Realidad Profesional | Revista del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires y su Caja de Seguridad Social
La autora advierte un cambio de paradigma que se ha producido en la economía debido al fuerte impulso pragmático en la solución de cuestiones emergentes y la pérdida de interés en la conceptualización teórica.
Se analiza la imposibilidad de encontrar alguna verdad científica en la economía que permita el desarrollo de los países. El texto presenta diferentes opiniones de los economistas sobre el fin propio de la economía, como el aumento de la riqueza, el bienestar de la población o el confort de las personas.
En este punto se profundiza en el modelo de Tinbergen, padre de la econometría, que vincula la matemática y la estadística con la economía como instrumentos para la política económica objetiva, y se propone un modelo matemático para estructurar las políticas económicas.
Finalmente, la autora se pronuncia en torno a la viabilidad de los modelos económicos que usan estadística y matemática.
Con la pandemia surgieron entre conocidos, clientes y alumnos, reflexiones y preguntas acerca de temas de la realidad social y económica a partir de los que he llegado a considerar que existe un cambio profundo; un verdadero cambio de paradigma que transforma lo económico-social en el que adquieren relevancia aspectos monetarios-especulativos y que afecta a la misma concepción de la economía. Este cambio proviene del fuerte impulso pragmático que se ha dado a los temas económicos para solucionar cuestiones emergentes y a la pérdida de interés en la conceptualización teórica que podría favorecer, en los interesados, en una mirada más profunda sobre las causas reales de los problemas.
En el fondo es una cuestión filosófica que nos atraviesa como ciencia: la pérdida de confianza en la capacidad de la razón humana para encontrar la verdad científica. Esta pérdida de confianza en la propia capacidad humana proviene del relativismo filosófico que hoy se ha ido permeando en todos los campos del saber a través de la falsa interpretación de la epistemología de la ciencia. Es decir, que ya no se considera posible alcanzar la verdad, sino alguna verdad que, según estos autores, dependerá de la apreciación subjetiva.
En consecuencia de este cambio de paradigma filosófico, dentro del campo de la economía pareciera no ser posible encontrar alguna verdad científica que permita el desarrollo de los países, junto al crecimiento real y sostenido, como fruto de aprovechar recursos genuinos naturales y elaborados por el hombre. En muchos casos se utilizan los instrumentos de la economía como parte de juegos de poder de la política, ideologizando las conclusiones que se muestran y quitándole un ámbito propio de acción.
Por otra parte, se acusa a sus falencias en explicar la realidad por los problemas que surgen, eventualmente, sin dar una respuesta creíble y de mediano plazo. A estas confusones entre lo real de la Economía y las ideoligizaciones, es lo que quiero referirme en estos apuntes, a fin de proponer un pequeño esquema de lectura de la realidad que nos permitn objetivar problemas reales de soluciones interesadas.
Dentro de los estudios que intentan determinar cuál es el fin propio de la economía, los economistas manifiestan divergencias. Unos economistas proponen que el fin de la economía es el aumento de la riqueza medida como el total de bienes y servicios producidos en un país. Otros sostienen que el fin propio de la economía es el aumento de la riqueza, medida en aumento o disminución del PBI per cápita. Algunos más proponen que la riqueza de un país es el oro que tiene acumulado y su origen es el comercio internacional. Y un cuarto grupo, que la riqueza es producto del suelo, de lo que se produce en la agricultura.
Un grupo distinto de autores sostienen que la economía no puede medirse por la riqueza y que tiene por objeto el bienestar de la población, como concepto político, y que el bienestar debe expresarse en confort de las personas o en bienes que el Estado pone a disposición de los ciudadanos. Por lo cual, no es poco como punto de partida reflexionar acerca de qué es la Economía y qué se entiende por aplicación a temas de política económica.
El profesor de física Jan Tinbergen no debatió temas teóricos y de fines, sin embargo recibió el premio Nobel de Economía en 1969 por su libro sobre teoría y conceptos económicos básicos referidos a la Política Económica: On the Theory of Economic Policy (1). En este trabajo vincula la matemática y la estadística con la Economía como instrumentos para la política económica objetiva, numérica, más allá de debates ideológicos. Por eso se lo considera fundador de la Econometría. Esta Econometría tiene gran prevalencia hoy en números y estadísticas. Por eso, cuando se habla de Economía, en realidad, muchos están hablando de econometría.
Tinbergen considera que la meta de la Política Económica es el Bienestar Social. Esta meta se entiende como una función, en sentido matemático, que la autoridad del gobierno está tratando de maximizar. Es decir un conjunto de variables matemáticas, donde al ser combinadas en una función, pueden maximizarse para obtener la mejor aplicación posible de los recursos escasos.
Por otra parte, este autor propone una nueva organización conceptual de las políticas económicas como un modelo de estructuración de las politicas económicas que permita un análisis eficaz y eficiente en el sentido económico y maximice las restricciones en el sentido matemático. Las etapas de presentación de este modelo son las siguientes:
Según lo mencionado anteriormente, conviene clarificar que, los objetivos de política económica en el modelo de Tinbergen, los elige un economista. Estos objetivos, serán las metas de sus acciones de gobierno a cargo de una cartera económica. Y también serán la meta de sus decisiones de política económica.
Las políticas económicas, expresadas en sentido cualitativo, muestran las decisiones del gobierno como medios para alcanzar esos objetivos. Es decir que son instrumentos de acción económica. Las variables económicas, en términos matemáticos, se eligen para hacer operativo cada objetivo de política.
A su vez, son medios para medir los resultados que sean alcanzados al llevar a la práctica las decisiones de política económica, en pos de los objetivos elegidos inicialmente. En este sentido puede apreciarse que no es lo mismo una mera modelización matemática que la toma de decisiones que implica la aplicación en los distintos campos de la vida política y el gobierno de las comunidades
Por otra parte, para comprender el modelo completo conviene aclarar que los instrumentos de politica económica actúan en forma conjunta. Las políticas económicas fiscales y las politicas económicas monetarias se asemejan a las dos caras de una misma moneda, porque la economía cotidiana necesita de ambos tipos para poder funcionar. Sin embargo, en la toma de decisiones de prioridades de acción en politica económica puede preferirse uno de los dos tipos como acción principal de gobieno y la otra obrará en consecuencia de lo elegido en primer lugar.
Las políticas económicas que se eligen como instrumentos principales y las variables sobre las que se actúa se denominan activas. Y los económicas que surgen en consecuencia se denominan pasivas. Cuando se eligen varios tipos de políticas económicas donde algunas son activas y otras pasivas, se denominan políticas mixtas. Por ejemplo si se diagnostica que, dadas ciertas circunstancias del país, conviene actuar sobre el producto a través de cambios en el presupuesto pùblico, esta acción se denomina política activa. En consecuencia se verán afectada la cantidad de moneda que deberá circular y las tasas de interés estipuladas en la politica monetaria. Esta última se denomina pasiva.
Es decir que un ministro de Economía tiene tres instrumentos: los objetivos, las políticas y las variables. Al elegirlos con coherencia entre la realidad que se le presenta, los objetivos elegidos y las políticas que intentan concretarlos en la práctica, tendrá más posibilidades de alcanzar lo que se propone el equipo de gobierno. Alcanzar satisfactoriamente los objetivos implica, entonces, dos condiciones:
El exceso de modelización en las aplicaciones matemáticas de la Política Económica y su consecuencia en la simplificación en el concepto de hombre puede ser un claro ejemplo de la gran importancia que tiene el paradigma científico al que adhiera el ministro de economía de un país. Según la amplitud y profundidad de su formación académica profesional serán las posibilidades que tenga un país de salir adelante debido a las decisiones que se toman en las mismas cuatro etapas mencionadas como diseño de un modelo de Politica Económica según Tinbergen.
Las elaboraciones teóricas buscan explicar la realidad y el sentido profundo de nuestros comportamientos, indagando en las causas de los problemas. Si la formación académica es lo suficientemente amplia, el economista a cargo de una cartera de gobierno tendrá herramientas mentales, ideas y conceptos, que lo habilitarán para leer la realidad de un modo aproximado a la complejidad de la vida diaria. Solamente con estas capacidades podrá elegir objetivos e instrumentos económicos que encaminen el país a soluciones adecuadas para el momento histórico-político que se esté viviendo.
En síntesis, el hombre completo, como ser social y con necesidades físicas, sociales, culturales y espirituales es el objeto propio de la Economía. Y su bienestar actual y futuro, depende también de las decisiones acertadas tomadas hoy, con previsión de las consecuencias en mediano y largo plazo.
1. Tinbergen, J., On the Theory of Economic Policy, North Holland, Ámsterdam, 1952.
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