criptoactivos.

Según un estudio de febrero de 2023 realizado por la compañía Equifax, dedicada a la Big Data y el análisis financiero, en Argentina, más del 90% de la población mayor de 18 años se encuentra bancarizada. El Banco Central indica que, en el segundo trimestre de 2020, hubo una apertura récord de alrededor de 5 millones de cuentas para usuarios nacionales. La pandemia y distintos programas que se ejecutaron fueron claves para la profundización del proceso. Se estima, además, que por cada extracción de dinero físico en cajeros automáticos, existen más del doble de transacciones a través de medios de pago electrónicos. Por lo cual, se argumenta que un desembarco en una Moneda Única Digital no sería un cambio drástico en la cotidianidad ciudadana, más allá de los cambios estructurales en la economía. 

 

La opinión del sector empresarial

No sólo el Estado está interesado en un proyecto de esta envergadura: si bien es imposible englobar la opinión del “sector empresarial” como tal en una única dimensión, hubo señales de visto bueno por diversos sectores para avanzar en una implementación de este estilo. Tal es el caso de la Fundación Inclusiva Productiva, presidida por Carlos María de los Santos, quien asegura que una medida de este estilo sería positiva para un amplio sector de la comunidad.  Su argumento (que radica en la creación del Peso Argentino Digital -PAD-) es que la puesta en marcha de una moneda única digital permitiría una detección y control de todas las transacciones realizadas, llevando todo a saldos bancarios que eliminarían la evasión tributaria, que se estima desde la Fundación, ronda en un 50%. “Es el principal desafío del sistema financiero”, aseguran. La idea de digitalizar la divisa nacional circulante fue presentada en 2017. Se alega además que de esta forma se podría no solo terminar con el déficit fiscal, sino alcanzar un superávit que rondaría el 15%, permitiendo una baja en los impuestos y un alza en la producción y el consumo.

Sin embargo, otros sectores -mediáticos y empresariales- estiman que la medida es “insólita” y poco probable de llevar adelante. 

Nuestro país es el segundo con mayor reservas de litio del mundo. Algunos proyectos apuntan a que ese sea el respaldo de la moneda digital nacional.

Proyectos que avanzan en las Provincias

Más allá de que, de ejecutarse un proyecto de esta complejidad, la regulación sería para todo el territorio nacional, hay proyectos que avanzan en un sentido similar en distintas Provincias del país. Uno de ellos es el de Catamarca, por ejemplo, que propuso crear una Moneda Digital de las Provincias “del Norte Grande”, que se respalde en el oro, plata y -sobretodo- litio. En la argumentación del proyecto, también se estima que su implementación tendría un doble sentido: no sólo digitalizar la moneda nacional sino también que, al respaldarla con recursos naturales, se deban agudizar más las políticas de protección sobre los mismos. El proyecto incluiría, además, a las provincias de Chaco, Corrientes, Formosa, Jujuy, Misiones, Salta, Santiago del Estero y Tucumán.

Por otro lado, Misiones también impulsa su idea de aplicar la tecnología blockchain para “potenciar el desarrollo económico y social de la provincia”, con una moneda respaldada en bonos verdes y bonos de carbono. 

Por el momento, más allá de los avances concretos en la implementación de la CBDC mencionada con anterioridad, y el proyecto de una moneda común con Brasil (que también se implementaría de manera exclusivamente digital) no hay un camino claro ni avances oficiales sobre la ejecución de la moneda única digital, aunque el tema está notoriamente en la agenda de todos los sectores implicados, y probablemente, tras un desarrollo positivo de la Casa de la Moneda como exchange, comiencen a darse nuevos pasos en torno a su puesta en marcha. 


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